- Informaciones publicadas por el Ministerio de Agricultura sobre las hectáreas de maíz y arroz sembradas en lo que va de 2020 indican una disminución de la producción con respecto a las cifras registradas por Fedeagro en 2017
- La FAO ha expresado preocupación por la seguridad alimentaria de Venezuela y alerta que podría empeorar durante 2020 por la constante caída de la producción nacional y las dificultades ocasionadas por la pandemia
El partido de gobierno asegura en su página web oficial que Venezuela construye una economía sólida por medio de la producción nacional, “donde se desarrollan mecanismos de producción muy eficientes, con pocos recursos”, de acuerdo con las declaraciones del ministro para la Agricultura y Tierras Productivas, Wilmar Castro Soteldo, expresadas durante la edición número 20 del Foro Online del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Castro Soteldo destacó la importancia de la producción nacional para “romper con las cadenas que oprimen al pueblo venezolano en medio de la guerra económica que nos ha impuesto un gobierno injerencista” y celebró el “nuevo modelo de desarrollo agroalimentario de la Revolución Bolivariana”, del cual no se han publicado estrategias o resultados específicos.
Datos previamente cotejados aunados a los desafíos que el año 2020 ha traído y los antecedentes de varias acciones ejecutadas por los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro -expropiaciones e intervenciones, y prioridad a Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP)-, indican que estas declaraciones no son del todo ciertas.
Un vistazo al sector desde los últimos datos disponibles
El sexto trabajo de la serie “Venezuela 2020 – El país que viene”, publicado en Cotejo.info en febrero, compila la data más reciente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en la cual se evidencia la caída de la producción.
En las cifras de los cereales de mayor consumo (maíz y arroz) se observa:
- Arroz: El punto más alto de producción, según cifras registradas desde el año 2000, se dio en 2008 con 1.360.650 toneladas (263.000 hectáreas). Sin embargo, el último registro que se tiene es del año 2017 y se produjeron 405.000 toneladas (110.000 hectáreas), lo que representa una caída de 70,24 %.
- Maíz: El punto más alto de producción, según cifras registradas desde el año 2000, también ocurrió en 2008 con 2.995.710 toneladas (783.314 hectáreas), pero en comparación con el año 2017, en el que se produjeron 1.050.000 toneladas (350.000 hectáreas) hubo una caída de 64,95 %.
El número de hectáreas por año fue obtenido de la base de datos pública de Fedeagro, la cual está actualizada hasta 2017, debido a la ausencia de data oficial.
En las informaciones publicadas en Prensa MinAgricultura, sobre las hectáreas de maíz y arroz sembradas en lo que va de 2020, se observa una disminución de la producción con respecto al último año registrado por Fedeagro (2017).
Caída sostenida de la producción nacional de arroz y maíz
El promedio mensual sería de 4.543 hectáreas de arroz producidas, mientras que en 2017 fue de 9.167 hectáreas mensuales. Esto representa una caída de 50,45 %.
La última declaración relacionada a la producción de maíz indica que “el sector privado, en alianza estratégica con el Estado, ha logrado sembrar 92 mil 600 hectáreas de maíz”. Esto se traduce en un promedio mensual de 15.433 hectáreas producidas. Frente al promedio de 2017 (29.167 hectáreas por mes) significa una caída de 47,09 %.
Es importante destacar que para 2017 ya se observaba una caída sostenida de la producción en ambos rubros. Estos números solo demuestran que sigue en bajada.
Crisis de combustible afecta la producción nacional
El segundo informe trimestral de la Red Agroalimentaria de Venezuela y la actualización informativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) coinciden en que el mayor obstáculo para la agroproducción durante 2020 ha sido la escasez de combustible.
Denuncias de agricultores dejan en claro que la falta de combustible ocasiona pérdida de cosechas por no contar con transporte para trasladarlas. A su vez el presidente del Instituto Venezolano de la Leche y la Carne (Invelcar), Carlos Albornoz, destaca que esta es una situación que ocurre desde hace -por lo menos- 4 años.
“Al momento en que se traslada lo que venía ocurriendo en los estados fronterizos, esas largas colas, a todo el país… la posibilidad de hacer una labor práctica de producción quedó reducida a un 3 o 4 %”.
Esto se traduce en lo que Albornoz identifica como una solidaridad obligada, en la que trabajadores del sector buscan resolver y ayudarse, pero con unos resultados muy bajos. “Hemos involucionado, quizá, dos siglos con todo esto.”
Importación de insumos agrícolas en caída
En la actualización de la FAO sobre Venezuela mencionan que se estima una disminución, por cuarto año consecutivo, en las importaciones de requerimientos para la producción de cereales. Agregan que la capacidad de importación del país se ha deteriorado debido a la depreciación del bolívar frente al dólar y la mengua de las reservas extranjeras.
Por otro lado, el informe trimestral de la Red Agroalimentaria explica que, debido a la ausencia de data oficial, el comportamiento de las importaciones agrícolas y agroindustriales no se puede estimar.
En el caso del sector privado fueron muy bajas para el mes de febrero y el sector público le ha dado prioridad a los productos requeridos para el CLAP, debido a “limitaciones por disponibilidad de recursos y el efecto de las sanciones internacionales”.
Es importante destacar que desde 2018 existe una exoneración a una serie de rubros del pago de Impuesto de Importación y Tasa por Determinación de Régimen Aduanero e IVA, cuya prórroga se volvió aprobar este 30 de julio de 2020.
A razón de esto, Conindustria manifestó su rechazo a dicha extensión ya que “representa una dura estocada contra la ya golpeada producción nacional, con lo cual se sigue fortaleciendo la economía en otras latitudes, en detrimento de nuestro país y su gente”.
Política de expropiación e intervenciones a privados
En el informe “La situación agrícola de Venezuela, una aproximación al problema y líneas de acción para resolverlo en el corto plazo”, publicado por la Red Agroalimentaria en 2018, mencionan la intervención de la propiedad agraria como una de las causas de la caída de la producción, precisan además que las fincas intervenidas interrumpieron su proceso productivo y, para la fecha, se encontraban en situación de improductividad y abandono.
A esto se suman las industrias de la cadena agroalimentaria, que también fueron intervenidas y/o expropiadas, cuyos resultados fueron similares a los de las fincas. Un ejemplo de ellos es el caso de Agroisleña.
En marzo de 2020 se retomó la política de controles e intervenciones con el anuncio de la ocupación de COPOSA y la venta supervisada de Alimentos Polar y Plumrose, así como también con los nuevos controles de precios para 27 productos básicos (en su mayoría, relacionados al sector agroalimenticio).
Preocupaciones por la pandemia
La FAO expresa su preocupación por la seguridad alimentaria de Venezuela, alerta que se espera empeore durante 2020 como consecuencia de la constante caída de la producción nacional, la cual se enfrenta a las limitaciones y restricciones logísticas de la cuarentena en medio de las dificultades de una crisis humanitaria compleja (desabastecimiento de gasolina, fallas eléctricas y devaluación del bolívar frente al dólar).
Agregan que la caída de los precios del barril de petróleo en medio de la pandemia reduce las ganancias de exportación, empeorando la capacidad que tiene el país para poder importar. Se espera que este conjunto de factores impacte de forma negativa en el acceso de los ciudadanos a la comida.