- Desde abril, Venezuela no experimentó un crecimiento exponencial de casos en comparación con el mes anterior
- Opacidad en cuanto a la información oficial despierta suspicacias
- Limitado procesamiento de pruebas PCR, retardo en la entrega de resultados y dudas sobre la capacidad hospitalaria del país alimentan subregistro que, estiman, es de 7 mil casos diarios
La curva del coronavirus en Venezuela “se está aplanando”, dijo Nicolás Maduro el pasado 20 de septiembre durante una videoconferencia con la Comisión Presidencial para el Control y la Prevención de la COVID-19.
“Podemos decir que en Venezuela estamos aplanando la curva (del coronavirus). No es para cantar victoria sino para saber que la estrategia está funcionando, que está logrando el Gobierno el control sobre la pandemia”, fueron sus palabras exactas.
Más allá de la opacidad informativa por parte del Ejecutivo nacional desde la llegada de la pandemia el pasado 13 de marzo, Venezuela ha llamado la atención por la aparente baja incidencia de casos. Un comportamiento atípico si se le compara con el resto de países de la región, en especial con Colombia, Brasil, Perú, Ecuador y Chile.
Sudamérica registró hasta el 30 de septiembre más de 8 millones de contagios –más de la mitad en Brasil-. Como región superó al continente europeo, el más afectado durante el primer semestre del año. En Venezuela es la primera vez desde el mes de abril que no hay un crecimiento significativo de casos con respecto al mes anterior. En efecto, septiembre cerró con 28.394 positivos de COVID-19 -en agosto fueron 28.154-. Desde esa óptica, la frase de Maduro es cierta.
Sin embargo, la discrecionalidad de los datos oficiales, las dudas que surgen en torno a la gestión gubernamental de la pandemia y las proyecciones realizadas por instituciones de comprobada trayectoria, llevan al equipo de Cotejo.info a calificar la frase de Nicolás Maduro como una media verdad.
Dudas razonables
Existen factores que el sector oficial ha omitido en sus alocuciones diarias. Uno de ellos es la limitada capacidad de procesamiento de pruebas PCR en el país. En la última actualización del informe publicado por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el 15 de septiembre, se lee que Venezuela “alcanzó un total de cinco centros procesando muestras para las pruebas moleculares (PCR)”.
Una investigación del portal Armando.info reveló que, en agosto, Chile contaba con 113 laboratorios de detección del virus; Colombia 81, Ecuador 21 y Perú 19.
A pesar de ello, en reiteradas oportunidades la Comisión Presidencial ha dicho que Venezuela es el país de la región con más pruebas de detección de COVID-19 aplicadas por habitante. Lo que nunca ha sido aclarado es, de ese total de tests, cuántos son PCR. OCHA reveló el pasado mes de agosto que la cifra oscilaba entre 5 % y 6 %.
Por esos días, el doctor Enrique López Loyo aseveró, en nombre de la Academia Nacional de Medicina, que Venezuela debería realizar entre 8.000 y 10.000 PCR al día. No se tiene claro cuántas pruebas moleculares se aplican en el país en la actualidad.
Resultados tardan en llegar
Otra variable relacionada con los diagnósticos es el retardo en la entrega de resultados. Aspecto que la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman) ha documentado oportunamente.
Hasta hace poco, los laboratorios se ubicaban en Caracas y en el estado Miranda. Fue a inicios de septiembre que habilitaron en Yaracuy el Laboratorio Regional de Salud Pública “Dr. Félix Pifano”, que atendería a la población de dicha entidad, así como a la de los estados Lara, Portuguesa, Cojedes y los municipios vecinos, de acuerdo con OCHA Venezuela.
Acfiman sostiene, en su segundo informe sobre el coronavirus en el país, que la demora promedio en la entrega de resultados de la COVID-19 es de 8 más o menos 5 días, dependiendo de la ubicación. Por ejemplo, en Distrito Capital y en el estado Miranda, el paciente conoce los resultados entre 8 y 10 días luego de aplicada la prueba molecular. En el interior los estados con más tiempo de espera de resultados de las PCR son:
- Zulia – 17 días
- Mérida – 15 días
- Guárico, Portuguesa, Anzoátegui, Falcón y Carabobo – 14 días
Estos aspectos arrojan pistas de por qué Venezuela tiene oficialmente un menor número de casos.
Pacientes prefieren aislarse en sus casas
Un aspecto que preocupa a la población venezolana -y que también incide en el conteo de casos- es si la infraestructura hospitalaria está preparada para afrontar la pandemia. A pesar que según el Ejecutivo hay menos de 10 mil casos activos al 30 de septiembre y que se contaba con más de 27 mil camas en hospitales y centros centinela para atender a los pacientes de COVID-19, Maduro habilitó en julio el estacionamiento del Poliedro de Caracas para atender los casos asintomáticos.
Ante la incertidumbre, muchos prefieren mantenerse aislados en sus hogares si la sintomatología lo permite, precisamente para evitar la reclusión en estos centros. Estos posibles contagios no entran en las estadísticas oficiales.
Por todo lo anterior, los especialistas del tema aseguran que en Venezuela hay un subregistro de casos y que puede ser de gran magnitud. De acuerdo con cálculos de Acfiman en su último informe: “el número de nuevas infecciones sintomáticas por día ha sobrepasado los 7.000 casos, sin evidencia alguna que sugiera un cambio en la trayectoria ascendente de la epidemia”. Explican que, de no tomar medidas, el último trimestre del año podría alcanzar números cercanos a los 14.000 contagios diarios.
Y no solo en los casos positivos. A mediados de agosto, José Manuel Olivares, diputado ante la Asamblea Nacional y médico de profesión, denunció que había un subregistro de 60 % en cuanto a las víctimas fatales por el virus en el país. Un porcentaje más alto que el de otros países, que puede oscilar entre 15 % y 35 %.