- No todos los atletas que permanecen en el país consiguen recursos públicos o del sector privado para entrenar y para vivir
- Por falta de apoyo, son innumerables los atletas venezolanos esparcidos en el mundo por falta de recursos económicos que han abandonado el país y sus entrenamientos para buscar un mejor porvenir para sus familias
- No existe una data de la cifra de atletas que han desertado a consecuencia de la incontrolable migración venezolana. Algunos logran entrenar fuera y después le notifican a su Federación
Nicolás Maduro Moros ratificó en enero de 2018 que garantizaba el apoyo a la llamada generación de oro de atletas de cara a los compromisos internacionales por venir y a los Juegos Panamericanos que se realizaron en junio del pasado año en Lima, Perú, y donde Venezuela continúo su declive de medallas doradas obtenidas en las diferentes justas internacionales en las que participa.
Esta tendencia en el medallero de los nacionales y su posición en el cuadro general de resultados es una situación reiterativa desde Guadalajara (México) 2011, que continuó en Toronto (Canadá) 2015 y se mantuvo el pasado año.
Finalizados los Panamericanos y conocidos los resultados, Maduro volvió con su discurso y una vez más reiteró su apoyo a los atletas, a la llamada generación de oro, pero ahora con el objetivo puesto en los Juegos Olímpicos de Tokio, a realizarse entre julio y agosto de 2020.
A la vista de la crítica realidad del deporte nacional, sus instalaciones y de los resultados de 2019, el ministro de la Juventud y Deporte, Pedro Infante, insiste una vez más en anunciar su apoyo a los atletas criollos para la justa de Tokio, Japón, y lo hace el pasado 6 de enero en el marco de la tradicional misa del deporte con la presencia de la plana mayor.
Dijo Infante que “Tokio 2020 es el evento central, es lo que marca la política deportiva en este año, y hemos tenido todo el apoyo y respaldo del presidente Nicolás Maduro, de la vicepresidenta Ejecutiva (Delcy Rodríguez) y de todo el equipo económico para garantizar los recursos para que nuestros atletas puedan ir a su preparatoria, su clasificación y participación”, pero de las promesas anteriores los resultados son otros.
En el portal Prodavinci hacen un análisis exhaustivo de cómo el deporte venezolano ha ido decayendo y cómo en los últimos años ha colapsado porque no existe un discurso cónsono entre lo que se dice y los resultados en la realidad. El declive comenzó hace casi una década en el ámbito panamericano, en el segundo mandato del fallecido presidente Hugo Chávez Frías, y se acentuó con la actual administración gubernamental.
Se marchan los atletas venezolanos
La diáspora de atletas en Venezuela es incalculable por parte del Comité Olímpico Venezolano (COV), día a día abandonan el país por diferentes motivos, lo que perjudica las selecciones nacionales en diferentes disciplinas deportivas. Por esta razón resulta imposible llevar registros por parte de las federaciones y, por consiguiente, por parte del ente que rige el deporte en el ámbito del olimpismo.
“Es literalmente imposible, ya que en este país no hay ni idea. Ni estadística. Ni elementos. Cada día que pasa nos esteramos de alguien que se ha ido, de tal manera que las cifras son incalculables”, desataca un directivo del Comité Olímpico venezolano, que prefirió mantenerse en el anonimato. “Para hacer un cálculo confiable habría que preguntarle a cada Federación. Datos que son imposibles de obtener”.
Se estima que de Venezuela han salido 4.8 millones de connacionales de acuerdo con el portal de la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela, liderada en conjunto por ACNUR y OIM, con cifras oficiales de solicitud de residencia, de estancia regular, refugiados, solicitad de asilo, entre otros.
De esta cifra debería poder estimarse la diáspora de atletas criollos que se encuentran en la misma situación que el resto de los venezolanos, quienes han migrado a diferentes destinos, en algunos casos como deportistas y tantos otros que han debido dedicarse a otras labores para sostenerse ellos y sus familias.
“En el caso del atletismo, las marcas que hagan los atletas en cualquier parte del mundo, siempre y cuando estén avaladas por el país donde están, sean electrónicas o sean enviadas a la IAAF, son reconocidas por Federación”, dijo Wilfredys León, presidenta de la Federación Venezolana de Atletismo.
Mismo cuento
Sin duda podemos encontrarnos con casos particulares que aumentan la posibilidad de sumar atletas para los compromisos internacionales más inmediatos, por ejemplo, la clasificación del equipo de voleibol masculino por segunda ocasión en la historia.
Cada cuatro años, sin embargo, es el mismo cuento. Cada cuatro años, cuando comienza el ciclo olímpico se hacen las mismas promesas, pero en esta ocasión, para Tokio 2020, se suma un elemento adicional, la diáspora de atletas en medio de masivo movimiento emigratorio como consecuencia del problema político, económico y social que Venezuela vive desde 2013.
