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Lights out in Venezuela’s Revolution
Condensed from an article by Marianela Palacios Ramsbott
- Nine months after a nationwide blackout, hours or days-long power rationing puts a halt to Venezuelan provinces
- Power grid administrators yet unable to meet the nationwide demand despite its 44% drop stemming massive emigration and industrial and commercial decline
Electric power generation in Venezuela reached its peak in 2009, long before sanctions by the US and other countries or the collapse of the grid experienced in March 2019. After a 20-year rule, the elite still claims to be capable of turning Venezuela into a power. Nevertheless, upon analyzing available data, the electrical power system is found to have declined in the last two decades, leaving most of the country in darkness.
Decades ago, the national power grid boasted a surplus both fully meeting domestic demand and also serving parts of Brazil and Colombia. Today, the stark reality is that of a country with insufficient and unreliable power supply. Nationalized power utilities, centralized and politicized management, militarized facilities, poor maintenance, corruption, divestment, and talent flight are the culprit.
The opposition-controlled National Assembly estimates that the Venezuelan economy lost around US$500 M. during the 209 nationwide blackouts
The two agencies responsible for electrical power, the People’s Ministry for Electric Power (MPPEE) and stated-owned National Electric Corporation (Corpoelec), are managed with ostensible opacity. The last MPPEE report dates back from 2015. Consequently, when assessing key indicators, no official data for 2019 has been released. Regardless, we will resort to estimations.
A source from Corpoelec speaking on condition of anonymity to avoid reprisals reported power demand, an indicator in steep decline, currently around 10,000 MW down from 18,000 MW in 2012, a 44% contraction.
Such drop in seven years, sinking the country into 1998 consumption levels (10,800 MW), is mostly due to the massive emigration in the last six years (over 4.4 M Venezuelans have fled, as per the UN), the decline in industrial production, and the contraction of business activity.
In 2012, Venezuela was the top energy-consuming country in Latin America and spearheaded the region in power generation capacity.
Heavily government-subsidized power consumption – over 80% residential bills – encouraged a rapidly increasing demand among Venezuelans from 2,837 kWh per capita in 1990 to 4,262 in 2012, above Chile (3,393), Argentina (2,860), Uruguay (2,750), Brazil (2,317) and Mexico (1,999), to name a few. A Latin American review of electricity rates conducted in 2012 unsurprisingly reveled the cheapest kWh in Venezuela: US$0.03, that is, 1/3 of the average price worldwide and 1/6 of the average in Europe.
Power failures are not new to Venezuelans, as they began in 2004, plus serious service interruptions in 2008 and 2009. Since then, the government started rationing, thereby leaving large portions of the country without power supply for hours. Many big-name power grid recovery plans and initiatives were launched by the government and publicized to Venezuelans, most not executed, even after fully nationalizing power utilities. Additionally, labor union leaders estimate that the sector has lost around 15,000 workers to talent flight in the last 3 years.
Corruption, militarization, and politicization within the agencies managing the power grid also played a leading role in its collapse. Procurement procedures were replaced by unlawful direct awards, overpricing, money laundering, and paid yet uncompleted projects are some of the crimes leaving Venezuela without power supply, most notably the widely reported case involving Derwick & Associates. Since the electric power emergency executive order issued by Chávez in 2010, Derwick inked 12 directly awarded contracts for around US$2.5 bn. This company funneled much of its profits through Swiss banks in suspicious money-laundering operations being investigated by the US, Switzerland and Venezuela. In 2016, congressman Julio Montoya reported Corpoelec corruption scandals amounting to US$30 bn.
A revolving door in the Maduro administration has witnessed changing Electric Power ministers during 2019: Luis Motta Domínguez until April, then Igor Gavidia, and Freddy Brito Maestre from June. None has managed to solve the electrical power crisis or spare Venezuelans in the provinces from rationing, most of whom increasingly deem the ruling elite unwilling or unable to find a way out. Requests from Cotejo.info to Corpoelec for information on four key indicators have not been replied.
We will clearly see as dawn breaks...
