- Un remedio del investigador venezolano Sirio Quintero contra el #coronavirus en la cuenta @Carnetdlapatria no tiene respaldo científico
- OMS afirma que no existe aún ni cura, ni vacuna contra el COVID-19
Son varias la “curas” que el Observatorio Venezolano de Fake News ha desmentido en el primer mes de la pandemia, cuando también va en aumento la circulación de informaciones falseadas. “Este es el remedio que el investigador venezolano Sirio Quintero recomienda contra el #coronavirus”, es la promesa que se lee en un tweet de la cuenta @Carnetdlapatria, que además añade una imagen con la receta.
La receta también había sido publicada por el presidente Nicolás Maduro en Twitter y le fue borrada por la plataforma como parte de su política de combate a las fake news. @Carnetdlapatria es una cuenta con seguidores como el difunto Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Jorge Arreaza, Prensa Presidencial, PSUV y RT en español. Una cuenta gubernamental que fue la promotora de una receta que se convirtió en tendencia y que promueve en simultáneo una falsa cura y a alguien de poca credibilidad.
Una de las versiones del tweet tiene más de 1.300 me gusta y 1.200 retuits. La búsqueda “Sirio Quintero” en la herramienta Hoaxy identifica 120 bot o cuentas que actúan muy parecido a uno. No hay duda de que es el intento de imponer un tema en la tendencia de Twitter.
Proceso de verificación del OVFN
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que no existe aún ni cura, ni vacuna contra el COVID-19, aunque están por iniciarse ensayos con cuatro medicamentos creados en principio para otras enfermedades según informa la BBC. Ninguno de ellos incluye un «menjurje» que involucre el malojillo (Cymbopogon citratus).
Afirmaciones extraordinarias suelen requerir demostraciones extraordinarias, afirman los escépticos. Si alguien dice que tiene la cura para el cáncer, el VIH y el COVID-19, debe poder ser comprobado por otros, sus resultados deben ser reproducibles y funcionar más que comparado con un placebo.
Pero admitamos que no todos somos científicos especializados con capacidad de reproducir un experimento. Lo que sí podemos hacer es indagar sobre la fuente. Y a eso es a lo que dedica el OVFN sus esfuerzos. En este caso, Sirio Quintero es esa fuente. Un buen lugar para buscar es en Google: ¿dónde están sus investigaciones?, ¿quién lo cita?, ¿es una referencia en su área?
Herramientas para confirmar o desmentir
Existe Google Académico, que busca en las bases de datos de publicaciones especializadas en todo el mundo. Ahí se demuestra que Quintero tiene menos de nueve menciones. Y ninguna es de una publicación científica de referencia: las citas son en sitios como Aporrea, Entorno Inteligente, Foro Activo y Alainet, ninguna de las cuales es una publicación arbitrada por pares, ni mucho menos, de nanotecnología, salud, biología o química, que indican relación con la experiencia de alguien que afirma tener la cura para el cáncer, el HIV y el COVID-19.
Solo el Círculo de Fenomenología Latinoamericano exhibe un trabajo de Quintero Balza que tiene más que ver con lo filosófico que con las ciencias necesarias para una vacuna, cura, prueba de recetas o tratamientos efectivos de determinadas epidemias, virus o padecimientos.
Lo natural y lo tradicional no tiene porqué ser bueno por definición, ni lo químico malo. Así que el foco que le da Maduro en ese aspecto es, por lo menos, dudoso. Aunque él afirme que le funciona. Y que una sola persona crea que algo le funcione no lo convierte en verdad. Pero más allá de la duda, ¿qué otras preguntas nos podemos hacer?
Carl Sagan, el astrofísico y divulgador, tenía nueve aspectos sobre lo que había que preguntarse para saber si se estaba frente a ciencia o no. Son un buen punto de partida. Y Quintero Balza no pasa esa prueba. La recomendación del OVFN es que lo compruebe usted mismo.
Siguen los estudios
Luego de más de un mes de que la OMS decretara la pandemia por el coronavirus, no existe un tratamiento confirmado como efectivo. Tampoco existe una vacuna aprobada por instituciones médicas-científicas competentes. Todos los protocolos, recetas, variaciones y dosis siguen en fase experimental de acuerdo con el máximo organismo internacional dedicado a la salud.