Año escolar 2018-2019 se ve alterado por crisis eléctrica, ausencia de alimentos y transporte, advierte el Observatorio de Educación de Venezuela
De acuerdo con la Fundación Arturo Uslar Pietri el déficit de maestros calificados en las escuelas es de 83 % y más de 95% de la infraestructura escolar del país está en ruinas
En Venezuela hay una emergencia compleja en educación
La crisis venezolana se agudiza y cada vez más su repercusión colma cada aspecto de la sociedad. La educación, el futuro del país, se ve comprometido. El desarrollo y crecimiento de los niños y adolescentes se va afectando en medio de un escenario como el actual.
De Acuerdo con Aristóbulo Istúriz, ministro del Poder Popular para la Educación, el cierre del año escolar 2018-2019 está pautado para los días 25 y 26 de julio, “como parte de la adecuación del calendario escolar para recuperar las jornadas académicas que fueron afectadas por el sabotaje al Sistema Eléctrico Nacional (SEN)”.
Con las declaraciones del ministro Istúriz, se desglosan distintos elementos que marcaron al año escolar 2018-2019, no solo con el sistema eléctrico.
Las historias, los afectados y los vacíos son muchos. La educadora Luisa Pernalete de la red de Fe y Alegría, manifestó recientemente que «Este año escolar se puede catalogar como tormentoso y suspendido». Aunque el año escolar 2018-2019 no ha culminado para el momento de publicación de este trabajo, la mayoría de los colegios y liceos del país ya han terminado sus actividades y la algarabía de los cursantes de quinto año de bachillerato se siente en las calles.
Crisis eléctrica, un factor de peso, pero no el único
La educación venezolana está golpeada en muchos sentidos, Olga Ramos, coordinadora del Observatorio de Educación de Venezuela, en declaraciones para Cotejo.Info, informa que la crisis eléctrica, la ausencia de alimentos, uniformes, transporte y recursos para realizar las tareas, así como la falta de maestros que han dejado sus puestos de trabajo por problemas salariales, son los diversos elementos que distinguieron a este año escolar 2018-2019.
Ramos acotó que las fallas del sistema eléctrico tuvieron graves repercusiones en el desarrollo de las clases en el estado Zulia, la falta de combustible para transporte fluvial fue un punto crucial en Delta Amacuro, en la región andina se limitó la educación por fallas en servicios como el agua y la electricidad, y en Lara y Apure las protestas de docentes recortaron los días de clases a distintos niveles.
Por su parte, Antonio Ecarri, presidente de la Fundación Arturo Uslar Pietri, alegó recientemente que “la situación del profesor venezolano es la peor de la historia y este el peor año escolar”, el déficit de maestros calificados en las escuelas es de un 83% y más del 95% de la infraestructura escolar del país está en ruinas.
La migración de venezolanos es un factor que se evidencia con fuerza en el sector de educación, tanto maestros como estudiantes son parte de este proceso. Y si la escuela se encuentra en zona fronteriza, las condiciones son más notorias.
Sobre estas líneas, se comenta que la alimentación es un factor determinante en las irregularidades del año escolar 2018-2019. y, de acuerdo con reporte, el 60% de las instituciones educativas de Carabobo no reciben el Programa de Alimentación Escolar (PAE). Un hecho que restringe la asistencia de los niños y adolescentes a las aulas de clase.
Las emociones predominan
Olga Ramos puntualizó que las emociones de los estudiantes en el escenario de la emergencia humanitaria compleja en Venezuela juegan un papel de gran importancia. Hay una carga de estrés en el grupo familiar por dificultades económicas, el estudiante se puede sentir triste por la migración de algún ser querido, niños y adolescentes participan en protestas por servicios básicos y también se ven afectados los menores de edad que se han visto involucrados en las acciones de cuerpos de seguridad y grupos violentos.
Un estado emocional complejo e inestable dificulta directamente el proceso de aprendizaje en cualquier nivel educativo y de edad, en un contexto donde no existen las condiciones para la concentración.
Recordemos que, en un trabajo anterior realizado por el equipo de Cotejo.Info, evaluamos las cifras que delimitaban el inicio de un nuevo año escolar en el período 2018 – 2019, donde reinaban las inconsistencias numéricas.
El ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, manifestaba que cerca de 7 millones de estudiantes iniciarían clases. Para el cierre de año, el escenario se ha visto afectado por múltiples factores que oscurecen la calidad y el desarrollo de la educación en Venezuela.
Basta esperar el inicio del nuevo año escolar con nuevas cifras que pueda otorgar el ministerio. Es pertinente recordar que no se tienen a disposición de la sociedad venezolana cifras actualizadas que permitan esclarecer un balance sobre este sector.