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Companies gone with the Revolution
Condensed from an article by Marianela Palacios Ramsbott
- 370,000 privately-owned companies closed in the last 20 years, 60% of those operating before Chávez’s rise to power;
- About 5,500 companies expropriated, only 3,000 still open for business;
- Venezuelan industries operate at 19% of their capacity
PDVSA, Sidor, Conferry, Banco de Venezuela, RCTV Fama de America, Agroisleña, Electricidad de Caracas, CANTV, Alcasa, Venalum, Metro de Caracas, Diario Los Andes, Industrias Diana, CVG, Makro, Papeles Maracay, Plumrose, Cemex, a shortlist of flagship companies in energy, mining, transportation, media and communications, agribusiness, and consumer products, among other fields that the 21st Century Socialism seized, shut down, left in the red, or just reduced to the bare minimum, as in thousands of other cases. This is an analysis of what happened in the country’s business field in the last 20 years.
Public policies in place largely explain the destruction of national production: A string of expropriations, seizures, and (re-)nationalizations, a regulatory straightjacket choking key companies; legislation highjacking business, thereby preventing them from fully developing their advantages in the region, as well as price and exchange controls significantly distorting the economy and encouraging corruption.
In addition to the above, the government’s fiscal indiscipline resulting in spiraling debt, behemoth budget deficit, devaluation, and unprecedented hyperinflation have contributed to crippling business in Venezuela. Did the above not suffice, shady media buyouts or non-renewal of their broadcast licenses made way to the regime’s communicational hegemony.
The case of state-owned PDVSA is emblematic. Once among the major oil companies worldwide by late 20th century, with a 3.5M bpd output, today produces around 0.9M bpd by official figures.
The initial finding, after collecting, weighing data, and conducting fact checking, is that the economic model laying the foundation for the ruling elites since 1999 has not achieved the prosperity so anticipated by government spokespersons. Venezuelans are yet to learn lessons from History already experienced by other societies, a task seemingly unsurmountable when there is no apt leadership in this nation.
Freedom is an essential factor to boost advancement and build consensus, contrary to forcibly imposed rules. This is the key difference between liberal, thriving democracies and authoritarian regimes.
Under Chavismo, state-owned companies took a dramatic leap from 74 to 526. Once under government control, most are yet to turn a profit. In addition, widespread politicization, nepotism, poor maintenance, disbandment of management teams, opacity, anarchic permissiveness, divestment, and lack of independent oversight among these companies resulted in decreased competitiveness and productivity. In 2016, those 576 companies in which the State is the sole owner or owns controlling stock are trademark kleptocratic: Government-appointed executives running them with iron fist, becoming rich at their expense, unaccountable, and unpunished, rendering them unprofitable and unfit to meet the citizens’ needs or paying taxes to the Treasury. Out of 160 companies reviewed, 74.4% face public complaints on corruption or bad practices.
Dozens of lawsuits have been filed against Venezuela at courts worldwide and international organizations on expropriations by the regime, among them, landmark Crystallex, Conoco, and Kellogg cases, plus others in progress unreported on local media. In the International Center for Settlement of Investment Disputes (ICSID), for example, there are 47 arbitration cases open, a huge spike from one single case before Chávez’s rise to power in 1999. According to the Public Expenditure Observatory, from around 5,500 companies expropriated over 20 years, only 3,000 remain active. Leading business association Fedecámaras recently noted that 370,000 private companies had closed in the last 20 years, that is, 60% of those in 1998. At least 10,000 of these companies were manufacturing industries: From over 12,000 in 1998, only 2,406 are currently active.
Companies affiliated to Conindustria are operating at 19% of their capacity, according to this association’s surveys for Q2 2019. Its president, Adam Celis, stressed that in absence of political and economic changes, the crisis crippling Venezuela will worsen.
Sources: Fedecámaras, Conindustria, Transparency international, social media files kept by author, Cedice Libertad
- 370.000 empresas privadas han cerrado en los últimos 20 años, 60 % de las que existían antes de la llegada de Hugo Chávez al poder, precisa Fedecámaras
- El gobierno ha expropiado cerca de 5.500 empresas en dos décadas y solo 3.000 de ellas se mantienen activas, según Cedice
- Industrias venezolanas operan a 19 % de su capacidad, advirtió recientemente Conindustria
Pdvsa. Sidor. Conferry. Banco de Venezuela. RCTV. Café Fama de América. AgroIsleña. Electricidad de Caracas. Cantv. Alcasa. Venalum. Metro de Caracas. Lácteos Los Andes. Industrias Diana. CVG. Makro. Papeles Maracay. Plumrose. Cemex… y más vale parar aquí de contar. Es que la lista de empresas venezolanas que la revolución socialista del siglo 21 se llevó, apagó, dejó con balances en rojo o simplemente redujo a sus mínimas expresiones, limitando en forma sustancial sus capacidades productivas, ya suma miles de casos.
Como parte de su serie especial de cierre de 2019, Cotejo.info presenta hoy un análisis de lo sucedido en el sector industrial, comercial y empresarial del país en los últimos 20 años.
Las políticas públicas aplicadas en este período tienen mucho que ver con la destrucción de la capacidad productiva nacional.
No es solo un tema de expropiaciones, confiscaciones, nacionalizaciones y re-estatizaciones, como las documentadas con lujo de detalles por Transparencia Internacional, sino también de procesos administrativos, judiciales y tributarios que permitieron al gobierno tomar control de empresas claves; reformas legales que limitaron el libre ejercicio empresarial y que no permitieron aprovechar a 100 % la apertura comercial y los hub logísticos que emergieron en la región; y de controles de precios y cambiarios que desencadenaron distorsiones enormes en la economía y expandieron la corrupción.
