- La promesa hecha a mediados de abril de 2021 por parte del funcionario que ocupa el cargo de Protector de la región insular no se cumplió. El anuncio carecía de un respaldo técnico y económico para hacerse realidad
Por Ana Carolina Arias
La crisis del servicio de agua potable en el estado Nueva Esparta es tema esencial en la agenda política, social e informativa de la región insular. Las promesas de mejora son parte del discurso político mientras las deficientes características que presenta el suministro son denunciadas de manera constante por la población.

Las dificultades de abastecimiento regular de este servicio se han traducido en la administración de ciclos tardíos de suministro de agua potable que se alargan hasta los 45 o más días entre los cortos períodos de apenas horas entrega.
El diputado y representante del Gobierno regional en Nueva Esparta, Dante Rivas, aseguró el 14 de abril de 2021 -y así lo recogieron los medios de comunicación- que “el ciclo del agua se reduciría de 45 a 20 días en dos meses”.
La promesa fue hecha a propósito de la instalación del Estado Mayor del Agua, con el que se buscaba “fortalecer el sistema de agua potable en la entidad insular, el cual en estos momentos se encuentra afectado por varios factores que han reducido el caudal que ingresa a Margarita y que ha generado que el ciclo sea de hasta 45 días. Existe una fuga a 60 mts de profundidad en el ramal este de Turimiquire, a la altura del Golfo de Paria, que pronto será reparada y que inyectará 500 lts por segundo para alcanzar 2.050 litros por segundo. Con esto se estima que, en dos meses, el ciclo del agua en Nueva Esparta se reduzca a 20 días”.

El equipo de Cotejo.info pudo corroborar el incumplimiento de la promesa de reducción del ciclo del agua a más de tres meses del anuncio de Rivas, por lo que su afirmación recibe el calificativo de mentira. En la isla de Margarita, así como en otros estados de Venezuela, urge un ciclo de abastecimiento regular de agua que permita a los ciudadanos acatar las normas de salud sugeridas por las propias autoridades sanitarias frente a la pandemia de la COVID-19. Pero la crisis en el suministro es de vieja data y no existe una solución tangible.
Promesa ratificada
La información dada por Rivas fue ratificada en un artículo de opinión de su autoría publicado el 19 de abril en el diario El Universal, titulado Soluciones de agua, en el cual expresó lo siguiente:
“Actualmente en Nueva Esparta estamos recibiendo 1.500 litros por segundo, por lo cual el ciclo está entre 35 y 40 días, lo que afecta la calidad de vida del pueblo, pero nos estamos ocupando. Hemos venido trabajando en la reparación de fugas y hemos mejorado”.
Dante Rivas
De igual manera fue publicado el 21 de abril en su cuenta Twitter @DanteRivasQ “¡Accionando y solucionando! Los equipos técnicos del Estado Mayor de Agua están trabajando y avanzando con nuestro plan estratégico. Hicimos las estimaciones y calculamos que en 3 meses podemos recuperar 1.000 litros de agua por segundo para reducir los ciclos de 40 a 15 días”.
Limitantes del abastecimiento de agua en Nueva Esparta
El abastecimiento de agua del estado Nueva Esparta proviene de tierra firme, del estado Sucre, a través de un sistema submarino que nace desde los embalses Clavellinos y Turimiquire. Esta característica ya es una limitante, porque el torrente depende de equipos hidráulicos que exigen un alto nivel de mantenimiento que no es garantizado por el Estado venezolano desde hace años.
Esta condición ha obligado desde siempre a ofrecer un abastecimiento intermitente o en ciclos, pero el clamor constante de la población ha sido que se reduzca el distanciamiento de los días sin suministro.
La última inversión de envergadura se hizo en el año 2008 con la construcción del acueducto Luisa Cáceres de Arismendi, una tubería de 90 kilómetros paralela al viejo sistema de Clavellinos. El proyecto se inició en 2004 y se inauguró en 2008 sin completar las obras en tierra firme; además, el tramo submarino que financiaría un convenio de cooperación con Irán nunca se concretó.
Hace ya dos años desde que los habitantes comenzaron a alertar sobre el alargamiento de los ciclos, sin que hasta ahora se hayan producido acciones definitivas que modifiquen las precarias condiciones del servicio en la isla.
Como una bola de nieve
Ante la falta de mantenimiento, el problema fue creciendo y en la actualidad el sistema submarino registra ahora un avanzado deterioro. Las consecuencias son recurrentes roturas en las líneas de distribución que obligan a realizar paradas del servicio, lo que a su vez significa perder el ciclo de abastecimiento o alargar los días sin suministro de agua a los habitantes de Margarita.
“En los años de la democracia se construyeron los acueductos Clavellinos y Turimiquire que surten las Islas, ambos distribuían una cantidad de 1.000 LTS/SEG y 1.500 LTS/SEG, pero estos indolentes durante los últimos años no hicieron los mantenimientos necesarios en ambos acueductos, ni repararon las fugas en las tuberías”, declaró Víctor Velásquez, secretario juvenil de Acción Democrática en la región.
El 12 de abril los medios alertaron de una nueva fuga de agua de grandes proporciones en el sistema submarino que conduce el agua del estado Sucre a la Isla de Margarita, por lo que el gobernador de Nueva Esparta, Afredo Díaz, exigió al Gobierno nacional las inversiones que produzcan una solución definitiva al problema del agua en la entidad insular.
Las redes secundarias también registran fallas y las tuberías son sustituidas por tramos solo donde se fracturan.
Esta realidad puso cuesta arriba la oferta hecha el 14 de abril por el diputado Rivas, pues mientras no se invierta en la infraestructura que atraviesa el mar -desde Sucre hasta Nueva Esparta- y se sustituyan las tuberías en lugar de repararlas, técnicamente será imposible garantizar ciclos más cortos entre los períodos de abastecimiento de agua en Nueva Esparta.
De esto estuvo consciente Rivas, considerando sus declaraciones en las que señaló que “…la solución definitiva es la sustitución de la tubería submarina, pero en este momento no podemos por la situación económica».
El 29 abril, Rivas anunció en su cuenta Twitter una tercera reunión del Estado Mayor del Agua, solo haciendo referencia a los esfuerzos por mejorar el servicio, pero sin concretar la posibilidad de hacer real su anuncio anterior; sin embargo, usuarios de la red, como @JohnRam0309, le increparon: “Puros planes y el agua igual más de un mes siempre”.
Casi un mes después del anuncio, el 8 de mayo, se dieron a conocer resultados, pero no los prometidos:
“Producto de la ejecución del plan estratégico para optimizar el servicio de agua potable en Nueva Esparta, esta semana se recuperaron 270 litros de agua por segundo que se suman al caudal del estado, logrando reducir el ciclo de distribución unos 5 días aproximadamente. Adicionalmente, se recuperaron 170 litros en tierra firme, reparando diferentes fugas en el ramal oeste y transpeninsular (Araya). Gracias a estas labores logramos ingresar a la Isla 170 litros adicionales a los 710 que entraban por ese ramal, para un total de 880 litros por segundo”.
Ciclos oscilan entre 29 y 38 días, según cronograma oficial
En conclusión, a tres meses del anuncio del representante del Gobierno nacional en Nueva Esparta, se demuestra el incumplimiento de la promesa de reducir a entre 20 y 15 días el ciclo de agua en la isla de Margarita.
Cotejando los cronogramas de distribución, que son fuente oficial sobre el suministro de agua, se obtiene que entre mayo, junio y julio los ciclos han sido de entre 29 y 38 días.
Sin embargo, los pobladores explican que el cronograma no es fidedigno, pues no necesariamente el agua llega el día que se indica, ni se va en la fecha señalada, ni la presión es lo suficientemente potente como para surtir sus hogares desde el primer momento. Es decir, los lapsos de esperan son más largos que los días estimados en el cronograma.

