Organizaciones médicas y de DDHH confirman muertes por apagón eléctrico. El Ministerio niega las muertes y la existencia de una crisis en el sector salud
Según Médicos por la Salud, solo en el Hospital Manuel Núñez Tovar del estado Monagas fallecieron 15 personas por las fallas eléctricas
Si no se actúa oportuna y suficientemente para detener el colapso sanitario y la escasez de medicinas, el país transitará de una crisis humanitaria a una catástrofe humanitaria
Ocho Ministros de Salud ha tenido el gabinete ejecutivo de Nicolás Maduro en los últimos 6 años: Isabel Iturria, Francisco Armada, Nancy Pérez, Henry Ventura, Luisana Melo, Antonieta Caporale, Luis López y Carlos Alvarado. Hasta el momento, ninguno de ellos ha logrado solucionar la crisis en el sector salud que atraviesa Venezuela, expresada -entre otras facetas- en la escasez de medicinas e insumos básicos en centros hospitalarios, que día tras día cobra vidas y afecta a tantas familias.
- Isabel Iturria (2013-2014)
- Francisco Armada (2014)
- Nancy Pérez (2014)
- Henry Ventura (2015)
- Luisana Melo (2016)
- Antonieta Caporale (2017)
- Luis López (2017-2018)
- Carlos Alvarado (2018-actualidad)
El ministro de Salud, Carlos Alvarado, aseguró en marzo que no hubo pacientes muertos en el país producto del colapso del sistema eléctrico.
Y en esa misma declaración pública, Alvarado precisó que 392 hospitales fueron afectados por la interrupción del suministro eléctrico a nivel nacional, pero que solo 15 de ese total –los hospitales más pequeños- no contaban con planta eléctrica para enfrentar esa situación, y que durante el apagón tampoco se llegaron a perder vacunas porque se logró garantizar la cadena de frío.
Sin embargo, tanto gremios profesionales del sector salud como organizaciones defensoras de derechos humanos y asociaciones civiles del ámbito privado, desmintieron con números ese discurso oficial.
La organización no gubernamental Médicos por la Salud, por ejemplo, reportó 24 fallecidos del 7 al 11 de marzo de 2019, detallando incluso los hospitales donde ocurrieron los hechos a nivel nacional, con sus respectivas fechas y causas.
Según Médicos por la Salud, solo en el Hospital Manuel Núñez Tovar del estado Monagas fallecieron 15 personas por las fallas eléctricas en ese período; además, reportaron que cuatro neonatos perdieron la vida en la capital de la República y que también murieron un bebé en el estado Zulia y un adulto en Aragua, por citar solo algunos casos.
Médicos por la Salud es la organización venezolana responsable de la Encuesta Nacional de Hospitales, que se realiza anualmente desde el año 2014 en respuesta a la falta de publicación de indicadores clave del sector salud por parte del gobierno. Sus miembros son galenos, enfermeras y otros técnicos de salud que laboran en los 40 hospitales más importantes del país.
En su primer boletín de 2019, publicado el pasado 21 de febrero, Médicos por la Salud informó también que en solo tres meses murieron en Venezuela cerca de 1.557 personas debido a la escasez de medicinas e insumos que existe en los centros hospitalarios y que imposibilita la atención de las emergencias médicas.
Este grupo lleva registros de las carencias de servicios públicos básicos, como agua y energía eléctrica, desde hace cinco años, y en la última edición de su encuesta advirtieron que 67 % de los hospitales encuestados reportó cortes de luz en 2018.
La organización defensora de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), por su parte, publicó recientemente un informe que documenta con lujo de detalles la crisis en el sector salud en Venezuela.
HRW sostiene que se requiere una respuesta a gran escala de Naciones Unidas para poder atender eficazmente la emergencia humanitaria en Venezuela.
“El sistema de salud está totalmente colapsado”, se lee en el referido documento. “Aunque el Gobierno dejó de publicar datos oficiales sobre nutrición en 2007, las investigaciones de organizaciones y universidades venezolanas documentan altos niveles de inseguridad alimentaria y desnutrición infantil, y los datos disponibles muestran una alta proporción de niños y niñas ingresados en hospitales con desnutrición”.
