- Durante su alocución, el presidente negó la crisis humanitaria usando como ejemplo tres exclusivas zonas de Caracas: Las Mercedes, La Castellana y Altamira
- Criticó el 70% de pobreza en Colombia, cita que resultó ser falsa. El estudio con datos más altos muestra un 28% de pobreza monetaria de nuestro vecino
- La alimentación es uno de los tres grandes factores de la crisis: en promedio los venezolanos han perdido 11 kilogramos en el último año y 80% de los hogares del país se encuentran en inseguridad alimentaria, según la Encovi.
Después de firmar unilateralmente el acuerdo redactado en República Dominicana y desde la sede del poder electoral, el presidente Nicolás Maduro Moros instó a los venezolanos el pasado dos de marzo a no “hacerse eco de tantas campañas sucias para desmotivar, desmoralizar, entristecer a los venezolanos (…) Hoy es viernes, vete a las discotecas, vete a los lugares de encuentro (…) vete a los restaurantes del este para que veas la crisis humanitaria”; acto seguido, el presidente retó al equipo reporteril del canal de noticias Globovisión a ir a los restaurantes de tres exclusivas zonas de Caracas: Altamira y la Castellana en Chacao, y las Mercedes en Baruta. “Pasa para que vean la crisis humanitaria a las 7 de la noche y las garrafas de Whisky que pasean por ahí”. Las declaraciones del presidente fueron cuestionadas en segundos.
La situación de hiperinflación afecta no solo a los ciudadanos y consumidores, sino también a los empresarios y emprendedores. Una nota del Diario 2001 publicada el pasado mes de febrero, describe la complicada situación que viven los restaurantes de Las Mercedes, donde cuentan han cerrado al menos 3 emblemáticos lugares: Doña Caraotica, La Casa del Llano y La Fonda.
El equipo periodístico del canal colombiano de noticias NTN24 decidió aceptar el reto del presidente y acudir a varios establecimientos de la exclusiva zona capitalina de Las Mercedes, donde encontraron una gran cantidad de mesas vacías y pocos comensales un viernes de quincena.
Las Mercedes, La Castellana y Altamira forman parte de populares zonas de gran tradición. Restaurantes, discotecas, sitios de esparcimiento y disfrute son, junto a grandes instituciones económicas, sedes de instituciones del Estado, parte del paisaje urbano. En urbes tan desgastadas por conflictos mucho más graves que el venezolano, como Damasco, en Siria, tienen aún una importante vida nocturna, a pesar del estruendo de la guerra y la prohibición del alcohol en barrios musulmanes. El medio web español Insider Pro, publicó en 2016 un foto reportaje de la agencia internacional de noticias Reuters donde se muestra cómo se relaciona en un club nocturno una juventud aturdida por los efectos de una cruda guerra civil que comenzó en 2011 y no parece tener un final al corto plazo.
Una comparación desfavorecedora
El jefe de Estado venezolano también aprovechó la oportunidad para criticar los niveles de pobreza en Colombia, asegurando que alcanza 70% de la población neogranadina. Sin embargo, los datos de las autoridades colombianas no concuerdan con la aseveración del presidente Maduro. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) la pobreza multidimensional en el año 2016 se ubicó en 17%.
En otra medición, complementaria y no excluyente a la anterior, el DANE calcula que 28% de los colombianos sufren de pobreza monetaria, lo que representa un aumento de 0,2% con respecto al año 2015, y sería el primer aumento en la pobreza en 15 años. Esta, la cifra oficial más alta del año, dista en 42% de las declaraciones del primer mandatario nacional, que parece acertar la cifra de pobreza propia.
Los datos de pobreza en Colombia son accesibles a través del portal web de la autoridad gubernamental de estadísticas. Su par venezolano, el Instituto Nacional de Estadística, no publica cifras de pobreza desde el primer trimestre del año 2015, según reporte del diario El Nacional. La página web del instituto, que se encuentra en constante mantenimiento, hace inaccesible los datos.
Sin datos oficiales
En vista del vacío de información, la sociedad civil venezolana coordinó acciones con organizaciones no gubernamentales y la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Simón Bolívar y la Universidad Católica Andrés Bello, para realizar la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, Encovi, por cuarta vez desde el 2014. El estudio se ocupa de calcular siete áreas específicas, entre ellas pobreza.
