- El bolívar venezolano se ha devaluado más de 99 % durante la revolución socialista del siglo 21. Además, la hiperinflación, escasez y contracción de la economía siguen afectando al pueblo venezolano
- Los voceros oficiales repiten desde hace años que el país está “rumbo a la prosperidad económica”, pero la realidad desmiente a diario este eslogan político
“El programa de recuperación económica apunta de manera directa a sustituir y acabar el dólar criminal y el sistema de fijación y dolarización de precios y recuperar el salario y la capacidad de compra del pueblo de Venezuela. Es el eje central de todo el programa de recuperación económica. Reestablecer equilibrios. Corrijo, establecer equilibrios nuevos, macroeconómicos, que marquen definitivamente lo que tiene que ser el proceso de crecimiento económico”.
El presidente Nicolás Maduro ofreció estas declaraciones el pasado 17 de agosto de 2018, durante un acto en el Palacio de Miraflores en el que se anunció la segunda reconversión monetaria de la revolución socialista del siglo 21.
A dos meses de aquel evento, Cotejo.Info verificó datos, contrastó ese discurso público con los hechos devenidos y, en consecuencia, concluye que el programa de recuperación económica anunciado no ha logrado hasta el momento establecer los equilibrios macroeconómicos necesarios para iniciar el proceso de crecimiento de la economía.
Además, esa reconversión monetaria tampoco consiguió detener la hiperinflación, ni vencer la escasez, ni recuperar la capacidad de compra del pueblo venezolano ni evitar una nueva devaluación acabando con el dólar paralelo.
Lo que ocurrió en estos últimos 60 días fue algo distinto a lo comunicado por el jefe de Estado y por eso calificamos este discurso político como “falso”.
Los datos y hechos cotejados sugieren que se trata de otra promesa no cumplida o –dicho en los términos que manejan los voceros oficiales- de otra “batalla perdida” en esta supuesta “guerra económica”.
Cotejo.Info no comparte el concepto de “guerra económica” que manejan para justificar la crisis actual y tratar de evadir responsabilidades, porque los datos verificados históricamente desde que el primer medio digital de fact-checking de Venezuela inició sus publicaciones muestran que esta crisis es más bien producto de políticas económicas y financieras erradas, improvisadas o mal implementadas que han sido ensayadas en los últimos 20 años.
Datos reveladores
Si bien es cierto que en los primeros 30 días los asalariados sintieron una recuperación de su poder adquisitivo, como resultado del aumento de salario mínimo (lo multiplicaron por 60 y pasó de 3 millones a 180 millones de bolívares fuertes) y de los nuevos “precios justos” decretados para alimentos que fueron impuestos a través de fuerzas de seguridad del Estado, llevando a prisión a quienes no acataban la medida, después de ese impacto inicial se aceleró el proceso hiperinflacionario y se acentuó la escasez de productos básicos.
De hecho, las tasas de inflación mensual de agosto y septiembre superaron por primera vez el 200 %, según los datos publicados por la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional y los consumidores tuvieron problemas para conseguir carnes, pollos, huevos y leche en las últimas semanas.
Ese mismo 17 de agosto, Maduro también decretó la mayor devaluación del bolívar respecto al dólar registrada en la historia de Venezuela, porque la tasa oficial pasó ese día de 249.000 a 6.000.000 de Bolívares Fuertes (BsF). Y esa histórica devaluación la oficializó días después el Banco Central de Venezuela (BCV) al publicar el cambio de la tasa oficial usando la nueva moneda: pasó de 2,49 a 60 Bs Soberanos (BsS).
El proceso de devaluación de la tasa oficial no se ha detenido en las últimas subastas. Ciertamente, el ritmo de devaluación los últimos dos meses ha sido menor, pero la depreciación de la moneda nacional frente a la divisa estadounidense se sigue dando, subasta tras subasta.
Maduro le restó otros 5 ceros al cono monetario con la reconversión monetaria de agosto. De modo que, en total, los nuevos bolívares soberanos tienen 8 ceros menos que los bolívares que se usaban antes de 2008.
Con esta última reconversión y programa económico, el gobierno no ha logrado aún la prosperidad económica que viene prometiendo desde 2013 y tampoco ha conseguido corregir las fallas económicas estructurales que están afectando al país y que son la causa principal de la hiperinflación y devaluación que estamos padeciendo.