Los aumentos de las tasas de mortalidad infantil (+30 %) y mortalidad materna (+60 %), así como la reaparición de enfermedades que ya habían sido superadas, como la malaria y tuberculosis, o prevenibles con vacunas, como el sarampión y la difteria, son otro signo clave de la crisis en el sector salud.
HRW destaca el drástico deterioro experimentado por el sistema de salud venezolano en los últimos seis años, pero de manera especial a partir de 2017.
Venezuela fue el principal importador de medicinas de América Latina en 2013, con compras estimadas en 3.700 millones de dólares por Bank of America Merrill Lynch. Pero la situación actual es muy distinta: la crisis económica y el colapso de las finanzas públicas han llevado al presupuesto del sector salud a su mínima expresión en décadas, a pesar de que el gobierno no tiene disciplina fiscal y sigue monetizando su déficit con dinero inorgánico: bajó de 6,1% en 2009 a 3,1% en 2015, según la revista médica TheLancet.

Fuente: TheLancet
Y la escasez de medicinas e insumos básicos para brindar servicios hospitalarios ha llegado a picos históricos en los últimos años, superiores al 80 % y 90 %.

Fuentes: BCV, AS/COA, Fefarven, Codevida y Convite
“Un apagón de más de un día de duración que afectó a todo el país en marzo, y otros cortes recurrentes de electricidad ocurridos desde entonces, han menoscabado todavía más la posibilidad de los hospitales públicos de responder adecuadamente a las necesidades médicas de los venezolanos”, resaltó HRW en su informe.
Adicionalmente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cantidad de casos confirmados de malaria en Venezuela ha aumentado en forma constante en los últimos años, de 36.000 en 2009 a más de 414.000 en 2017.
“Un documento oficial, elaborado en coautoría con el Ministerio de Salud de Venezuela, muestra que actualmente la malaria es endémica en el país. Expertos en salud atribuyen esto a la reducción en las actividades de control de mosquitos, la escasez de medicamentos para tratar la enfermedad y las actividades de minería ilegal, que favorecen la reproducción de los mosquitos al generar estanques de agua”, acotó HRW.
Como si esto fuera poco, pacientes con VIH se han visto obligados a suspender su tratamiento debido a la falta de disponibilidad de medicamentos antirretrovirales.
“Un informe de 2018 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estimó que casi nueve de cada diez venezolanos con VIH registrados por el Gobierno (69.308 de 79.467 personas, es decir 87 %) no estaban recibiendo tratamiento antirretroviral”, puntualizó la organización defensora de derechos humanos.
Y aunque en 2018 empezó a ingresar al país más ayuda internacional, esa asistencia no es suficiente para atender las necesidades urgentes de la población, tal como denunció recientemente la Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet en Ginebra, donde describió las verdades sobre la real crisis humanitaria venezolana.
El pasado 23 de marzo, The Lancet publicó un editorial sobre la crisis en el sector salud venezolana, bajo el título El derecho a la salud de Venezuela se derrumba en medio de la crisis política, que advierte sobre el agravamiento de la crisis producto de la crisis económica y política, la escasez de medicinas e insumos básicos y el colapso de dos servicios públicos de primer orden: agua potable y energía eléctrica.
La prestigiosa revista médica también publicó previamente una investigación sobre la crisis en el sector salud nacional, como un potencial factor desencadenante de una crisis regional.
Cáritas Venezuela, una organización católica humanitaria que le da seguimiento al estado de la nutrición y brinda asistencia nutricional a niños en comunidades de bajos recursos en Caracas y varios estados, alertó recientemente que la crisis humanitaria venezolana podría convertirse en una catástrofe humanitaria, si no se toman los correctivos.
Los datos disponibles sugieren que la advertencia es válida, sobre todo al tomar en cuenta la capacidad de respuesta que ha mostrado el gobierno de Maduro para resolver los problemas de energía eléctrica, agua potable y dotación de centros de salud hasta el momento.