- Acnudh ya ha advertido que las cajas de comida repartidas por la administración madurista tienen deficiencias nutricionales y que se usan como herramienta para la propaganda política y el control social en Venezuela
- 120 millones de cajas de comida fueron distribuidas por la administración de Nicolás Maduro en 2019, según voceros del oficialismo
El pasado 12 de marzo se cumplió el cuarto aniversario de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), el controversial programa de repartición de alimentos en Venezuela que el oficialismo presenta como la más exitosa plataforma de “defensa del pueblo venezolano contra la guerra económica”, mientras que la oposición lo denuncia como uno de los principales focos de corrupción existentes y una herramienta de control social y político sobre los sectores más vulnerables de la población.
Cotejo.info decidió poner bajo su lupa periodística este tema porque el propio Freddy Bernal, jefe de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, admitió ese hecho recientemente y sin tapujos.
“Los CLAP no son solamente un mecanismo de distribución. Son un mecanismo de organización, un mecanismo de formación, un mecanismo de supervisión y un mecanismo de control y movilización. ¡De movilización! Cada jefe y jefa de comunidad de los CLAP es un líder que tiene control territorial sobre 20, 30, 40, 50, hasta 300 familias”, dijo el funcionario ante una multitud.
Números oficiales de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción
Contrastemos datos para poder llegar a conclusiones. En primer lugar, evaluemos los datos ofrecidos por el grupo gobernante.
Según los voceros oficiales, hay 35.000 Comités Locales de Abastecimiento y Producción en la actualidad, que abastecen periódicamente a 6 millones de hogares con bolsas de comida a precios subsidiados y, mediante eso, a 24 millones de personas en el país.
La vicepresidencia de la República aseguró recientemente que en 2019 se distribuyeron 120 millones de cajas, equivalentes a 1.800.000 toneladas métricas, con un subsidio de 99 % del valor comercial.
Y afirmó que 60 % de los alimentos que se repartía en esas cajas eran productos venezolanos, cosa que ha sido negada por muchos de los receptores de esas bolsas de alimentos en distintos lugares del país.
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Fallas nutricionales, corrupción y control
En 2018, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) de entonces, Zeid bin Ra’ad Zeid al-Hussein, publicó un informe que advertía al mundo que el programa CLAP no cumplía ciertas normas relativas al derecho a una alimentación adecuada, que la falta de contraloría en su manejo era caldo de cultivo para la corrupción y que se estaba usando como una herramienta para la propaganda política y el control social en Venezuela.
En ese informe, Naciones Unidas concluye que las bolsas de comida de los CLAP no satisfacen las necesidades nutricionales de los venezolanos por ser bajas en proteínas y vitaminas, y altas en grasas, azúcares y carbohidratos.
Además, el Acnudh advirtió que los CLAP carecían de procedimientos y mecanismos de rendición y contraloría apropiados y que sus administradores y distribuidores podían tomar decisiones arbitrarias y discrecionales a la hora de designar a los beneficiarios, fijar el costo de la caja y hasta decidir cuándo detener las entregas y a quién asignarlas.
Y la investigación desarrollada por Naciones Unidas también permitió verificar que las cajas CLAP se han usado como herramientas para la propaganda política y el control social y político de la población.
Y esto no solo porque la comida se reparte a través de estructuras organizativas locales del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en cada barrio, sino porque ya en eventos electorales se han dado incidentes de este tipo.
Por ejemplo, imprimieron en las cajas CLAP el rostro del Presidente Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de 2018, cuya legitimidad fue desconocida por una buena parte de los venezolanos y casi 60 países del mundo; receptores de esas cajas fueron amenazados con que dejarían de recibir esa comida si no votaban por los candidatos del gobierno o por haber participado en protestas contra el Gobierno; y en elecciones recientes se han instalado los llamados “puntos rojos” en las cercanías de centros de votación para que pasen por allí los votantes y verificar así sus participaciones en el acto del sufragio y entregarles alimentos a cambio.
Asimismo, el informe cuestiona el uso del Carnet de la Patria como condición para recibir las cajas CLAP, como un factor de discriminación política y social.
El negocio de los CLAP
El portal ArmandoInfo ha publicado en los últimos tres años una serie de investigaciones periodísticas que revelan lo que han identificado como una red de corrupción vinculada a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción.
Usted puede acceder a todas esas investigaciones haciendo clic aquí y entrar en detalles, incluyendo la vinculación han precisado del propio Nicolás Maduro con la red comercial creada para la importación de esos alimentos a Venezuela y la participación en ella de empresarios de Colombia, Panamá, México, Ecuador, Estados Unidos, España, Hong Kong, Turquía y Emiratos Árabes.
En conclusión, tras la verificación de datos disponibles y el análisis de los mismos, Cotejo.info puede concluir que la declaración de Freddy Bernal evaluada en esta ocasión es una verdad: Los CLAP se emplean como un mecanismo de control en Venezuela.