- En 2019, los precios al consumidor en territorio venezolano subieron más que en ningún otro país del mundo
- No hay consenso respecto a la cifra oficial de este indicador clave: según la Asamblea Nacional, la tasa inflacionaria anual fue 7.374 %, algo que no dista mucho de la estimada por el IIES (9.419 %), pero sí enormemente de la proyectada por el FMI (200.000 %)
Venezuela lleva al menos cinco años consecutivos siendo el país con mayor inflación del planeta.
Y aunque en 2019 se desaceleró el agresivo ciclo hiperinflacionario iniciado en 2017, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en territorio venezolano sigue subiendo a una velocidad preocupante.
Además, debido a que la cifra oficial no es publicada mensualmente por el Banco Central de Venezuela (BCV) como normalmente ocurre en el resto de los países del mundo, no hay consenso respecto al número real de este indicador macroeconómico clave por el momento: según la Asamblea Nacional (AN), la tasa inflacionaria anual de 2019 fue 7.374 %, algo que no dista mucho de la estimada por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES-UCAB 9.419 %), pero sí enormemente de la proyectada por el Fondo Monetario Internacional (FMI 200.000 %).
La última data de inflación mensual publicada por el BCV corresponde a septiembre de 2019.
Venezuela entró en hiperinflación en noviembre de 2017, pero la proyección del FMI sobre el índice de precios al consumidor de este país suramericano disminuyó fuertemente en 2019 a lo largo del año: originalmente habían estimado 10.000.000 %, luego bajaron a 1.000.000 % y la proyección más reciente se ubicó en 200.000 %.
¿Por qué hay tanta diferencia entre las cifras de inflación que manejan estas instituciones? Básicamente, esto tiene que ver con la aplicación de una metodología distinta para la medición.
Las proyecciones económicas para 2020 mantienen esa peculiar tendencia: según el FMI, la inflación de Venezuela este año fue estimada en 500.000 %, mientras que la firma consultora Ecoanalítica habla de 3.014 % y el gremio empresarial Consecomercio señala 3.000 %.
¿Hiperinflación se mantendrá?
Los economistas Luís Zambrano Sequín y Santiago Sosa, del IIES-UCAB, advierten que mientras no sean corregidas las fallas estructurales que están afectando a la economía venezolana, no será posible estabilizar el sistema y superar la contracción del Producto Interno Bruto, el agresivo ciclo inflacionario, la devaluación de la moneda nacional y la pérdida del poder adquisitivo, entre otros factores.
“La imposibilidad de continuar con el control cambiario, dadas las restricciones externas y la acumulación de los desequilibrios macroeconómicos, obligó, primero, a unificar el tipo de cambio oficial y, después a aproximarlo al tipo de cambio del mercado paralelo. Esto produjo una importante devaluación del tipo de cambio oficial de 96 % en el corto lapso comprendido entre julio y agosto de 2018. Este ajuste se agregó a las presiones inflacionarias producidas por el financiamiento monetario del gasto del Sector Público. Posteriormente, en el mes de enero de 2019, y ante la necesidad de reducir la tasa de hiperinflación y las presiones sobre el tipo de cambio oficial y paralelo, se decidió aplicar una política monetaria hipercontractiva centrada en el control de los agregados monetarios, específicamente la liquidez monetaria”, explican.
Sin embargo, “a pesar de la importante y continua devaluación del tipo de cambio nominal, ésta no ha sido lo suficientemente elevada para poder compensar la tasa de inflación, aún después de que esta se ha desacelerado por efecto de la política monetaria y fiscal contractiva. El resultado es que el tipo de cambio real se ha continuado apreciándose, aunque a una tasa menor que la experimentada en 2018”.
El IIES advierte también que el fuerte ajuste del tipo de cambio nominal, que lleva asociado la generación de utilidades cambiarias, y las medidas fiscales orientadas a elevar la recaudación tributaria real mediante el acortamiento de los plazos de pago, no fueron suficientes para revertir el déficit fiscal, que en los últimos 7 años ha estado por encima de 10 % del Producto Interno Bruto (PIB).

Fuente: Asamblea Nacional
Al cruzar los datos oficiales del BCV y los publicados por la AN se pueden observar paralelismos importantes entre ambos, en algunos meses incluso una cercanía numérica estrecha, como por ejemplo en enero de 2019 (196,6 % vs 191,6 %) y junio (22,1 % y 24,8 %).
Además, en al menos 5 de los 9 meses con data oficial disponible y publicada por el BCV, se verifica que las tasas inflacionarias mensuales que presenta el Ejecutivo son superiores a las que presenta el Legislativo. Por ejemplo, en septiembre el Banco Central habla de 52,2 % y la Comisión de Finanzas de la AN marca 23,5 %.
Por todo lo anterior, es posible concluir que la tasa oficial inflacionaria de Venezuela en 2019 tendrá 4 dígitos y que las aproximaciones hechas hasta el momento tanto por la AN como por el IIES-UCAB son verdades basadas en sus correspondientes modelos econométricos. También vale la pena acotar que la tasa mensual de inflación en Venezuela se desaceleró en 2019, de acuerdo con los datos publicados por el BCV y correspondientes a los primeros 9 meses del año: pasó de 196,6 % en enero a 52,2 % en septiembre. El registro más bajo corresponde a julio: 19,4 %.
Sin embargo, la hiperinflación sigue presente en Venezuela.
En 2020, de hecho, los consumidores han vuelto a experimentar fuertes incrementos de precios e importantes pérdidas del poder adquisitivo.
“La monetización del déficit financiero del sector público, el deslizamiento del tipo de cambio nominal, la contracción de la oferta interna y externa de productos continuarán siendo los factores que empujan al alza los precios, mientras que la política económica contractiva, la reducción de las distorsiones cambiarias y la apreciación real del tipo de cambio no serán suficientes para revertir el severo problema inflacionario que desde hace ya bastante tiempo caracteriza a la economía venezolana”, concluyen Zambrano y Sosa.
De hecho, “dado el escaso avance en las reformas estructurales y en la corrección de los factores esenciales que han generado los acumulados desequilibrios macroeconómicos, una nueva aceleración de la tasa de inflación, que devuelva la economía a los terrenos hiperinflacionarios formales (tasa de inflación mensual sostenida superior a 50 %) es bastante probable”.