“No tenemos cifras exactas de la diáspora de atletas, porque no hay cifras de la emigración de venezolanos al exterior”, informó tras una consulta el Comité Olímpico Venezolano. Pero a ella se suma la posible baja de la esgrimista Alejandra Benítez porque Canadá le negó la visa para asistir al Grand Prix, válido para clasificación, organizado en su territorio.
Sobre este particular, el presidente del COV, Eduardo Álvarez, alzó su voz de protesta ante lo que consideró un problema que afecta a Venezuela porque va en contra del espíritu de los juegos, por discriminación.
“Se perdieron los atletas por diferentes partes del mundo por el problema migratorio de Venezuela y, parte, porque no hay recursos para llevar a cabo su plan de entrenamientos”, reiteró la fuente del COV.
El problema migratorio venezolano ha afectado todas las bases, “es cada día es más crítica, porque se están combinando distintos factores”. A diario los venezolanos pasan la frontera hacia Colombia y Brasil por canales regulares (puestos migratorios) o por las llamadas trochas para evitar y así poder salir de la crisis socioeconómica. Otros venezolanos, con mayor poder adquisitivo, salen por vía aérea a diferentes partes del mundo.
Lo cierto es que los atletas no escapan a esta realidad crítica y por esa condición han abandonado sus entrenamientos, sus selecciones, prefieren comer y salvar a sus familias que entrenar para buscar marcas y por consiguiente cumplir su sueño olímpico, que era su objetivo principal.
Los Juegos Olímpicos a realizarse en 2020 en la capital japonesa, Tokio, entre el 24 de julio y 9 de agosto, son para el profesor y comentarista deportivo venezolano, Robert Rodríguez, el termómetro en el que los pueblos del mundo muestran su desarrollo y supremacía, pero además destaca que el gobierno venezolano ha hecho todo lo contrario.
Excepciones a propio esfuerzo
Hay sin embargo algunos otros atletas que, por sus condiciones natas o de desarrollo previo, han obtenido becas para seguir su preparación fuera de nuestras fronteras, tienen otro rumbo, otro camino, su historia es diferente.
Así vemos actuaciones destacadas como las de Rubén Limardo en las olimpíadas de Londres 2012, con su medalla de oro en esgrima y, más recientemente, Yulimar Rojas en salto triple, medalla de plata en los olímpicos de Río de Janeiro 2016 y medalla de oro en el mundial de atletismo del año 2019 en Doha (Catar), son contadas excepciones. Ambos destacan por su talento y porque su desarrollo lo han efectuado fuera del país, en Europa, Rojas en España y Limardo en Polonia.
Pero son contados con los dedos de una mano estos casos excepcionales que son el resultado del esfuerzo propio y entrega. En el caso del tirador, irá a sus cuartos juegos de forma consecutiva y los segundos para la saltadora, de quien se espera la presea dorada.
Atletas venezolanos en estampida
Por su parte, la periodista Eumar Esaá, hace un apoyo a la llamada generación de oro de atletas como las principales causas de los resultados en los Juegos Panamericanos efectuados en Lima, Perú.
Entre tanto, el equipo de ciclismo de velocidad de pista criollo dio forfeit en los Panamericanos de Lima porque se completó con el corredor de fondo o de ruta Clever Martínez. Es de recordar que el equipo venezolano que acudió a la Juegos Olímpicos en Río de Janeiro 2016 lo integraban el capitalino Hersony Canelón, el carabobeño César Marcano y el larense Ángel Pulgar, que por falta de recursos de toda índole perdió al último velocista en mención, de acuerdo con información suministrada por personeros de la federación y otros exmiembros del ciclismo. Es de recordar que éste equipo logró un diploma olímpico en Río de Janeiro 2016 luego de finalizar con el octavo mejor tiempo.
Aunque el profesor Eduardo Álvarez, presidente del Comité Olímpico Venezolano dice en su Memoria y Cuenta de 2018 que fue un año difícil pero satisfactorio. Lo cierto es que el deporte nacional va en caída libre porque los atletas que se quedan a entrenar en suelo criollo viven muchas vicisitudes en su trajinar diario. Otros medios de comunicación son más virales y más drásticos, pero coinciden que cierto es que el deporte tiene muchos asuntos pendientes.
Lejos de polemizar, si bien no es posible desconocer los aportes que para algunas obras y muy contados casos de la larga lista de atletas venezolanos con necesidades reales, la llamada Generación de Oro, de la que tanto habla el actual gobierno, en general se diluye poco a poco en meras menciones, por diferentes motivos, debido a los problemas políticos, económicos y sociales que limitan sus posibilidades de desarrollo y resultados.
Basados en la evidencia y en promesas anteriores no cumplidas, podemos concluir que no es cierto que el «gobierno bolivariano» garantice el apoyo a los atletas venezolanos.
