- Expertos aseguran que la falta de información pública impide que los ciudadanos estén bien informados de lo que sucede el país sobre la COVID-19 y de lo que ocurre en el mundo con la pandemia
Texto: Karla Torres
El 3 de enero de 2021 Nicolás Maduro aseguró en cadena nacional de radio y televisión que los ciudadanos de Venezuela están bien informados de lo que pasa en el mundo sobre la pandemia.
Ese día encabezó una sesión de trabajo de la Comisión Presidencial para la Prevención, Atención y Control de la COVID-19, y textualmente dijo: “yo creo que Venezuela está bien informada de lo que está pasando en el mundo”.
El equipo de Cotejo.info fijó su lupa periodística en esa afirmación y tras verificar y analizar con expertos concluye que lo dicho por el primer mandatario es una mentira.
Informados en pandemia: ¿de qué se trata?
Estar bien informado supone tener un menú de fuentes calificadas que permitan al ciudadano manejar información básica para tener una idea de lo ocurre a su alrededor.
María Fernanda Rodríguez, periodista y profesora de la Universidad de Los Andes (ULA), asegura que durante la pandemia causada por el coronavirus es importante tener informes -nacionales y regionales- detallados y actualizados sobre los casos.
También es importante garantizar la transmisión del mensaje -por todos los canales- a los ciudadanos, porque cuando hay vacíos informativos es mucho más fácil que la desinformación gane terreno y proliferen las noticias falsas.
“En medio de la pandemia es clave que los emisores de información sean médicos o autoridades del sector salud conocedoras del tema, incluso me atrevería decir que mientras más especializados en el área mejor. El mensaje debe ser lo más claro posible”, aseguró la periodista.
Pablo Enrique Paz, editor de contenidos y directivo de la Asociación Civil Medianálisis, explica que antes de la pandemia en Venezuela existía sobreabundancia de información no verificada, limitaciones de acceso a la información pública y déficit de información por parte de fuentes oficiales, lo que recrudeció aún más el contexto informativo venezolano con la llegada de la pandemia.
En un informe presentado por Espacio Público se señala que los principales medios utilizados por el Estado para suministrar información a la sociedad venezolana sobre los datos y políticas a aplicar para enfrentar al virus han sido la página oficial https://covid19.patria.org.ve/, las cuentas del Gobierno en la red social Twitter y -en menor medida- las transmisiones obligatorias de radio y televisión.
El doctor Julio Castro, médico infectólogo, afirmó durante su participación en el conversatorio en línea Mitos, verdades y bulos sobre la vacunación anti COVID-19 que hay dos epidemias: la del virus y la epidemia informativa.
“Al aumentar el número de casos también aumenta la desinformación. Es un momento interesante para el periodismo, por lo inédito de la pandemia donde la información requiere curaduría”.
Información oficial no precisa
El equipo periodístico de El Nacional documentó las contradicciones de Nicolás Maduro en las cifras de contagiados por coronavirus.
Runrunes.es también verificó y comparó las cifras que difundía el Gobierno ese mismo mes y realizó una cronología de las incongruencias y opacidad en las cifras oficiales.
Liz Gascón, corresponsal de El Pitazo y delegada del Sindicato Nacional de la Prensa en el estado Lara, destaca que la información suministrada por el Gobierno no es clara, “hay incongruencia entre las cifras nacionales y regionales”.
La periodista relató que en medio de la opacidad informativa generada por el Gobierno se deben utilizar recursos como bases de datos propias, a partir de cifras oficiales e independientes, para “atar cabos” y tratar de generar información precisa de lo ocurre en torno a la COVID-19.
La periodista y profesora universitaria María Fernanda Rodríguez dijo que desde el comienzo del confinamiento en Venezuela “la información en las regiones es un desastre”, las autoridades locales ofrecen diariamente cifras de contagios y muertes que difieren de las nacionales. “Pareciera que desinformar es una estrategia del Gobierno”, afirmó.
Peligros en la labor de informar
El Colegio Nacional de Periodistas, seccional Caracas, reportó 355 agresiones a periodistas y medios de comunicación social en 2020, entre ellas 61 detenciones arbitrarias y el bloqueo de páginas web a 15 medios digitales.
Al menos 243 agresiones fueron perpetradas durante la cuarentena decretada por Nicolás Maduro para hacer frente a la COVID-19. Significa que 68,45 % de las agresiones a periodistas y medios se dieron en contexto de pandemia.
El Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela (Ipys) también documentó los incidentes contra los comunicadores en el reporte especial Seis meses de agresiones y abuso de poder.
Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), alertó “que la pandemia no puede ser una excusa para atacar a los periodistas, para restringir la información o para sofocar críticas”.
Liz Gascón, corresponsal de El Pitazo y delegada del Sindicato de la Prensa en Lara asegura que en medio de la crisis sanitaria por la que atraviesa Venezuela los periodistas se enfrentan con hechos y datos de las historias de los afectados.
En medio de la censura y autocensura, los periodistas y medios de comunicación independientes son una figura de contrapeso para mostrar la realidad que no cuenta la narrativa oficial, explica la periodista.
Batalla contra la desinformación
La ausencia de información confiable y verificada sobre la pandemia hace que medios de comunicación y organizaciones sin fines de lucro busquen la manera de mantener informada a la ciudadanía de lo que acontece en Venezuela y el mundo sobre la COVID-19.
Por ejemplo, la Asociación Civil Medianálisis lleva a cabo un proyecto llamado “Medianálisis Contra la Desinformación”, cuyo propósito es mantener informados a los ciudadanos que no pueden acceder a la internet.
Mediante mensajes de textos (SMS) -de 160 caracteres- difunden diariamente dos hechos relevantes del acontecer nacional, vinculados a la pandemia o a cualquier otro tema de interés colectivo.
A la opacidad informativa, las limitaciones en el ejercicio periodístico, la ausencia de información confiable y constantes cortes eléctricos, se suman los problemas en los servicios de telefonía e internet.
El último estudio del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos indica que, entre los meses de octubre y noviembre de 2020, en 12 de las principales ciudades del país 54 % de los ciudadanos encuestados valoró negativamente el servicio de telefonía móvil utilizan y 68,2 % de los consultados dijo tener fallas en las comunicaciones.
En este contexto, para los venezolanos es difícil estar bien informados de lo ocurre con la pandemia, lo cual aumenta las probabilidades de circulación de información falsa sobre la COVID-19.
Iniciativas como Observatorio Venezolano de Fake News, Es paja, Cazadores de Fake News y las unidades de verificación de Efecto Cocuyo y El Diario, por ejemplo, se ocupan a diario de evaluar los posibles bulos en redes sociales y de educar a los ciudadanos sobre cómo enfrentar la desinformación.
En conclusión, los venezolanos no están verdaderamente informados de lo ocurre con la pandemia dentro y fuera del país.