- El presidente dijo: “El cestaticket es un instrumento muy importante porque defiende la capacidad de acceso a los bienes alimentarios y fundamentales del pueblo de Venezuela en la selva de la guerra económica”.
- A pesar del aumento de 1500% desde 2015, el cestaticket socialista de 108.000 no se acerca al monto calculado por el Cenda de la canasta alimentaria, que en noviembre de 2015 fue de 381 mil 32 bolívares
- Según la Encovi, el consumo de carne y pollo se redujo a la mitad en comparación con 2015.
- El venezolano promedio perdió 7,8 kilogramos el año pasado.
En ejercicio de sus atribuciones como Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros anunció el incremento de la unidad tributaria el pasado domingo 19 de febrero. El instrumento pasó de 177 a 300 bolívares, lo que representa un aumento de 69%, ajustando diversos marcadores económicos como el monto mínimo para pagar el impuesto sobre la renta, el incremento del costo de documentos oficiales como el pasaporte y la licencia de conducir. Sin embargo, el más importante efecto del aumento de la unidad tributaria es sin dudas su influencia en el bono de alimentación o cestaticket socialista. El beneficio de alimentación de los trabajadores pasó de 63 mil 700 a 108 mil bolívares, para sumar un total de 148 mil 638 bolívares en el ingreso mínimo legal.
La medida forma parte de la estrategia continua del gobierno de aumentos de sueldo, dándole a los 9.6 millones de personas que gozan del beneficio de alimentación 3 mil 600 bolívares diarios para comer. De acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda) el valor de la canasta alimentaria, indicador que aglomera 60 productos alimentarios básicos, en diciembre de 2016 se ubicó en 381 mil 32 bolívares. La variación de los precios fue de 666% en comparación con el año anterior.
El reporte del Cenda detalla cada uno de los aumentos en los 7 rubros que conforman la canasta. En el caso de los azúcares y similares, el aumento anual es de 3809%, cereales y sus derivados 2383%, en el rubro de grasas y aceites la variación fue de 2070%, las bebidas no alcohólicas 1482%; los granos 542%, mientras que los lácteos aumentaron un 536%. Y a pesar del aumento histórico de 1500% del cestatiket socialista desde noviembre de 2015 hasta la fecha, una familia que devengue dos salarios mínimos no se da abasto para comprar comida para un mes.
La cifra de aumento estimada por el Cenda es menor a 700% de la inflación que calculó el Fondo Montetario Internacional para el país en el año 2016. Es imposible establecer una comparación con cifras oficiales, ya que el Banco Central de Venezuela no ha actualizado los datos de inflación y el índice nacional de precios al consumidor (IPC) desde finales de 2015, cuando se publicó el último informe disponible. Sin embargo, la comisión de economía y finanzas de la Asamblea Nacional (AN) publicó recientemente un cálculo inflacionario propio, donde el porcentaje anual se sitúa en 679,3%.
A propósito de este anuncio, el diputado José Guerra (Unidad- Distrito Capital) explicó en el documento de la AN que el “El Banco Central de Venezuela ha implementado una política de ocultamiento de las principales estadísticas económicas y sociales con el objeto de desconocer las dimensiones de la grave crisis que afecta a los venezolanos. Uno de esos indicadores ocultos es el Índice de Precios al Consumidor, el cual hace seguimiento a los precios y permite medir la inflación. En tal sentido, la AN ha decidido comenzar a estimar la inflación, creando su propio Índice de Precios al Consumidor de la Asamblea Nacional”.
Ante el silencio administrativo del BCV, han sido varias las instituciones en determinar el nivel de la inflación en Venezuela. La firma norteamericana Bloomberg, especializada en finanzas y noticias económicas, creó su propio índice de medición inflacionario, el “café con leche index”. A través del precio de la popular bebida caliente, Bloomberg estima que desde agosto de 2016 al 15 de Febrero de 2017 la inflación se ubicó en 1049%, cuando el café con leche pasó de 450 a 1500 bolívares. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional estima para 2017 una inflación de 1660%, cifra que deja los aumentos salariales decretados por el Gobierno nacional como medidas insuficientes.