No obstante, quizá sí han logrado un efecto sicológico en la opinión pública, porque los ciudadanos más humildes perciben que con un solo billete de 100 BsS pueden comprar hoy lo que antes solo podían comprar con una bolsa llena de billetes de BsF.
La realidad es que actualmente con esos 100 BsS los venezolanos no pueden comprar ni un cartón de huevos, porque este cuesta 120 BsS, de acuerdo con el último “precio justo” impuesto por el gobierno.
Y para los que nos leen desde otros países resultará fácil entender que un billete de 100 dólares, por ejemplo, compra mucho más que un cartón de huevos en cualquier rincón del planeta.
Devaluación de más de 99 %
Si uno compara el precio del dólar en Venezuela al 10 de octubre pasado (6.270.000.000 Bsx$ o 62,7 BsSx$) con el precio que tenía el dólar el día que Hugo Chávez tomó posesión del cargo de Presidente de la República de Venezuela por primera vez, en febrero de 1999 (573,8 Bsx$), puede concluir que la moneda venezolana se ha devaluado más de un 99 % tras la llegada de la revolución socialista y que su poder de compra es más débil hoy que ayer. Cotejo.Info produjo una gráfica que nos permite ver con claridad lo que ha sucedido en materia de devaluación en los últimos 100 años.
El bolívar venezolano valió lo mismo que el dólar hasta 1929, cuando se inicia una larga serie de devaluaciones. La primera devaluación ocurre durante la dictadura gomecista, pero la más recordada por la mayoría de los venezolanos actuales fue la del “viernes negro” del período de Luis Herrera Campins. Sin embargo, esa fue pequeña en comparación con las que tuvimos en 2008 y en 2018, como revela la gráfica.
Tras el “viernes rojo” del pasado 17 de agosto, el economista Ricardo Hausman calificó la decisión tomada en materia cambiaria como una “maxidevaluación”, que junto con las otras medidas anunciadas, en lugar de recuperar a la economía nacional, la llevarían a un proceso de agudización de la hiperinflación, la escasez y la contracción del Producto Interno Bruto.
En su última actualización de datos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó que la inflación de Venezuela será de 10.000.000 % en 2019, diez veces mayor a la proyectada para 2018 (1.000.000 %).
Y el Banco Mundial estima que la economía venezolana se contraerá este año una vez más, -18,5% para ser exactos, lo que sumado a la recesión acumulada hasta el momento entre 2014 y 2018 implica que la economía de Venezuela se reducirá a la mitad en menos de un período presidencial durante la administración de Nicolás Maduro.
El director de Ecoanalítica, Asdrubal Oliveros, por su parte, destacó en un tweet del 4 de septiembre de 2018 que el nuevo bolívar soberano se había devaluado ya 1,34% respecto al dólar en el mercado oficial, desde la primera subasta (60,27 BsSx$) hasta la sexta subasta (61,09 BsSx$). Y que en el mercado no oficial o paralelo, la devaluación llegaba ya a 33,7% para las transacciones al menudeo y 46,7% para las transacciones corporativas.
Ya para este miércoles 17 de octubre pasado la tasa BCV valoraba el dólar estadounidense en 63,47 BsS, reflejando la tendencia sostenida a la depreciación de nuestra moneda.
¿Fuerte y Soberano?
En el siglo 20, el Bolívar llegó a ser considerado como una de las monedas fuertes y estables del planeta. De hecho, nuestra moneda nacional compitió con el Riyal Saudita por la corona de la estabilidad respecto al dólar estadounidense hasta mediados de los años 70, como bien recuerda el ex director del BCV, Maximir Álvarez Dragnic, en un artículo recientemente publicado.
“El Bolívar era una moneda con capacidad de compra perdurable en el tiempo. Esto queda perfectamente reflejado en un pasaje de la primera novela de la serie de James Bond, en la que se describe cómo en una reunión de directiva de organizaciones criminales mundiales, el contador informa que ‘los ingresos totales, por razones de prudencia, los hemos convertido a francos suizos y bolívares venezolanos, pues continúan siendo las monedas más duras en el mundo”, precisa Álvarez en dicho artículo.
Obviamente, en la actualidad, ningún contador ni gestor financiero calificado recomendaría a sus jefes ahorrar en bolívares o mantener activos financieros y reservas patrimoniales en bolívares.