Sources: Transparency international, UN, Corpoelec, CIER
- A nueve meses del apagón nacional, los venezolanos que residen en el interior del país siguen enfrentando a diario cortes de suministro eléctrico por horas, y en algunas zonas incluso por días enteros, debido al racionamiento aplicado por el gobierno. Esto deja sin luz a una buena parte de la ciudadanía
- Los administradores del sistema eléctrico aún no logran cubrir la demanda nacional con la oferta disponible y eso a pesar de que el consumo de energía bajó 44 % tras la migración de millones de venezolanos y la caída de la producción industrial y de las actividades comerciales
La generación eléctrica disponible en Venezuela es inferior a la demanda máxima desde 2009, mucho antes de las sanciones y del colapso del sistema que experimentó el país a partir de marzo del año en curso, de acuerdo con datos disponibles y publicados por Transparencia Internacional (TI).
La élite gobernante, tras 20 años en el poder, sigue afirmando hoy que está en capacidad de convertir a Venezuela en una potencia, pero si uno analiza los datos disponibles y la realidad que enfrentan a diario los venezolanos, puede concluir que al menos en materia eléctrica el país ha retrocedido en lugar de avanzar en las últimas dos décadas, dejando a buena parte del país sin luz.
En el pasado, el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) era tan robusto y eficiente que no solo cubría a plenitud la demanda de electricidad interna, sino que tenía la capacidad de generar excedentes y estos se exportaban a Brasil y Colombia. Hoy en día, la realidad es muy distinta y la demanda nacional ni siquiera puede satisfacerse en forma completa y estable.
Estatización de empresas eléctricas. Centralización del sistema. Militarización. Politización. Falta de mantenimiento. Falta de inversiones. Corrupción y descapitalización del talento humano. Estas son apenas algunas de las razones por las cuales el sistema eléctrico venezolano fue deteriorándose progresivamente hasta llegar al colapso en 2019, advierte Transparencia Internacional en el informe Venezuela en Apagón.
La Asamblea Nacional estima que la economía venezolana perdió este año unos 500 millones de dólares diarios durante los apagones nacionales.
Venezuela en apagón: desinversión, falta de mantenimiento y desfalco #EmpresasDelEstado2018 #EPE #SOE pic.twitter.com/OgjbxEKW0T
— Transparencia Vzla (@NoMasGuiso) September 8, 2019
Sin cifras oficiales de 2019
Lo primero a destacar es la opacidad y falta de transparencia con la que se manejan los dos entes directamente vinculados al sector: el Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica (MPPEE) y la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec).
La última memoria y cuenta del MPPEE data de 2015 y para la evaluación de indicadores claves, como capacidad y disponibilidad de generación eléctrica, oferta y demanda de energía eléctrica, avances en la ejecución de los planes gubernamentales en materia eléctrica y operatividad de líneas de transmisión y distribución o complejos hidroeléctricos, termoeléctricos y otros, no hay datos disponibles del año 2019 publicados por las instituciones oficiales.
Sin luz: contracción de 44 % en consumo eléctrico
En todo caso, nos aproximaremos. Una fuente de Corpoelec, que pidió reserva de su identidad para evitar represalias, por ejemplo, informó que uno de los indicadores en los que se muestra un enorme retroceso es el correspondiente a demanda de energía eléctrica: asegura que ronda los 10.000 megavatios en la actualidad y Venezuela llegó a registrar una demanda de 18.000 megavatios en 2012. Eso implica una contracción de 44 % en el consumo eléctrico nacional.
Esa enorme caída en los últimos 7 años, que ha devuelto al país a los niveles de consumo eléctrico de 1998 (10.800 megavatios), debe obedecer principalmente a las masivas olas migratorias que se han dado en el último sexenio (más de 4,4 millones de venezolanos han salido en calidad de migrantes o refugiados, según Naciones Unidas), la disminución de la capacidad productiva industrial y la contracción de la actividad comercial.
En 2012, Venezuela era el país con mayor consumo de energía de América Latina y también era el líder en la región en capacidad de generación eléctrica instalada, de acuerdo con la Comisión de Integración Energética Regional (CIER).
