Escuche aquí el Podcast #4 de Venezuela 2020: El renacimiento de los medios de comunicación
- Desmontar la hegemonía comunicacional construida desde la oficialidad y sustentabilidad de los medios de comunicación a futuro, los mayores retos a afrontar
- 71 medios impresos han cambiado de circulación, migrado a web o cerrado entre 2013 y 2018
- 144 emisoras radiales han sido sacadas del aire por Conatel
Uno de los sectores más perjudicados en Venezuela durante los últimos 20 años es, sin duda, el de los medios de comunicación. Y es que, desde que el entonces presidente Hugo Chávez les declarase la guerra luego de una corta luna de miel inicial, el asedio al aparataje mediático privado venezolano ha sido incesante, con consecuencias devastadoras tanto para los medios en sí como para la ciudadanía, que al final es la principal afectada.
La fortaleza –o debilidad- de los medios de comunicación es uno de los más fuertes indicadores de democracia que puede existir, de allí su importancia como termómetro de la actualidad de un país. Es por ello que en el seriado de reportajes de Cotejo.info denominado “Venezuela 2020 – El país que viene”, dedicamos un apartado a este importante sector.
Medios de comunicación en cifras
De acuerdo con una investigación desarrollada por la Asociación Civil Medianálisis, organización no gubernamental que hace vida en Barquisimeto, estado Lara, 71 medios impresos han cambiado su frecuencia de circulación, migrado a la web o desaparecido a lo largo y ancho del país entre 2013 y 2018. Sobresalen en este listado El Nacional, uno de los referentes del periodismo venezolano, El Impulso, decano de la prensa nacional, El Carabobeño, principal medio impreso de la región central y más recientemente, en 2019, Panorama, diario de mayor antigüedad del estado Zulia, con 104 años ininterrumpidos hasta el pasado 14 de mayo.
La situación de la radio venezolana no es más esperanzadora. Radio Caracas Radio (RCR), tras 89 años al aire, cesó sus transmisiones el 30 de abril de 2019 de forma abrupta gracias a una maniobra administrativa por parte de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel).
RCR es una de las 144 emisoras que Conatel ha sacado del aire, según palabras de Francisco Urdaneta, director del Sindicato de Radio y Televisión del estado Lara. El argumento que utiliza el ente estatal para estos cierres es el vencimiento de la concesión, un arma poderosa que ha sido convenientemente empleada para deshacerse de aquellas estaciones radiales que resultan ser incómodas para los intereses gubernamentales por su línea editorial.
Radio Caracas Televisión (RCTV), medio televisivo que salió del aire el 27 de mayo de 2017, sentó un peligroso precedente en el país en cuanto a medios que fueron sacados del aire por representar una amenaza a los ojos del gobierno, más allá del tecnicismo del “cese de la concesión”.
Restricciones a la libertad de expresión, un grave problema
Reporteros Sin Fronteras (RSF) ubica a Venezuela en la posición 148 –de 180 países- en su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2019, descendiendo cinco puestos con respecto a 2018. Una muestra de ello es que, solo en 2017, hubo 708 violaciones a la libertad de expresión según Espacio Público. El Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) contó 1.087 para ese mismo año. Ese número ha ido en constante ascenso desde 2012.
Otro inconveniente que se deriva de la falta de protección por parte del Estado venezolano para ejercer libremente el periodismo se refleja en las prácticas de censura y autocensura. El estudio Situación del Periodismo 2019, que lleva a cabo año tras año Medianálisis, sostiene que 20 % de los encuestados ha recibido instrucciones por parte de sus superiores de censurar algún contenido, mientras que 38 % ha optado por la autorregulación.
Hegemonía comunicacional indetenible
Hugo Chávez y Nicolás Maduro entendieron desde el primer momento el alcance e importancia de los medios de comunicación y dirigieron todos sus esfuerzos para hacerse de espacios cada vez más favorables, a la vez que apartaban mediante diversas estrategias jurídicas a aquellos que no lo eran tanto para su imagen y para la del proyecto político que representan. Para 2015 IPYS reveló que, de los 889 medios que había para el momento en prensa, radio, televisión y web, 422 eran de tendencia pro oficialista (47,46 %).
Una práctica común en estos años de revolución es la adquisición de medios -que en su momento fueron referentes de la oposición- por parte de personajes conectados con el mundo revolucionario, no necesariamente con exposición mediática. Los casos más emblemáticos son los de la televisora Globovisión, antigua vitrina del sector político opositor y de sus seguidores, y el diario El Universal, uno de los impresos de mayor abolengo en el país y de tradición conservadora. En ambos casos, sus líneas editoriales dieron un giro de 180 grados, dando prioridad a la voz gubernamental.
¿Cómo llegamos a este punto?
Carolina González, periodista y jefa de redacción del diario El Carabobeño, parte del afán de hegemonía comunicacional por parte del gobierno venezolano, el cual cataloga como “muy exitoso”, al menos en el estado Carabobo.
Entre los aspectos que González considera críticos como causantes de la crisis de los medios de comunicación enumera la falta de venta de papel –recordemos que actualmente se obtiene a través de la Corporación Alfredo Maneiro, afín al régimen de Maduro-, falta de anunciantes y sanciones por parte del Estado a quienes se atrevan a anunciar en medios de línea editorial crítica.
El caso de El Carabobeño es el mismo de muchos medios que tuvieron que realizar la transición forzosa a la web. Como impreso desapareció el 17 de marzo de 2016 y a partir de ese momento se transformó en un medio exclusivamente digital. Para nadie es un secreto que muchos anunciantes prefieren invertir en papel que en web, y esto lo vive en carne propia el principal referente informativo del centro del país.
