- Los venezolanos consumen en promedio 3 kilos de carne al año, cifra que está por debajo de naciones como Colombia, Brasil y Argentina
- La carne en Venezuela es la más barata del continente, pero sus ciudadanos carecen del poder adquisitivo necesario para costearla
Texto: Osman Rojas Durán
En Venezuela la carne ya no forma parte del menú habitual y se ha convertido en la nación sudamericana donde menos proteína animal se consume. Y es que «la carne se ha convertido en un lujo», según lo asegura Alberto Alviárez, representante de la Sociedad de Carnicerías y Frigoríficos en el estado Lara, lo cual es una completa VERDAD, si tomamos en cuenta el bajo poder adquisitivo de los trabajadores y la caída en la producción ganadera, que son factores determinantes a la hora de explicar la crisis que ha llevado a los venezolanos a comer menos carne que en el resto de Sudamérica y de las naciones africanas.
De acuerdo con los datos publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Venezuela, durante el año 2020, las personas consumieron, en promedio, 3 kilos de carne al año.
De ser uno de los países que más carne comía pasó a ocupar el último peldaño. Venezuela alcanzó su pico más alto en 2012, cuando en promedio las personas comían 65 kilos de carne por persona al año.
Para el año 2015, según datos aportados por la Federación de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga) las personas disminuyeron el consumo de carne a 14 kilos, mientras que en 2016 los números cayeron a 7 kilos por persona.
Esta tendencia hacia la baja se mantuvo durante los años 2017, 2018, 2019 y 2020 hasta alcanzar los 3 kilos per cápita.
Menos que en África
Estos números contrastan con la realidad de otros países de la región. En Colombia, por ejemplo, el consumo de carne fue de 17,1 % en 2020. Brasil tuvo un consumo per cápita de 40 kilos en el 2020, 5 % más del registrado en 2019 y 1500 % más de lo que se consume en Venezuela.
Argentina, sumida en crisis económica, también mantiene un nivel de consumo de carne muy superior al de Venezuela, al ubicarse las estadísticas en 49,7 %.
Los números reflejan una marcada crisis en el sector alimentario, en especial cuando en naciones africanas como Nigeria, Etiopía o Ruanda las personas comen alrededor de 9 kilos de carne al año.
Pérdida de poder adquisitivo
Lo que sucede en Venezuela tiene relación estrecha con el poder adquisitivo de sus ciudadanos. Según los datos arrojados por la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi 2019-2020), publicada en julio de 2020, 96,3 % de los venezolanos sufre de inseguridad alimentaria.
Los números también reflejan que 79,3 % de los venezolanos no tienen cómo cubrir la cesta básica, lo que significa que ocho de cada diez hogares difícilmente pueden garantizar sus tres comidas diarias durante un mes.
“La carne se ha convertido en un lujo que muy pocos pueden costear. Un kilo de proteína animal en las carnicerías cuesta entre 3,5 y 6 dólares, dependiendo de la zona o de si el pedido es res o cochino. Ese es un monto que el trabajador promedio no puede pagar porque su sueldo está por debajo de un dólar al mes”, dijo Alberto Alviárez, representante de la Sociedad de Carnicerías y Frigoríficos en el estado Lara, en conversación telefónica con el equipo periodístico de Cotejo.info.
La carne más barata de América
Venezuela está sumida desde hace 40 meses en un proceso de hiperinflación; sin embargo, hay productos, como la carne, que son más baratos que en cualquier otro país del continente. De acuerdo a los datos recaudados por el equipo periodístico de Cotejo.info el ganado en pie (a puerta de granja) se paga en 0,90 dólares el kilo, monto muy inferior al de Colombia, nación vecina que ha tasado el ganado en pie en 5.300 pesos, lo que se traduce en 1,50 dólares.
En las carnicerías de Venezuela un kilo de carne ronda los cuatro dólares, pero en Argentina el mismo producto está en 700 pesos, es decir unos 7,86 dólares.
En Brasil, otra nación productora, el kilo de carne cuesta 29,70 reales, lo que se traduce en 5,4 dólares.
A pesar de ello, en las carnicerías venezolanas se reinventan para poder sobrellevar la crisis porque la mayoría de las personas consume trastes, vísceras o huesos debido a los bajos ingresos.
Producción en picada
La producción ganadera en Venezuela atraviesa su momento más difícil. Las precarias condiciones con la que deben lidiar los productores han llevado a la industria a depender de carne importada.
Armando Chacín, presidente de Fedenaga, explica al equipo periodístico de Cotejo.info que hay muy poco ganado en Venezuela. Se estima que en el país hay 7 millones de cabezas de ganado, lo que representa una disminución de 48 % en comparación con el año 2015, cuando el país contaba con unos 17 millones de cabezas de ganado.
“Si el poder adquisitivo del venezolano aumentara de la noche a la mañana, el país se quedaría sin carne. En estos momentos hay mercancía en las carnicerías porque las personas no tienen cómo pagar. Si los ingresos de la nación fuesen medianamente decentes habría una escasez muy grande, porque en la nación tan sólo se produce para alimentar a 30 % de la población”, señala Chacín.
El directivo señala que las políticas adoptadas por el Gobierno nacional han sido incorrectas. Expropiar fincas ganaderas con la intención de mejorar la producción ha sido un error que ha sembrado el temor en los productores.
Una población mal alimentada
La hiperinflación presente en Venezuela desde hace 40 meses ha generado un cambio en los hábitos alimenticios, al punto de que existen indicadores de salud internacionales que ubican al país como uno de los lugares con mayor inseguridad alimentaria en todo el mundo.
De acuerdo con sondeos hechos por medios de comunicación social en Venezuela, una de cada tres personas en el país no puede comprar alimentos para una dieta básica. La carne, el pollo, el pescado o el cerdo no están al alcance de la mayoría de los ciudadanos.