Las bajas tarifas eléctricas y la alta disponibilidad del suministro fueron un factor clave para que los venezolanos ampliaran sus niveles de consumo en forma inusitada: pasó 2.837 kilovatios por hora por habitante (kwh/hab) en 1990 a 4.262 kwh/hab en 2012.
Un nivel muy superior al de cualquier otro país latinoamericano para esa misma época: Chile (3.393), Argentina (2.860), Uruguay (2.750), Brasil (2.317) y 1.999 (México), por solo citar unos casos.
El subsidio estatal al consumo eléctrico tuvo mucho que ver con esos fuertes incrementos de la demanda en Venezuela. Según Corpoelec, el Estado venezolano subsidia más de 80 % o más de la facturación residencial en este país.
Cuando se hizo la evaluación regional en 2012 de los precios de la electricidad, no resultó ser una sorpresa para nadie que Venezuela tuviera el kilovatio/hora más barato de América Latina: 3 centavos de dólar, apenas un tercio del precio promedio internacional y una sexta parte del promedio en naciones europeas.
Las fallas del sistema eléctrico no son nuevas para los venezolanos, comenzaron a presentarse en 2004, pero también hubo interrupciones del servicio graves en 2008 y 2009, fecha a partir de la cual el gobierno empieza a usar medidas de racionamiento en el territorio nacional, dejando sin luz por varias horas diarias a diversas regiones del país.
Planes no ejecutados
Muchos planes y muchas estrategias para la recuperación del sistema fueron lanzados por el gobierno y mercadeados ante los venezolanos como las salidas a estas crisis, como el Plan Nacional Simón Bolívar 2007-2013, el Plan Estratégico Institucional del MPPEE 2013-2019, el Plan Estratégico MIBAM 2006-2010 y el Plan de la Patria 2013-2019.
“La mayoría de las inversiones previstas en el Plan de Desarrollo del SEN 2005-2024 no fueron ejecutadas, ni siquiera luego de la estatización total del sistema. Fueron solo listas de buenos deseos o casos de corrupción que abultaron las listas”, destacan Samuel Saturno y Manuel Sánchez en el informe de TI.
La fuga de talento humano también ha sido un factor de peso en la descomposición del SEN. Dirigentes sindicales estiman que el sector ha perdido alrededor de 15.000 profesionales y técnicos en los últimos 3 años.
Corrupción eléctrica mantiene al país sin luz
La corrupción, al igual que la militarización y politización de las instituciones que administran el SEN, también jugaron un rol protagónico en el colapso del sector.
Violaciones de normas de contratación pública a través de contrataciones directas injustificadas, sobreprecios, lavado de dinero, contratos pagados y no ejecutados, son solo algunos de los delitos que dejaron sin luz a Venezuela.
Tras el decreto de emergencia eléctrica nacional firmado por el presidente Hugo Chávez en febrero de 2010, Derwick fue beneficiada con 12 contratos para obras eléctricas sin licitación, vía contratación directa, por un monto cercano a los 2.500 millones de dólares.
Esa empresa canalizaba gran parte de sus beneficios a través de bancos suizos mediante operaciones sospechosas de blanqueo de capitales que están siendo investigadas por Estados Unidos, Suiza y Venezuela.
4 ministros… y contando
La administración de Nicolás Maduro ha tenido cuatro ministros de Energía Eléctrica hasta el momento y el nivel de rotación de esa cartera se aceleró en los últimos 10 meses: Luis Motta Domínguez estuvo al frente del despacho hasta abril, lo sucedió Igor Gavidia y a partir de junio entró al ruedo Freddy Brito Maestre.
Ninguno de ellos ha logrado resolver la crisis de la energía eléctrica en Venezuela ni sacar del racionamiento eléctrico a los venezolanos residentes en el interior del país. Y cada vez es mayor el número de venezolanos que cree que la élite gobernante no tiene las capacidades técnicas ni gerenciales ni políticas ni económicas para sacar de esto al país.
Cotejo.info solicitó a Corpoelec información sobre cuatro indicadores clave actualizados de 2019 (demanda eléctrica, oferta disponible, capacidad instalada operativa y precio del kilovatio hora). Hasta el momento de cierre de esta edición, la empresa pública no había dado respuesta a esta consulta periodística.
Amanecerá y veremos…