- Se estima que la economía venezolana se redujo a casi un tercio de lo que era en 2013 durante la administración de este mandatario
- El país seguirá en recesión este año de no darse cambios estructurales en su modelo actual: Se contraerá entre 10 % y 14 %
La economía venezolana se contraerá este año entre 10 % y 14 %, según las más recientes proyecciones presentadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) y la firma consultora Ecoanalítica.
De cumplirse estos pronósticos, Venezuela se mantendrá en recesión en 2020. El país suramericano lleva 7 años consecutivos en reversa y se estima que su capacidad productiva ha disminuido a casi un tercio de la que tenía en 2013, cuando inició el mandato presidencial de Nicolás Maduro Moros.
Datos oficiales respaldan proyecciones
Incluso los últimos números oficiales presentados por el Banco Central de Venezuela (BCV) en 2019, tras varios años de opacidad y falta de publicación de la data correspondiente al Producto Interno Bruto (PIB) del país, respaldan esa tesis.
¿Por qué? Porque, según los más recientes datos publicados por el BCV, el PIB del primer trimestre de 2019 equivale apenas a 42 % de lo que era en el primer trimestre de 2013. Y en los trimestres posteriores a ese, el tamaño de la economía nacional siguió disminuyendo.
Promesas recicladas en la economía venezolana
Lo cierto es que Maduro viene prometiendo la prosperidad y el crecimiento económico de Venezuela desde que asumió el poder, tras el fallecimiento de Hugo Chávez Frías, pero hasta el momento no ha logrado sacar al país de la recesión.
Y esta reiterada promesa, hecha tanto en 2013 como en 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019 y el recién estrenado 2020, sigue sin ser cumplida.
Las estimaciones hechas por los economistas que siguen el caso venezolano para este 2020 coinciden en tres factores claves:
Primero, que el país se mantendrá en recesión, a menos que ocurra un cambio estructural en el modelo económico nacional; no obstante, el tamaño de la contracción será inferior al de los ciclos previos (se habla de un rango que oscila entre 10 % y 14 % en lugar de uno que oscila entre 15 % y 25 % como ocurrió en el periodo 2016-2019).
Segundo, que el ciclo hiperinflacionario seguirá debilitándose.
Y tercero, que la moneda seguirá devaluándose a un ritmo fuerte y el proceso de dolarización de facto que se está dando se profundizará.
Además, gremios empresariales como Consecomercio, Fedecámaracas y Conindustria, prevén también una ampliación de la economía informal, anarquía monetaria, mayores restricciones al crédito, un replanteamiento de la actividad bancaria y financiera en Venezuela y un proceso de redimensionamiento (“resizing”) de la actividad comercial e industrial en el país, en función del nuevo tamaño y las nuevas dinámicas de la economía venezolana.
El poder Ejecutivo, por su parte, apuesta al Petro y al comercio de reservas minerales distintas al petróleo para reactivar la economía. E incluso, ha dado ya carta blanca al proceso de dolarización que se ha extendido en el mercado y que tanto contradice el discurso oficial mantenido contra la divisa estadounidense durante el primer sexenio madurista.