- Hasta en el Parque Nacional Canaima, patrimonio de la humanidad, se está explotando oro ilegalmente
- El contrabando de minerales extraídos del sur de Venezuela representa negocios multimillonarios para nacionales y extranjeros
- HRW advierte sobre violaciones de derechos humanos en las minas del Arco Minero del Orinoco
El 24 de febrero de 2016, desde el Banco Central de Venezuela (BCV), el gobernante Nicolás Maduro lideró el acto de lanzamiento del Arco Minero del Orinoco, un megaproyecto minero que abarca 111.843,70 kilómetros cuadrados al sur del país, lo que equivale a 12,2 % del territorio nacional.
En esa ocasión, declaró: “Tenemos todo para activar este gran motor minero. Con los actores fundamentales, inversionistas nacionales y los más importantes inversionistas del mundo (…) Y con nuestra minería artesanal, pequeña y mediana, con una gran experiencia, a la cual le estamos dando y le vamos a dar un trato especial. Y con una visión clara del desarrollo minero, a partir de los conceptos del eco-socialismo, de respeto absoluto a la biodiversidad, a la ecología, al ambiente, al ser humano”.
Han pasado cuatro años desde entonces y Cotejo.info decidió hoy contrastar aquella promesa “eco-socialista” con la realidad y los hechos devenidos, como una manera de alertar a los venezolanos y al mundo del desastre ambiental que sufre la amazonia en el territorio nacional, producto de la corrupción institucional y los intereses económicos que están explotando actualmente esa área del país, que tiene en su seno al Parque Nacional Canaima, un patrimonio de la humanidad declarado por la Unesco.
Siguen sacando oro del BCV
El oro que el gobierno está sacando del Banco Central de Venezuela y vendiendo a sus aliados en el exterior es una de las fuentes de liquidez más importantes que ha conseguido la administración madurista en medio de las sanciones económicas y financieras que le han impuesto diversos países del planeta.
Según Reuters, entre finales de 2019 y principios de 2020, otras seis toneladas de oro de máxima pureza fueron retiradas de las bóvedas del BCV para obtener divisas en el extranjero. El valor estimado de ese retiro se aproxima a 350 millones de dólares.
Y de acuerdo con notas de los propios balances financieros del ente emisor, 26,36 toneladas de oro monetario dejaron de pertenecer a las reservas del Banco Central en el primer semestre del año pasado.
“Al 30 de diciembre de 2019, las reservas del BCV registraron una caída de 800 millones de dólares a 6.630 millones de dólares, que obedeció a varios factores, entre ellos, una desacumulación de oro monetario”, informó una de las fuentes citadas por Reuters en ese reporte.
A principios de 2019, el BCV tenía 129 toneladas de oro en sus bóvedas. Se estima que actualmente mantengan unas 90 toneladas de lingotes allí.
Turquía y Emiratos Árabes son países que han comprado oro venezolano, de acuerdo con datos aduaneros disponibles. También Rusia, según anuncio hecho por el propio Maduro.
Venezuela consolida su amistad con el Presidente Putin y fortalece la alianza integral con Rusia para cerrar con éxito el año 2018. En el nuevo periodo 2019-2025, alcanzaremos la estabilidad y el desarrollo de la Patria. pic.twitter.com/hFw4e28Ov4
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) December 7, 2018
En los mercados internacionales, el oro se cotiza actualmente a casi 1.600 dólares la onza.
La versión oficial
Los voceros del oficialismo aseguran que la extracción de oro que están haciendo en el Arco Minero del Orinoco se hace conforme a todos los preceptos legales y ambientales establecidos.
Por ejemplo, cuando concedieron a la empresa angoleña Endiama la extracción de oro, diamantes y coltán en la zona en 2017, como parte de un acuerdo bilateral firmado entre Venezuela y Angola, el entonces ministro de Desarrollo Minero Ecológico, Jorge Arreaza, destacó que la compañía utiliza tecnología y técnicas que garantizaban el cuidado y protección del ambiente y de los trabajadores involucrados en las tareas.
En su primer período presidencial, Maduro firmó acuerdos de minería con compañías extranjeras por un valor de al menos USD 5.500 millones, incluyendo a Canada’s Barrick Gold Corp y China’s Shandong Gold.
Y en 2018, como parte del Plan de la Patria 2025, introdujo un “Plan Oro” para promover las inversiones en oro a partir de 2019.
Contrabando de US$20.000 millones
Pero voceros de la oposición venezolana aseguran exactamente lo contrario al gobierno y denuncian al poder de turno por daños ambientales, robo a la nación y violaciones de derechos humanos en el Arco Minero.
