- Según ENCOVI, nueve de cada 10 venezolanos no tienen ingresos suficientes para adquirir alimentos
- El salario mínimo expresado en dólares es de $1,71 al mes
- La administración de Maduro se aferra a las misiones para sacar al país de la pobreza
El actual jefe de gobierno de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó durante la celebración de los seis años de la creación del Sistema de Misiones y Grandes Misiones “Hugo Chávez” el pasado 13 de agosto, en el Teatro Teresa Carreño de la ciudad de Caracas, que Venezuela debe ser “un territorio 100 % libre de pobreza”.
«Si están todas las misiones y si el pueblo tiene trabajo, ingreso, salud, educación, cultura, atención a la vivienda, si el pueblo tiene a sus misiones socialistas allí funcionando, allí esa comunidad debe ser 100 % libre de pobreza«, dijo el máximo funcionario gubernamental.
A pesar de que algunos medios retrataron que Maduro había afirmado que ya Venezuela era territorio 100 % libre de pobreza, realmente lo que hizo fue declararlo como meta y notificar a Aristóbulo Istúriz que el país debe ser un territorio 100 % libre de pobreza, sin especificar en qué periodo se ha de lograr tan ambicioso objetivo. Si nos ceñimos a la regla SMART que se aplica a los objetivos y metas, estos deben tener un plazo de tiempo para cumplirse. Acá no se estableció periodicidad alguna.
La pregunta es, ¿vamos por buen camino para llegar a ser un país 100 % libre de pobreza? Según estudios realizados por entes privados, la data disponible a nivel global y, sobre todo, el día a día de los venezolanos, la respuesta es un contundente NO.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) 2018, realizada por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES), la mitad de los hogares venezolanos son considerados como pobres a nivel multidimensional (51 % para ser exactos, página 3). Se toman en cuenta variables como estándar de vida, empleo y protección social, educación, servicios y vivienda.
Hace un año, el director de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y a la Vida (Codevida), Francisco Valencia, denunció ante la ONU que 87 % de la población venezolana vive en la pobreza, y seis de cada 10 en situación de pobreza extrema. En el mismo acto -organizado por Human Rights Watch y llevado a cabo en paralelo a la 39na sesión regular del Consejo de Derechos Humanos de la ONU-, el integrante del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, Eduardo Trujillo, aseguró que «más de 8 millones de venezolanos solo comen dos veces por día o menos, y lo que ingieren no es nutritivo. De media, los venezolanos perdieron 11 kilos de peso solo en 2017».
“Pobreza extrema” llevada a la máxima expresión
Según el Banco Mundial, una persona se considera en situación de pobreza extrema si sus ingresos son inferiores a 1,9 dólares al día. Pues bien, en Venezuela el salario mínimo estimado para el martes 3 de septiembre de 2019 es de $1,71 al mes. Este cálculo se deriva de la división entre el ingreso mínimo estipulado en la ley venezolana, que es de 40 mil bolívares, y la cotización oficial de dólar para la fecha mencionada (23 mil 330 bolívares por dólar). Si tomamos en cuenta que hay aproximadamente 4 millones 500 mil pensionados (ENCOVI estima que 55 % de los hombres y 57 % de las mujeres se encuentra bajo esta condición) y 3 millones de empleados públicos que devengan este monto, la frase “pobreza extrema” cobra otra dimensión para alrededor de tres de cada 10 venezolanos.
ENCOVI revela que nueve de cada 10 venezolanos no tienen ingresos suficientes para comprar alimentos (89 %, página 6). La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) nos dice que en el periodo 2016-2018, la prevalencia de la subalimentación (%) se ubicó -en promedio- en 21.2 %, mientras que el número de personas subnutridas (promedio de 3 años) para el mismo trienio fue de 6.8 millones.
