- La pelota criolla debió decidir honores entre el mejor “hiteador” de la historia nacional y su más fiel fanático en las gradas
- Esta campaña se disputará sin técnicos contratados en equipos de MLB, árbitros en igual condición y algún personal de club house
- No verán acción jugadores contratados por organizaciones de Grandes Ligas
- El mánager José Moreno de Cardenales de Lara no podrá defender la corona mas si el equipo
El béisbol es el mismo desde su creación en Cooperstown en 1839 y si no que lo pregunten a los jugadores de los Nacionales de Washington (4-3) que vencieron a los Astros de Houston en el séptimo juego de la Serie Mundial, 6 carreras por 2, en el Minute Maid Park de la ciudad de Houston el miércoles 30 de octubre de 2019. Ganaron sus cuatro juegos de visitantes, en casa de los siderales, para titularse campeones de la Serie Mundial en Estados Unidos por primera vez como franquicia.
Y Venezuela no es la excepción, el béisbol profesional venezolano se juega de manera organizada desde la campaña 1945-46, los Leones del Caracas son los máximos ganadores con 20 campeonatos, pero la última novena en coronarse fueron los Cardenales de Lara (2018-19), al obtener su quinto título en la historia de la liga profesional venezolana.
Víctor Davalillo es aun el máximo “hiteador” de la pelota criolla, con 1.505 imparables y 83 años de edad. Esta campaña (2019-20) de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) se jugaba en su honor, pero declinó esa postura por quebrantos de salud, aunque la periodista Mari Montes en su cuenta en la red social Twitter @porlagoma dijo otra cosa, que es la baja calidad del béisbol criollo y en su lugar el súper fanático de los Leones, Jesús “Chivita” Lezama, recibirá ese honor.
La pelota es redonda y viene en caja cuadrada. Este año en territorio nacional todas las personas que pertenecen a equipos de Grandes Ligas (Major League Baseball –MLB-) no pueden actuar por las restricciones políticas del presidente estadounidense Donald Trump a Venezuela, nadie que jugare o actuare (pelotero, umpire, técnico o personal de club house) puede participar esta temporada.
Antaño o contemporáneo
Lo romántico y lo actual, antaño o contemporáneo, bolero o reggae, metáfora o lenguaje directo, así es el béisbol, sigue siendo el mismo ayer, hoy y siempre, salvo algunas reglas para hacerlo cada vez más justo, más eficaz, más verdadero.
Víctor Davalillo jugó el béisbol romántico, el antiguo, aquel que los beisbolistas llegaban de jugar de EEUU, se colocaban su uniforme local y salían a defender su camiseta sobre los rivales, no existía esa regla de Fatiga Extrema o lesión y tampoco existían los contratos millonarios y multianuales de hoy día.
Así como Vitico Davalillo, jugaban en el béisbol profesional venezolano Luis Aparicio Montiel (único venezolano en el Salón de la Fama de Grandes Ligas), el Rey David Concepción, el Indio Jesús Marcano Trillo, Baudilio Díaz, Luis Leal y muchos otros.
Luis Sojo (1.007 hits) se tituló campeón de la serie del subway con los Yanquis ante los Mets de Nueva York en octubre de 2000, llegó, se colocó el uniforme de Cardenales de Lara y llevó a los pájaros rojos al título en la campaña 2000-01. Aspecto que hoy día no se ve pero que desde hace tiempo incluye un personaje pintoresco como Lezama o una mascota como Agüi, Guarito o Caribito en Venezuela, o los más antiguos como el Philly Phanatic de Filadelfia en MLB y más recientemente Orbit, mascota de Houston.
En el béisbol de antaño, los managers ordenaban el toque de bola, bateo y corrido, robo de base, el squeeze play (toque de bola sorpresa mientras el corredor de tercera viene a home), los pitchers lanzaban hoy y mañana también, no había relevistas corto, ni cerrador. Todavía se recuerda en la Serie Mundial de 1991 al gato Jack Morris de los Mellizos de Minnesota lanzado blanqueo de 10 entradas para ganar el séptimo juego frente los Bravos de Atlanta y el serpentinero John Smoltz, aquel 27 de octubre, 1-0.
Fatiga extrema
La regla de fatiga extrema o lesión impide actuar en el campo a jugadores en las ligas del Caribe por un convenio firmado en las principales Ligas con el comisionado de MLB, esto se implementa desde el año 1998 (primer acuerdo) por lo que se hace imposible observar a criollos que juegan en las grandes ligas tener acción antes de esa fecha. Y los súper contratos que firman los jugadores también los restringe, a menos que el beisbolista quiera actuar pero es a su riesgo. El último pelotero en jugar a pesar de su contrato fue Miguel Cabrera (Detroit) con Tigres de Aragua en la campaña 2007-08, en la obtuvieron su séptima corona.
El béisbol es un negocio, un trabajo que dura bastante poco en EEUU. El antealista Eugenio Suárez (Cincinnati) fue el máximo jonronero en 2019 de la Liga Nacional en la MLB con 49 cuadrangulares, no ha visto acción con Leones del Caracas desde la campaña 2013-14 y el jardinero Ronald Acuña Jr. (Atlanta), novato del Año en la temporada 2018, nunca ha vestido la camiseta de los Tiburones de La Guaira, porque verlos jugar en nuestra pelota es imposible por su condición de estrellas en MLB y por la regla de Fatiga Extrema. Incluso el serpentinero Francisco “kid” Rodríguez fue campeón de la Serie Mundial de 2002 con los Angelinos de Anaheim y no había jugado en la LVBP hasta que debutó posteriormente con los Tiburones de La Güaira.