La importación de alimentos: Abastecimiento vs. Accesibilidad
Uno de los factores que tuvo incidencia en el alza de los precios de la comida fue la baja en la importación por parte del Estado venezolano. Como solución, se permitió a los empresarios importar a cuenta propia alimento, así la insuficiente cantidad de productos regulados fue reemplazada por una variedad de insumos traídos de Colombia y Brasil, cuyos precios son manejados a la tasa del mercado negro del dólar. Bajo esa perspectiva económica, el portal web de noticias El Estímulo calculó que el salario mínimo integral del venezolano se ubica en aproximadamente $30, mientras un mercado para una familia de 5 integrantes se ubicó en 45,41 dólares. Ni solo, ni junto con el salario mínimo el cestaticket socialista alcanza para hacer un mercado bajo estas condiciones.
A pesar de los constantes aumentos salariales, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), realizada por la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Simón Bolívar y la Universidad Católica Andrés Bello, lo que está consumiendo el venezolano promedio no es suficiente. La encuesta dice que 9 de cada 10 venezolanos no generan suficientes ingresos para comprar alimentos para su núcleo familiar. Dentro del estudio se determinó que la comida que más saltan los venezolanos es el desayuno, cuando solo 78,1% puede comerlo. Las cifras de almuerzos y cenas se mantienen por encima de 90%, pero las meriendas son casi inexistentes. Solo 3% de los venezolanos merienda en la mañana; 9% en la tarde y 2.9% en la noche.
También causado por la baja de importación de productos regulados por el gobierno, el pasado 2016 mostró un cambio notable en el patrón de consumo alimenticio del venezolano. El consumo de pollo pasó de 79% de las familias venezolanas en 2015 a solo 44% en 2016. De igual forma las carnes rojas, pasaron de 75% a 45%. El consumo de azúcar también bajó de 4 de cada 10 familias a solo 2 de cada 10. De todos los rubros solo aumentó el consumo de hortalizas, que pasó de 52% a 64% y el más radical fue la compra de tubérculos, que aumentó de 10% a 52% en apenas un año.
El aumento en estos dos rubros, podría justificarse en que son aquellos que se producen más en Venezuela y, por ende, son más económicos que los bienes importados de los países vecinos. Según reporta Misión Verdad, Venezuela produce 100% de la papa, pimentón, cebolla, tomate, apio, ñame, ocumo, yuca, auyama, lechuga, repollo, ají, cilantro, perejil, limón, parchita, guayaba, melón, cambur, plátano y demás hortalizas y frutas que se consume en el país. De igual forma, Venezuela produce 76% del pollo, 85% de los granos, 80% del arroz y 88% de los quesos y embutidos. Pero la motivación para comprar hortalizas y tubérculos no es solo económica. El consumo de estos rubros es mucho más marcado en los sectores de la población que están en pobreza extrema, no extrema y reciente, que según cálculos de la Encovi llegan a un 82% de la ciudadanía. Resalta que los tubérculos, a pesar de no generar el mismo nivel proteico que la carne, hacen sentir el estómago lleno por más tiempo que las hortalizas y granos, siendo la opción más económica.
La situación actual del salario, la alimentación y el abastecimiento evidenciada en la Encovi, representa un revés para el Gobierno de Nicolás Maduro, que había sido condecorado en 2013 y 2015 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO). En ambas ocasiones el organismo mundial congratuló al gobierno venezolano por “por lograr reducir a la mitad el porcentaje y el número de personas con hambre o subnutrición en el país”. En contraste con el año pasado, cuando 72% de los venezolanos perdieron peso, siendo los promedios 8,7 kilos y 9 en los estratos de la población que vive en pobreza extrema.
Por Daniel Acosta para Cotejo.info