Empleo vulnerable
La ENCOVI 2018 maneja datos bastante interesantes en materia de empleo. Entre 2015 y 2018, la desocupación abierta aumentó 10 %. Pero ese no es el único desequilibrio. Hay otros aspectos que afectan a uno de cada cuatro empleados venezolanos (página 5), como el desempleo abierto (9 %), subempleo visible (1,6 %), subempleo invisible (3,7 %) y 10,4 % a lo que ellos llaman “desalentados”.
Por su parte, el Banco Mundial (BM) también maneja estadísticas de trabajo para Venezuela. Ellos manejan una cifra de desempleo de 8,3 % para el año 2018.
El BM estima el empleo vulnerable, el cual se refiere a los trabajadores familiares no remunerados y a los trabajadores autónomos como porcentaje del empleo total, en 32,9 %. En este caso hablamos de más de tres de cada 10 empleados bajo esta condición.
Los trabajadores asalariados, es decir, aquellos trabajadores que mantienen el tipo de empleo definido como «trabajos remunerados», donde los titulares mantienen contratos de empleo implícitos o explícitos (escritos u orales) que les garantizan una remuneración básica que no depende directamente de los ingresos de la unidad para la que trabajan, los ubica el BM en 63,5 % para el año pasado.
Educación rezagada
La pérdida de cobertura educativa en el período 2015-2018 es estimada por la ENCOVI en un lapidario 70 %, mientras que el rezago escolar en niños y adolescentes es, en promedio, de 24,5 %.
ENCOVI también revela que solamente 50 % de los escolarizados asiste regularmente. Los principales causantes de la ausencia escolar son: falta de agua (28 %), falta de comida (22 %), falta de electricidad (15 %), falta de comida en el plantel (13 %) y falta de transporte (17 %).
Nuestra redactora, Valentina Saldivia, hizo un diagnóstico del año escolar 2018-2019 en uno de sus más recientes trabajos, que revela el estado de precariedad de la educación venezolana.
Salud: reflejo de la Emergencia Humanitaria Compleja
El aspecto salud es uno de los más mencionados en los últimos años, puesto que el deterioro ha sido en todos los frentes, desde la atención a embarazadas, reflejado en la alta migración de estas a otros países en busca de mejores garantías para sus hijos, hasta la crisis en los hospitales públicos por falta de medicamentos, instalaciones acordes y profesionales de la salud, puesto que muchos de ellos se han ido a otros países. Lo peor es que el gobierno sistemáticamente ha negado hasta el día de hoy la existencia de una crisis humanitaria, aun cuando la mismísima Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la Organización de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la ha reconocido a través de sus informes enfocados en Venezuela.
Dos indicadores particularmente dramáticos de la Emergencia Humanitaria Compleja que atraviesan los venezolanos son, la tasa de mortalidad neonatal por cada 1000 nacidos vivos y la mortalidad materna. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ubica la rata de fallecimiento neonatal por cada 1000 nacimientos vivos en Venezuela para 2017 en 19,8.
Por su parte, la mortalidad materna es calculada por la OMS para 2015 en 95 por cada 100 mil nacimientos vivos, 32,64 % mayor que Colombia (64 por cada 100 mil). En el caso puntual del estado Lara, el más reciente informe del Laboratorio de Desarrollo Humano (Ladeshu) indica que esta tasa es de 100,1 por cada 100 mil nacimientos vivos en 2018, lo que ubica a esta entidad federal a niveles de la década de los 60 del siglo pasado.
Si se quiere un país 100 % libre de pobreza, el camino a recorrer será bastante largo y difícil. Se debe empezar por establecer planes serios en cada renglón, con metas realizables, escalables y medibles, además de hacerles constante seguimiento. Ah, y lo más importante, que tales políticas trasciendan gobiernos e ideologías para que sean sostenibles en el tiempo.
Es cierto que Venezuela debe ser un territorio 100 % libre de pobreza. El detalle radica en que, para Nicolás Maduro, las condiciones citadas por él en su alocución se están dando (misiones operativas y un pueblo (sic) con trabajo, ingreso, salud, educación, cultura y atención a la vivienda), cosa que evidentemente no es así. Por ello, catalogamos este trabajo como una media verdad.