En 2018, el vicepresidente de la Comisión de Energía y Minas de la Asamblea Nacional (AN), Elias Matta, precisó que Venezuela perdió en seis años alrededor de 20 mil millones de dólares debido al contrabando del oro, tras el decreto de Chávez emitido en 2011.
Solo Turquía, un país gobernado por un aliado de los socialistas del siglo 21 que mantienen el poder en Venezuela, entre enero y mayo de 2018 importó oro venezolano por el orden de los 779 millones de dólares.
Y de acuerdo con el Consejo Mundial del Oro, Venezuela ha sido uno de los países del mundo que más oro ha comercializado en los últimos años.
Pero vale la pena destacar también que “apenas una pequeña proporción de la producción de oro de Venezuela termina en el Banco Central. En vez, los compradores obtendrían gran parte de su rentabilidad sacando por contrabando el oro fuera del país”, advirtió Human Rights Watch (HRW) en un informe especial sobre minas venezolanas.
El diputado Américo De Grazia, representante del estado Bolívar en la Asamblea Nacional y hoy en el exilio, ha denunciado también las extracciones mineras que se están haciendo en este territorio, como una operación de desfalco al fisco y un robo al pueblo venezolano de inmensas proporciones.
“Se llevan el oro, el diamante, el coltán. Sacan un elemento que llaman torio de los parques nacionales, que a su vez lo usan Rusia e Irán para efectos de la construcción de misiles”, declaró recientemente el parlamentario.
Violaciones de derechos humanos
HRW, por su parte, también ha denunciado violaciones de derechos humanos en las minas venezolanas.
“Los venezolanos de bajos recursos, que se ven en la necesidad de trabajar en las minas de oro debido a la crisis económica y la emergencia humanitaria en el país, se han convertido en víctimas de delitos macabros cometidos por grupos armados que controlan minas ilegales en el sur de Venezuela”, describe una nota publicada en su web. Y por lo anterior recomendó a las refinerías y empresas que están comprando oro, se aseguren de que el oro venezolano que forma parte de sus cadenas de suministro “no esté manchado con la sangre de víctimas venezolanas”.
HRW ha advertido en reiteradas ocasiones que minas en el estado Bolívar están bajo el férreo control de grupos armados colombianos y venezolanos.
También la organización International Crisis Group ha informado que en la zona tiene presencia activa el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y al menos una organización disidente que se formó con miembros desmovilizados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Alerta naranja
“A tan solo 23 kilómetros del famoso Salto Ángel, la caída de agua más alta del planeta que inspiró a la película Up, hay al menos una veintena de balsas mineras y un yacimiento de oro a cielo abierto a donde acuden a diario cientos de indígenas a trabajar. Tras un recorrido aéreo y más de 30 horas de navegación fluvial, Runrun.es comprobó en directo cómo trabajan los mineros del Parque Nacional Canaima, un territorio que desde el año pasado está en ‘alerta naranja’ como consecuencia del extractivismo y su acción devastadora en el ambiente y sus pobladores”, denunciaron en 2019 las periodistas Lisseth Boon y Lorena Meléndez.
Con su investigación periodística, Boon y Meléndez revelaron quiénes se están beneficiando del oro extraído por los indígenas pemones en este territorio.
Ese oro “sale a bordo de avionetas turísticas, cuyo propietario es un empresario local a quien el Ministerio Público venezolano señala como miembro de una red de contrabandistas que traslada el mineral desde Venezuela hasta islas del Caribe”.
Además, esa “minería trae consigo la contaminación con mercurio de las aguas, fauna y población indígena, además de la deforestación de la selva y sedimentación del río Carrao, un afluente del ya contaminado río Caroní que desemboca en el Embalse de Guri, donde se genera 85 % de la electricidad de un país que atraviesa una grave emergencia de energía”, destacaron las periodistas.
El fiscal general designado por la asamblea nacional constituyente, Tarek William Saab, anunció en 2019 una orden de captura y extradición contra César Leonel Dias González, un empresario que está vinculado a media docena de empresas turísticas en el estado Bolívar, por el robo de ese oro nacional.
“La explotación de oro en Canaima se desparramó a partir de 2013, año en que Nicolás Maduro tomó el poder, coinciden expertos, operadores turísticos e indígenas habitantes de la comunidad de Kanaimö consultados”, concluyen Boon y Meléndez.
Por todos los datos disponibles y analizados, Cotejo.info califica como “mentira” este discurso oficial: una alta proporción de la minería que se está haciendo al sur de Venezuela no respeta a la biodiversidad, ni a la ecología ni al ambiente.