Hasta 80 % de escasez de medicamentos específicos reflejan las cifras de Convite
El anunciado Motor Farmacéutico no ha sido suficiente para enfrentar el déficit de los medicamentos necesarios en la atención de la salud de los venezolanos
La Cruz Roja estima podría atender hasta 650 mil personas al cabo de un año de su programa asistencial
El deterioro de las condiciones de vida de los habitantes y la escasez de medicamentos y alimentos en Venezuela ha llevado a expertos a afirmar que nos encontramos ante un complicado panorama de Emergencia Humanitaria Compleja (EHC), que ha sido reconocido más recientemente por la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, en su informe presentado el 5 de julio de 2019.
Distintas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) han hecho esfuerzos para visibilizar lo que sucede en nuestro país, como lo ha hecho Transparencia Venezuela que ha explicado parte de lo que ocurre.
En septiembre de 2018 se abordaba el problema. Naciones Unidas definió la EHC como “una crisis humanitaria en un país, región o sociedad en la que hay una total o considerable ruptura de la autoridad, como resultado de un conflicto interno o externo, y que requiere una respuesta internacional que va más allá del mandato o capacidad de un solo organismo y/o el programa de país de las Naciones Unidas en curso» (Documento Emergencia Humanitaria Compleja. Derecho a la Salud. 2018. Página 1).
En este sentido, dar solución a una EHC requiere utilizar marcos y maneras de protección internacional para atender de forma multidisciplinarias las facetas de la crisis que se presenta, tal como es el caso de Venezuela.
La negativa del gobierno
Nicolás Maduro negó la crisis humanitaria hasta principios de año, pero luego terminó reconociéndola y autorizó a la Cruz Roja para la distribución de la ayuda humanitaria externa en el país. La realidad sufrida por los venezolanos no podía seguir siendo escondida por más tiempo, principalmente tras las fuertes olas migratorias que se estaban produciendo.
Maduro anunció el 20 de marzo el relanzamiento del llamado Motor Farmacéutico, en un acto en el que supervisó lo concerniente a la producción, importación y distribución de medicinas en el país.
“Le garantizo a Venezuela, al pueblo venezolano, que el imperialismo norteamericano no va poder con la medicina venezolana, con la salud del pueblo venezolano”, aseguró.
Como el gobierno demoró en reconocer la compleja escasez de medicamentos que amenazaba la vida de muchos ciudadanos, las consecuencias de estas decisiones no se hicieron esperar.
La crisis en materia de salud, según defensores de derechos humanos (DDHH), es comparable con la que sucede en Yemen. La Cruz Roja incluso ha anunciado que la operación de entrada de ayuda a Venezuela era comparable al trabajo que realizan en Siria, un país en guerra.
En el caso de Valencia, su alcalde Alejandro Marvez ha hecho anuncios sobre operativos en los que atienden el tema de la salud de forma no regular.
El 12 de julio informó sobre la asistencia a más de 500 personas en la ciudad a través de una jornada denominada “Valencia, te quiero”, pero se requiere más planificación en materia de salud para que la atención de estas necesidades no sea un asunto intermitente.
Desde el 16 de abril de 2019, la Cruz Roja en Venezuela asumió la entrega y distribución de un primer lote de 24 toneladas de insumos que incluyen 14 plantas eléctricas y sistemas automáticos.
La ayuda se estará repartiendo en ocho hospitales y 30 ambulatorios, además de centros públicos de salud.
En la primera etapa, según ha informado la Cruz Roja, esperan atender a 650.000 personas y planifican que dure un año.
La escasez de medicamentos se mantiene
La falla en el suministro de medicamentos es un rasgo de la Emergencia Humanitaria Compleja que afecta al país en general, pero de una forma más severa en algunas ciudades y estados del país de manera en particular.
De acuerdo con el boletín de la Asociación Civil Convite, de mayo de 2019, se muestra cómo continúa la escasez de medicamentos en patologías como diabetes, hipertensión arterial, infecciones agudas respiratorias, síndromes diarreicos, depresión o trastornos de la personalidad y convulsiones en ocho ciudades principales del país.
Las metrópolis monitoreadas fueron el área metropolitana de Caracas, Puerto Ordaz, Barquisimeto, Maracaibo, Mérida, Ciudad Bolívar, Puerto La Cruz y Valencia.
La ciudad de Valencia, por ejemplo, muestra un índice mayor de escasez de medicamentos que necesitan los pacientes que convulsionan o quienes padecen por trastornos depresivos.
En el reporte, se observa cómo en la capital de Carabobo, Valencia, se midió la escasez entre enero y mayo de 2019, y se destacan los siguientes datos:
Los picos mayores se registran en los medicamentos que se emplean como anticonvulsionantes, en enfermedades de infecciones respiratorias agudas y antidepresivos. (Boletín A.C. Convite mayo 2019. Página 9).
Los dos tipos de medicinas más escasas en la capital de Carabobo son los anticonvulsionantes y antidepresivos, según Convite.
Si bien es cierto que en todas las mediciones Valencia se ubicó por debajo de la media general, también llama la atención que en ninguno de los casos los niveles de escasez del país se situaron por debajo de 50 %, lo que sugiere que los pacientes que requieren estos medicamentos tienen menos de la mitad de posibilidades de acceder a ellos, incluso a pesar de la entrada de ayuda que distribuye actualmente la Cruz Roja en el país.