Asimismo, testimonios en las comunidades señalan que los margariteños siguen recibiendo agua en ciclos superiores a 30 días.
Según una nota publicada por la web Todos Ahora, el dirigente Nelson Acevedo recogió el sentir de la gente. “Expresa que hace 41 días no llega ni una gota de agua al Casco Central de La Asunción, capital de Nueva Esparta. El ciclo ha fallado en Las Casitas, La Otra Banda, Santa Isabel y El Saco”.
La molestia de los vecinos es que el cronograma no se cumple y en la mesa técnica de agua, dijeron que los ciclos se iban a reducir, pero no se ha cumplido.
En otras zonas como las partes altas de Atamo Sur, llevan tres ciclos (aproximadamente 140 días) sin recibir el agua por tubería. Acevedo explicó que en la entrada del Callejón Mi Viejo debe hacerse una maniobra para cumplir con la distribución, pero no ha sido posible.
El aumento del caudal de agua con varios trabajos de reparación de fugas y eliminación de tomas ilegales, sigue sin percibirse en las comunidades de Nueva Esparta. El llamado Estado Mayor de Agua informó de la recuperación de 270 litros por segundo que permitirían reducir cinco días al ciclo de distribución.
En Arismendi, que se sirve a través de la estación de bombeo de La Aguada, el ciclo de 45 días o más se mantiene sin cambios hasta la fecha. Mientras sus habitantes claman por un poco del vital líquido”.
Nueva Esparta la cenicienta
La ingeniero Beatriz Avila, exgerente de Hidrocaribe en el estado Nueva Esparta por 8 años (hasta 2009), ratifica que reducir los ciclos de agua requiere de un proyecto integral técnico, económico y hasta social, pues debe incluir cultura de consumo.
Señala que en el año 1999 se diseñó todo un proyecto de mejoría con proyección a 20 años, pero se interrumpió.
“Como proyecto se cumplió al 100 %, pero como Plan Maestro tuvo una ejecución del 50 %, solo en lo asociado al aspecto organizacional y comercial, es decir, precisamente el contenido técnico quedó a medias”, afirma, y agrega que “lo más grave fue no haber realizado las obras asociadas a mejoras en el sistema de distribución, porque es lo que nunca ha permitido reducir los ciclos de servicio”.
Comparativamente, Nueva Esparta tiene una de las peores realidades del país en torno al agua. Según la encuesta Crisis Venezuela 2020 -realizada por la Asamblea Nacional- para el mes de septiembre de ese año, a propósito del impacto de la COVID-19, el 18,5 % de la población tenía ausencia del servicio por más de 7 días, pero el registro en la isla de Margarita es superior a los 30 días.
Además, la encuesta realizada por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) en diciembre de 2019, reveló que el 83,3 % de la población no recibía agua de forma continua en sus hogares, dato que aumentó en el 2020 a un 86,4 % de la población que no recibe agua de forma continua.
Los datos muestran entonces que, en relación al tema de agua, las ofertas son solo declarativas, sin el respaldo de recursos económicos y un real plan maestro de recuperación profunda en Nueva Esparta y otras regiones del país.