María Inés Delgado, periodista y directora editorial del diario Panorama, añade otros factores que tienen que ver más con la situación general del país –y en particular del estado Zulia- y que inciden directamente en la capacidad de la ciudadanía de mantenerse informada. ”Una crisis eléctrica que mantiene fuera de línea casi 50 % del día a la mitad de tu audiencia local, un servicio de internet deficiente y el alto costo de los megas para dispositivos móviles constituyen todo un coctel mortal para portales nativos y para medios migrantes a digital. A Maracaibo, por ejemplo, habría que sumarle la odisea que resulta desarrollar una agenda informativa con una flota de vehículos sedientos de gasolina, con horas interminables en una cola para surtirlos de combustible. Esto obliga a que varios equipos salgan juntos para poder llegar a tiempo”, explicó.
Panorama fue uno de los periódicos más importantes y emblemáticos del país, y también uno de los más afectados por la crisis de los medios de comunicación. “El 14 de mayo (de 2019) imprimimos nuestra última edición de papel puesto que las bobinas se agotaron. La fundación Maneiro, con la cual iniciamos contacto desde 2013, no contestó a nuestros requerimientos sino en 2019 y lo hizo para confirmarnos que no tenían bobinas compatibles para nuestra rotativa. Esta empresa no solo perdió su principal producto, también su principal fuente de ingresos, que es la publicidad. Hoy la sala de redacción la conforman solo 20 reporteros”, sostuvo Delgado.
Si 20 periodistas es un número bajo para una sala de redacción, es mucho mayor a los cinco que actualmente compone el staff de El Carabobeño, incluyendo a su jefa de redacción. Además de la problemática inherente a la migración a medio digital y la estampida de anunciantes, González responsabiliza de este hecho al fenómeno de la diáspora. “Si yo quisiera abrir una corresponsalía de El Carabobeño en Latinoamérica, tengo de todo en todos los países”, añadió.
¿Cómo recuperar los medios de comunicación venezolanos?
Los periodistas e investigadores Andrés Cañizález, León Hernández y Marcelino Bisbal, establecen una hoja de ruta en el libro “La consolidación de una transición democrática”, publicado en 2018. Esta se divide en tres etapas: emergencia, estabilización y comunicación para la democratización.
Para los investigadores, la fase de emergencia pasa por proteger la infraestructura comunicacional existente en el país, desbloquear sitios de internet y canales eliminados del sistema de televisor por suscripción, establecer redes de comunicadores sociales con trayectoria que lideren estos procesos, además de restablecer la libertad de comunicación.
La segunda fase –estabilización- pasa por estimular la comunicación que aporte a los procesos democráticos, redimensionar los medios de comunicación en poder del Estado, restituir derechos sobre frecuencias a medios expropiados y depurar funciones de Conatel.
La tercera y última fase -comunicación para la democratización- requiere modificar el marco jurídico en materia de comunicaciones así como la actualización de la Ley de Telecomunicaciones, establecer un servicio público de radio y televisión al servicio de los ciudadanos, mejorar el acceso a internet y sentar las bases para la televisión digital.
Para Delgado, directora editorial de Panorama, una vez que se retome el cauce de la normalidad y la institucionalidad en Venezuela, los medios deben recibir el respaldo necesario para convertirse nuevamente en un negocio. “Lo indispensable es que esas ganancias provengan de la calidad del servicio informativo que se ofrece. Invertir en investigación, en la profesionalización y especialización de sus trabajadores, en aprender de las mejores experiencias dentro y fuera del país, consolidar el gremio desde adentro y no desde la ideologización”, opinó.
Visión que comparte la jefa de redacción de El Carabobeño. “Como medios de comunicación, hay una cosa que tenemos que lograr y es la subsistencia económica. Esto es una empresa, y como tal necesita de recursos para poder funcionar”.
¿Cómo lograr la reactivación de esas empresas comunicacionales, se pregunta González? “Hay que ver de qué manera se logra una gestión de recursos para incrementar la gestión de contenidos, lo cual no es una tarea sencilla”. A pesar de que admite que los periodistas han tenido que buscar trabajos alternos, González destaca el compromiso con el periódico por parte de sus trabajadores, que hacen lo que está a su alcance para mantenerlo operativo. “No dejamos este trabajo porque entendemos la importancia de resguardar ventanas como El Carabobeño para la libertad de expresión en Venezuela”, agregó.
Visión 2020… y más allá
Para Carolina González el panorama para los medios de comunicación en Venezuela aún no está muy claro. “Si seguimos como estamos, muchos medios tenderán a desaparecer. Es difícil sostenerse en una circunstancia como la que vivimos actualmente. Cambiando el sistema, nosotros pudiésemos volver a esa relación de mercado que permitía que los anunciantes difundan sus avisos, pero primero tiene que establecerse esa claridad del mercado”.
De lo que sí no tiene dudas González es del compromiso y pasión de sus colegas. Es una convencida de que en un país como Venezuela, hay mucho periodismo por hacer, a pesar de las amenazas y agresiones. “El periodismo en Venezuela seguirá siendo esa espina que molesta a los gobiernos, siempre denunciando, siempre documentando y dejando muy claro ante el país y el mundo qué es lo que está pasando. Hay ganas de seguir trabajando, de seguir creciendo y hay gente muy comprometida con ello”, argumentó.
La directora editorial de Panorama tiene una visión más romántica acerca del futuro. “Tratar de hallar la verdad, contarla de la mejor manera y con la mayor honestidad posible. La tarea que nos toca a los comunicadores en el futuro es hallar el remedio a tanta verdad dura que vive Venezuela”, indicó. “Debemos educar -que no es lo mismo que complacer- a las audiencias variopintas y polarizadas del país que desean ser oídas”.