- Para el politólogo e internacionalista Carlos Luna es realmente complejo medir del paso de colombianos y venezolanos debido a que son varios los tipos de migraciones, marcadas por una crisis humanitaria. Es un proceso que antes tuvo como país de origen Colombia, que se revirtió a partir de 1999 y ahora nace desde Venezuela
La diáspora de venezolanos es un hecho que ha generado alertas a nivel mundial. Sin embargo, el gobierno nacional niega la existencia de una “crisis migratoria” y en su lugar señala que el Puente Simón Bolívar es el canal de tránsito de los colombianos que viven en Venezuela.
Jorge Rodríguez, Vicepresidente de Comunicación, Cultura y Turismo de Venezuela, aseguró recientemente, en declaraciones desde el Palacio de Miraflores, que el 67% de las personas que transitan diariamente por el puente Simón Bolívar, en la frontera con Cúcuta, son colombianos que tienen como objetivo principal realizar compras de múltiples productos.
Por su parte, la vicepresidenta Delcy Rodríguez en días anteriores desarrolló una rueda de prensa sobre la situación migratoria venezolana e hizo referencia a la cantidad de colombianos que transitan y residen en el territorio nacional, tomando como referencia el mismo indicador.
Este dato se manifiesta en la Matriz de Monitoreo de Desplazamiento en la Frontera Colombo Venezolana realizada en el mes de julio del año pasado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Cancillería de Colombia y su departamento de Migración. En la misma se explica que el perfil básico del asentamiento de quienes cruzan la frontera es un 67% de personas colombianas.
Esta proporción se saca de la sumatoria del grupo de personas con nacionalidad colombiana (43%) y las que tienen ambas nacionalidades (24%), es decir, colombo-venezolanos, y el 33% restante corresponde a venezolanos.
De modo que la misma data podría usarse para afirmar también que un 57% de las personas que pasaron el puente Simón Bolívar, cuando fue tomada esa muestra, son venezolanos, si se suma el número de venezolanos (33%) y el de las personas que tienen ambas nacionalidades (24%).
El siglo pasado, en el vecino país se registró una primera ola migratoria fuerte hacia Estados Unidos y la segunda etapa ocurrió en la década de los 80 con destino a Venezuela.
Actualmente, de acuerdo con la Cancillería de Colombia, se encuentran 3.378.345 colombianos en el exterior.
Esta cifra se desglosa en el Anuario de Movimientos Internacionales de Viajeros 2016 publicado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), según el cual el movimiento entre Colombia y Venezuela en el período 2015 – 2016 marcó 109.593 entradas y 113.370 salidas. En ese lapso, Venezuela ocupó el séptimo lugar de la tabla de los países con mayor flujo migratorio de colombianos.
En el informe “Fronteras confusas, Impactos Sociales de la Migración” de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) del año 1998, citado por Jorge Rodríguez en su alocución, el antecedente de inmigración en Venezuela para el año 1979 refleja que se encontraban de forma legal 227.000 colombianos ubicados en zonas urbanas en viviendas con servicio de agua y electricidad en la mayoría de los casos.
Así las cosas, el politólogo e internacionalista Carlos Luna señaló que es compleja la medición del paso de colombianos y venezolanos debido a que hay varios tipos de migraciones, lo que convierte a la frontera en solo un punto geográfico, una zona culturalmente común.
Hace 60 años, cuando Colombia estaba en una comprometida situación, sus nativos se dirigieron a Venezuela, país que en ese momento presentaba mayor cantidad de oportunidades económicas. Según Luna, existen en el territorio nacional tres generaciones de colombianos migrantes; contexto que se revirtió en el año 1999 hasta 2014, cuando se profundizó la diáspora.
El también profesor de la Universidad Central de Venezuela alega que la crisis humanitaria compleja es un elemento fundamental al momento de evaluar la migración y el incremento del paso de venezolanos en la frontera que se quedan en el país vecino o lo contemplan en su camino hacia otras latitudes. En este sentido, hace énfasis en que el gobierno venezolano no utiliza información objetiva para establecer soluciones.
Venezuela en su historia presentó el rasgo de ser un país receptor de inmigrantes. La ausencia de datos actualizados por parte del gobierno nacional impide tener una visión clara y precisa de cómo se mantiene esta característica en la actualidad y dada la cercanía con Colombia, ambas naciones reciben ciudadanos que en medio de escenarios de crisis y dificultades económicas dejan su lugar de origen para buscar mejores condiciones de vida al otro lado de la frontera.
Valentina Saldivia para Cotejo