El estudio revela cifras poco alentadoras y, por mucho, mayores a las de Colombia: la pobreza viene en un aumento sostenido desde el año 2014, cuando se realizó la primera edición de la Encovi. En ese año, 51,6% de la población venezolana era catalogada como “no pobre”. Pero 4 años después el número se redujo a apenas 13%. A su vez, la pobreza y la pobreza extrema experimentaron un gran aumento, catalizado por el fenómeno hiperinflacionario: Venezuela pasó de tener 23,6% de sus ciudadanos en condiciones de pobreza extrema en 2014, a 61,2% en 2017.
En términos similares a los usados por el estudio colombiano del DANE, la pobreza multidimensional en Venezuela se ubicó en 51%, dato 3 veces mayor que la cifra colombiana de 17%.
En cuanto a la alimentación, la fundación Bengoa, también participante en la Encovi, refleja en el estudio una tendencia preocupante: el venezolano promedio perdió 11 kilos en el último año, dos kilos más que en la anterior versión de la publicación. Los hábitos alimenticios han cambiado; en general, se redujo considerablemente el ya mermado consumo de harina de maíz, pollo, carne, hortalizas y frutas. Los únicos alimentos cuyo consumo aumentó notablemente fueron las leguminosas y los tubérculos: estos dos rubros representan las opciones de proteína más económicas y generan una sensación de satisfacción al momento de comerlas.
Los más afectados son también los más pequeños. Según reportó el diario El Impulso en enero de este año, son al menos 280 mil niños con destruición los que están en riego grave. El diario barquisimetano cita a Caritas de Venezuela, institución adscrita a la Iglesia Católica que asegura que al menos 33% de la población infantil presenta retardo en su crecimiento, que podría afectar gravemente otros importantes indicadores como el rendimiento escolar.
La clasificación de Crisis
La palabra parece generar crispación entre las filas del gobierno. El discurso oficial define la situación como “guerra económica” y “bloqueo internacional”, pero documentos como la Encovi muestran que el deterioro en la calidad de vida del venezolano empezó a decaer rápidamente desde el año 2014, mucho antes de las sanciones que el Departamento del Tesoro estadounidense, Canadá y la Unión Europea han aplicado a algunos oficiales y funcionarios del Gobierno venezolano. La escasez de medicamentos, alimentos e interrupción de los servicios públicos coinciden con otro elemento económico: la baja de las importaciones a niveles comparables al paro petrolero de 2003.
Desde el punto de vista internacional, la Acaps, una ONG sin fines de lucro con sede en Suiza que se define como un proveedor de información independiente y no asociado con la ONU, genera una lista anual de crisis mundiales en desarrollo y califica la situación de Venezuela como una “crisis deteriorante”, junto a Yemen, el Congo, Mali, Somalia y otros países de África y oriente medio. En el documento publicado en noviembre de 2017, Venezuela es el único país de América que aparece en la lista, previendo 3 grandes preocupaciones prioritarias: seguridad alimentaria y medios de vida, acceso a la salud y medicamentos y el gran número de desplazados.
Motivado por la situación de constante flujo migratorio de Venezuela a otros países y en concordancia con lo publicado en informes como el del Acaps, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados publicó el lunes 13 de marzo un documento donde alienta a los gobiernos de los países vecinos a considerar la aplicación de mecanismos de protección en favor de los inmigrantes venezolanos, para evitar la deportación de la nueva masa migratoria. A pesar de la negativa del gobierno venezolano a aceptar ayuda humanitaria ofrecida por amigos y adversarios, países han hecho lo propio al otro lado de la frontera.
Según reportó el diario El Mercurio, la Oficina de Asuntos Globales del Gobierno de Canadá y la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD) financiaron la instalación de una escuela y una clínica en Boa Vista, la primera ciudad brasileña que recibe inmigrantes provenientes del sur de Venezuela.
La misma agencia de la ONU calcula que, entre 2016 y 2017, 100 mil venezolanos han solicitado asilo. Un reporte de la Organización Internacional para las Migraciones calcula que al menos 1 millón 622 mil 109 venezolanos han abandonado el país y el primer destino es la hermana nación: la criticada Colombia.
Por Daniel Acosta para Cotejo.info