La temporada pasada, por aplicarse esta regla de Fatiga Extrema o lesión, no pudieron ver acción un total de 127 peloteros y al abrirse la posibilidad muy pocos jugaron como el inicialista Jesús Aguilar (Tampa Bay) que vio pocos turnos con el Caracas en diciembre (2018) y recibió la restricción de los Cerveceros de Milwaukee, su equipo en ese instante, de jugar hasta el 8 de enero de 2019. José Altuve (Houston) no juega en la LVBP por citar sólo uno de los 84 que vieron acción en la gran carpa en 2019 en MLB, sin incluir ligas menores.
Desde hace varias campañas los jugadores que son contratados en el béisbol profesional venezolano como importados son de ligas independientes, veteranos que no tienen contratos con equipos de Grandes Ligas, jugadores de ligas del Caribe sin contrato en su país de origen, para evitar las restricciones y poder jugar todo el año, incluso la Serie del Caribe.
Nada de ver, entonces, súper estrellas como Roberto “Bobby” Cox (Lara), Bob Gibson (Oriente), David Seguí (Valencia), Darryl Strawberry (La Guaira), Rob Carew (Aragua), Dusty Baker (La Guaira), Pete Rose (Caracas), Clarence “Cito” Gaston (Magallanes), Dave Parker (Magallanes), Barry Bonds (Magallanes), Roy Halladay (Lara) y Greg Maddux (Águilas), por nombrar algunos, que jugaron en Venezuela.
Incluso Joe Girardi, exmanager de los Yanquis de Nueva York y nuevo estratega de los Filis de Filadelfia, jugó con Águilas del Zulia (1988-89), fue campeón y luego se coronó en la Serie del Caribe de Mazatlán, México. Los últimos prospectos que triunfaron en MLB que vieron acción en la LVBP fueron Joc Pederson (Dodgers) y Mike Moustakas (Milwaukee), ambos con Cardenales de Lara.
Hay otros criollos que no son estelares en MLB y juegan desde el primer día en el béisbol profesional venezolano pero este año no podrán hacerlo, como Juniel Querecuto e Ildemaro Vargas, ambos con las Cascabeles de Arizona y Cardenales de Lara.
Otros, como el veterano Héctor Sánchez, cátcher de Tiburones de La Guaira, sí tendrán chance de jugar este año. Sus coterráneos receptores Salvador Pérez (lesión-Kansas City) y Dioner Navarro (agente libre y ausente esta temporada en MLB), no lo hacen desde hace varios años por diferentes motivos. Hubiese sido interesante ver en el terreno de juego a Gerardo Parra (Caracas) después de obtener su anillo de Serie Mundial con Washington, sin olvidar al receptor Robinson Chirinos (Magallanes), subcampeón con Houston.
Las organizaciones de grandes ligas dan pocos permisos a sus prospectos locales para jugar en el Caribe y los nativos deben ir a la llamada liga de desarrollo en Arizona entre octubre y noviembre hasta 2018 y desde este año la liga de California para trabajar algunos aspectos de juego. En nuestra pelota ven acción muchos rookies de liga de novatos, clase A y AA en las primeras semanas de torneo, porque luego llegan los llamados “caballos” (veteranos y grandes ligas que no son titulares en MLB) y toman sus puestos en el line up. Esta campaña se jugará sin técnicos contratados en equipos de MLB, árbitros en igual condición y algún personal de club house (trainer, bat-boy, etcétera).
El béisbol profesional venezolano es una mezcla de jugadores veteranos, grandeligas, criollos e importados sin contrato en MLB y peloteros novatos que comienzan a jugar en ligas menores. El mánager José Moreno de Cardenales de Lara no podrá defender el título obtenido el año pasado, mas sí la organización que tendrá a Luis Ugueto como estratega, quien debutó en Grandes Ligas en 2001 con los Marineros de Seattle. Muchos piensan que hoy Vitico Davalillo, con 83 años, batearía para .250 y con 50 años menos chocaría supuestamente para .400, todo un espejismo que hace soñar a los fanáticos.
Lejos de polemizar, hay que ver béisbol, los encuentros inician a las 6 pm de martes a viernes, sábado y domingo, los cotejos serán más temprano del horario habitual. Cada aficionado debe buscar el calendario de su equipo favorito y adaptarse a las circunstancias. Este año no podremos ver algunos novatos que se abren paso en el diamante y tampoco a grandeligas con poco chance de jugar en su equipo. Los Tiburones de La Guaira tendrán su estadio desde diciembre, jugarán en Macuto en el estadio Carlos “Café” Martínez, para beneplácito de los fanáticos litoralenses.
La campaña se jugará en honor al súper fanático de los Leones del Caracas, Jesús “Chivita” Lezama, enhorabuena por él. Ya inició, y por lo que ya se ve será una temporada diferente, distinta y … play ball.
Rinolfo Quintero para Cotejo.info