- La producción actual no es suficiente para cubrir una demanda de 800.000 usuarios en los nueve municipios larenses
- La caída de la producción petrolera no solo afecta el suministro de gasolina, sino también agrava el servicio de gas licuado de petróleo. Las regiones del interior del país no son la excepción, y Lara es muestra de ello
- No es un secreto que el colapso de los servicios básicos en el país se ha intensificado producto de la severa crisis económica, social y política que atraviesa Venezuela
Hace ya cuatro meses que la Gobernación del Estado Lara asumió las competencias directas de la distribución del servicio de gas doméstico para la región. Fue el pasado 31 de julio del año 2019 cuando la máxima autoridad de la entidad, Carmen Meléndez, hizo público el anuncio, esto tras numerosas protestas que a diario se levantaban en distintos rincones del estado a manos de usuarios que exigían celeridad en la adquisición del servicio.
La voz de los larenses se hizo sentir y parecía que las autoridades a cargo ofrecerían respuestas satisfactorias; para dicha fecha la empresa PDVSA Gas Comunal, encargada por años de este servicio público, fue entregada en comodato al gobierno regional, convirtiéndola en lo que hoy conocemos como “Gas Lara”.
Con importantes promesas la Gobernadora de Lara, Carmen Meléndez, a la cabeza de esta compañía, se comprometió a través de nota de prensa publicada en su página oficial a realizar la distribución del servicio de gas “a todo el que lo necesite y sin discriminación”. Valga ahora preguntarnos:
¿Será posible que con una nueva administración se logre la eficacia en el servicio que no logró PDVSA Gas, o Se trata de un método de distribución que simplemente busca mayor control social?
La cruda realidad
Esta promesa (muy genérica por cierto, ya que no señala con qué regularidad se distribuirá el producto) significaría que cada ciudadano residente del Estado Lara que necesite adquirir una bombona de gas propano puede hacerlo sin inconvenientes. Según reportaje publicado por el Diario El Impulso, la coordinadora de la ONG Transparencia Ciudadana y especialista en gerencia de servicios públicos Marisol Bustamante, señaló que la demanda actual de Gas Lara es de 800.000 usuarios reflejados en los nueve municipios, ¿es suficiente la producción y distribución de gas para satisfacer esta cifra?
Aunque actualmente Gas Lara no publica datos oficiales, se conoció que para el año 2015 -fecha en la que ya existían deficiencias-, se realizaba a través de PDVSA Gas la distribución de 1.500 cilindros recargados a diario; si tomamos la calculadora esto reflejaría una distribución promedio de 45.000 bombonas mensuales, cifra que sigue siendo insuficiente para las solicitudes de usuarios actuales.
Resulta claro que la producción y distribución no son suficientes, pero ¿discriminatorios? Vale aclarar que los usuarios deben coordinar la adquisición del gas a través de los consejos comunales de su zona de residencia por medio del Comité Local de Abastecimiento y Producción, quienes incluso les solicitaban el carnet de la patria (documento ligado al Gobierno y a su partido PSUV) para ser incluidos como beneficiarios.
Usuarios insisten en los reclamos, alegando discriminación, favoritismo y control social para adquirir un cilindro de gas que permita el funcionamiento básico del hogar, testimonios que han sido captados por los distintos medios de comunicación. El señor Alfredo Perozo del sector Rafael Caldera al oeste de Barquisimeto, es tan solo uno de ellos, denunció que aunque arribó a las 5:00 am a las instalaciones de Gas Lara, ha sido imposible solicitar un código nuevo para recibir la preciada bombona.
El Gas a través de los CLAPS han sido una burla para las comunidades, cuando llega el gas ellos se los reparten a los amigos y a los militantes del Psuv”, refirió Perozo
Esta insuficiencia en el servicio conlleva a la escasez del producto y con ella llegan los bachaqueros que incluso venden las bombonas recargadas en dólares, este panorama se presenta en una Venezuela que habría sido catalogada hace menos de una década como “Potencia Gasífera” por el fallecido ex presidente Hugo Chávez.
Sin duda Venezuela sufre una involución, en el caso particular de los larenses pasaron de recibir su bombona de gas más tardar a los 3 días de haberla solicitado por teléfono, a tener que acudir al “bachaqueo”, a largas colas o someterse a una línea política oficial para poder adquirirla.
El panorama en la región crepuscular no pinta muy bien, más ahora que no solo se incrementó la tarifa del cilindro de 10 Kg, 18 Kg, 23 Kg y 43 Kg sino que también la distribución se redujo a solo un cilindro cargado cada dos meses por familia, siendo el requerimiento mínimo 1 bombona mensual para cada grupo familiar; si bien el costo de la bombona más pequeña es de 6.500 Bs y representa un 4.3 % del salario mínimo actual, cobra mayor fuerza la frase que reza: “El servicio más caro es el que no se tiene».
Fiorella Ágredo para Cotejo.info