Prácticas económicas irresponsables
Además de lo anteriormente citado, una indisciplina fiscal que derivó en endeudamientos irresponsables, déficit fiscales gigantescos, devaluación del bolívar y un ciclo hiperinflacionario sin precedentes en nuestra historia republicana, han contribuido al estado actual del sector empresarial venezolano.
Como si esto fuera poco, también compras irregulares de empresas de medios o la no renovación de sus concesiones, allanaron el camino a la hegemonía comunicacional de la Venezuela actual.
El caso de Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) es particularmente emblemático, porque luego de haber sido una de las principales y más competitivas empresas petroleras del planeta a finales del siglo 20, con una producción cercana a los 3,5 millones de barriles de petróleo por día, hoy produce alrededor de 900 mil barriles por día, de acuerdo con cifras oficiales.
Cleptocracia
Y la primera conclusión que puede derivarse de este análisis, tras la recopilación de datos evaluados y hechos verificados, es que el modelo económico que sirve de base a las élites gobernantes desde 1999 no ha permitido a la República conseguir la prosperidad económica y financiera que tanto pregonan los voceros del gobierno.
A lo largo de la historia de la humanidad, lo mismo que están padeciendo hoy los venezolanos lo han padecido ya muchas otras sociedades, pero es difícil aprender de la historia y evitar repetirla cuando al frente de las naciones no está el liderazgo apropiado.
La libertad es un factor esencial para dinamizar el progreso de los pueblos y la construcción de consensos, en lugar de la imposición de normas a la fuerza, es uno de los rasgos que diferencia a las democracias liberales y prósperas de los regímenes autoritarios del planeta.
Empresas del Estado en aumento
“El estudio Empresas Propiedad del Estado en Venezuela, un modelo de control del Estado reveló que durante las presidencias de Hugo Chávez y Nicolás Maduro el Estado venezolano pasó de tener 74 empresas a 526 a través de expropiaciones, confiscaciones, nacionalizaciones o re-estatizaciones. La mayoría de ella no ha reportado beneficios para el país, ni en forma de dividendos, regalías o impuestos para el Tesoro Nacional, ni en bienes y servicios para la sociedad”, destaca Transparencia Internacional.
Además, acotan que la politización, nepotismo, falta de mantenimiento de las instalaciones, destrucción de los equipos gerenciales, opacidad, permisividad anárquica, ausencia de inversión y de un sistema de control independiente, son prácticas comunes que han causado la destrucción de la competitividad y la caída de la producción de estas empresas.
En 2016, según la referida investigación, el número de empresas en las que el Estado es propietario absoluto o posee la mayoría accionaria llegó a 576 y las mismas tienen rasgos característicos de un modelo cleptocrático, “enfocado en el enriquecimiento de los propios directivos que ejercen el monopolio de las decisiones, los recursos y el poder, sin rendir cuentas y en el que prevalece un alto nivel de impunidad”.
Balances de las empresas en rojo rojito
Transparencia Internacional precisó que la mayoría de estas empresas públicas tienen actualmente resultados operativos negativos.
Adicionalmente, “no cubren las necesidades de los ciudadanos y no contribuyen con el pago de impuestos o regalías a la tesorería nacional. Y de las 160 empresas analizadas en los cuatro sectores, 74,4 % tiene denuncias públicas por corrupción o malas prácticas (mala gestión, caída de la producción, conflictos laborales)”, destaca el referido documento.

Fuente: Transparencia Internacional y archivos de medios de comunicación social propios
Demandas contra Venezuela en CIADI: 47
Venezuela ha sido demandada decenas de veces en instancias internacionales por la política de expropiaciones del socialismo del siglo 21.
Los casos más sonados de este año han sido los de Crystallex, Conoco y Kellogg’s (Ver infografía El Estado empresario), pero hay muchos otros en curso que no tienen difusión en medios.
En el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), por ejemplo, hay 47 arbitrajes. Antes de que Hugo Chávez tomara el poder en Venezuela, en febrero de 1999, solo había un caso contra este país suramericano en esa instancia.
Según el Observatorio de Gasto Público de Cedice Libertad, el gobierno ha expropiado cerca de 5.500 empresas en los últimos 20 años y, de ese total, solo quedan activas 3.000.
370.000 empresas privadas han cerrado
La Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), la principal organización de gremios empresariales del país, advirtió recientemente que 370.000 empresas privadas habían cerrado en los últimos 20 años.
Eso equivale a 60 % de las empresas que existían en 1998, antes de la llegada de Hugo Chávez al Palacio de Miraflores.
“Caímos de 620.000 a 250.000 en este período”, declaró Ricardo Cussano, presidente de Fedecámaras.
Al menos 10 mil de esas empresas perdidas son industrias manufactureras: En 1998 había más de 12.000, actualmente solo hay 2.406 activas, según estimaciones de Conindustria.

Fuente: Conindustria
Y las empresas venezolanas de este gremio están operando a 19 % de su capacidad, de acuerdo con la Encuesta de Coyuntura Industrial del segundo trimestre de 2019.
El presidente de Conindustria, Adán Celis, destacó que mientras no existan cambios en materia política y económica, la crisis que azota a Venezuela seguirá profundizándose.