- La afirmación de Nicolás Maduro es una mentira porque, aunque se observa que los anaqueles parecen estar abastecidos, la mayoría de los rubros disponibles lo están producto de las importaciones
- Cifras de Fedeagro indican que en el país solo se produce el 30 % de los alimentos que consumen los venezolanos
Por Mariángel Durán Reyes
“Hay un alto nivel de abastecimiento”, así comienza una publicación del Ministerio de Economía, Finanzas y Comercio Exterior que contiene declaraciones atribuidas a Nicolás Maduro, tomadas de una entrevista concedida a la multiestatal Telesur.
La nota publicada el 24 de julio de 2021 con el título “80 % de los alimentos se producen en Venezuela”, señala que según el mandatario “el incremento de la producción de alimentos es resultado de una política económica post rentista, que combina la satisfacción de las necesidades internas y la generación de riquezas a través de la exportación”.
Se trata de una nueva afirmación oficial vinculada con el sistema productivo y el sector alimentación del país que se desmiente a partir de los datos que manejan los voceros gremiales, organizaciones no gubernamentales e instancias internacionales.
Incluso se ha detectado contradicción en el seno de la vocería oficial porque 15 días después de la difusión de la entrevista de Maduro, Wilmar Castro Soteldo, ministro para la Agricultura Productiva y Tierras, dijo que su despacho debía trabajar “por el incremento de la producción”.
Durante una videoconferencia con el equipo ministerial y representantes de los movimientos campesinos del país, Castro Soteldo habló de “erradicar los suelos ociosos” con el propósito de que -tras las gestiones del Ministerio de Alimentación- “esos productos lleguen al pueblo”. “Es una deuda que tenemos”, admitió.
Discurso oficial repetido
En varias ocasiones, Maduro ha hecho afirmaciones positivas sobre la producción o distribución de alimentos que resultan ser mentira. El equipo de Cotejo.info ha desmentido sus declaraciones desde el año 2017, cuando dijo: “El país está llegando a los niveles más altos de producción alimentaria desde 2007”.
Un año y un mes más tarde -en noviembre de 2018- señaló que su “Gobierno garantiza seguridad alimentaria a venezolanos” y el análisis realizado arrojó que su argumento era falso.
En mayo de 2019 aseguró que “Venezuela tiene una poderosa agroindustria” y en agosto reiteró que su gestión le garantiza el alimento del pueblo venezolano. Todas sus afirmaciones obtuvieron calificativo de mentira.
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSVU) tomó la vocería en el año 2020 para enfatizar erróneamente que “Venezuela construye una economía sólida con producción nacional”.
Otros voceros como Carlos Leal Tellería, ministro de Alimentación; Castro Soteldo, actual ministro de Agricultura Productiva y Tierras; Lorena Freitez, ministra de Agricultura Urbana en 2016 y Carmen Meléndez, exgobernadora de Lara y actual ministra de Defensa, también han asumido este tema.
Se trata de un discurso oficial preconcebido que no se corresponde con la realidad que viven los ciudadanos.
Datos actuales desmontan afirmación gubernamental
La ONG Ciudadanía en Acción publicó en enero un informe sobre la alimentación de los venezolanos en 2020, el cual reveló que el 91 % de los rubros alimenticios disponibles fueron garantizados por el sector privado y solo un 9 % fue responsabilidad del Estado.
Un resumen de la investigación que fue publicado por el portal de El Diario se detalla que la disposición de alimentos en 2020 fue deficitaria respecto a lo que establece la dieta prototipo sociohistórica. Sin embargo, el año cerró con un leve incremento de 2.000.000 de toneladas métricas de alimentos adicionales disponibles respecto al año 2019.
También quedó claro que la pérdida de poder adquisitivo del venezolano afecta la posibilidad de acceso a los rubros alimenticios.
“Un tercio de los consumidores están adquiriendo 61 % de la disposición, debido a que la alimentación del venezolano depende del acceso al dólar. Más del 60 % de los consumidores no pueden adquirir ciertos alimentos o la mayoría de ellos”.
Ciudadanía Activa también presentó un balance sobre la disposición de alimentos en el primer semestre de 2021 y determinó que la presencia de alimentos importados en el país asciende a 180 %, lo cual indica que los alimentos disponibles en Venezuela no corresponden en su totalidad a la producción nacional.
“La cuarta parte de los tomates pueden ser importados, podemos estar cercanos al 40 % de las cebollas, cercanos al 40 % de las papas. La mayoría de estos productos vienen de Colombia”, explica el texto sobre la información de la ONG que fue publicado en el diario La Verdad.
Y aunque en efecto existe abastecimiento en los anaqueles, también es una realidad que no todos los venezolanos pueden adquirir los rubros y que, a su vez, estos alimentos son en su mayoría el resultado de importaciones de empresas privadas.
Sector agrícola todavía padece consecuencias de la desinversión
Según estimaciones de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y Afines (Sviaa), durante el primer semestre de 2021 hubo un ligero incremento en la siembra de rubros como maíz y arroz con respecto al año 2020. Sin embargo, solo se sembró entre 20 % y 30 % de lo esperado en ambos rubros.
La escasez de combustible y la falta de inversión siguen siendo los principales problemas del campo venezolano que todavía no logra cubrir la demanda del mercado nacional y padece las consecuencias de años de desidia gubernamental.
Saúl López, presidente de la Sviaa, señaló en entrevista para Crónica Uno, que el rendimiento esperado del maíz (materia prima para la harina precocida) -entre 5000 y 6000 kilogramos por hectárea- podría abarcar hasta 80 % del mercado nacional, como sugirió Maduro. Pero en realidad solo cubre la mitad de esa cuota, significa que solo el 40 % del mercado nacional es abastecido de maíz venezolano.
La situación de los últimos dos años ha variado con respecto al año 2016, época en la que la Asociación Civil Acción Campesina en alianza con Sinergia Venezuela, publicó el informe titulado Déficit Alimentario y Situación de la Producción de Alimentos en Venezuela, el cual aborda la vulneración del derecho a la alimentación. En ese momento, la situación era definida así:
“La baja de la producción nacional, disminución de las importaciones, y contrabando de extracción, han generado un nivel de escasez muy alto, que en todos los rubros de la alimentación básica supera el 50 % de la demanda. Las causas de la baja producción agrícola en Venezuela son atribuibles a varios elementos, todos los cuales tienen origen, directo o indirecto, en las leyes que rigen al sector y en la actuación de las instituciones”.
Cuando se flexibilizaron ciertos controles que se mantenían sobre la economía del país, aumentaron las importaciones al punto de que, en marzo de 2020, la Confederación de Asociación de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) advirtió que sólo el 25 % de los alimentos que consumen los venezolanos son producidos en el país y el resto dependía de las importaciones.
En julio de 2021, Celso Fantinel, actual presidente de Fedeagro, reveló que la cifra de producción de alimentos aumentó a 30 %, pero sigue siendo insuficiente para satisfacer la demanda de la población.
“Estamos sembrando y produciendo mucho menos, esa es la realidad. Tenemos muchas familias cosechando sólo para autosustento porque se descapitalizaron. No hemos podido retirar maíz para sembrar porque supuestamente no existe. Es como si nos hubiesen robado. Ellos dicen que sembraron toneladas de maíz y de arroz, y eso es mentira”, declaró en una entrevista para Punto de Corte Radio reseñada en la web Finanzas Digital.
A la luz de todas las versiones revisadas, se puede asumir que es mentira que el 80 % de los alimentos disponibles en nuestro país se producen en Venezuela, como afirmó recientemente Maduro, y aunque es cierto que existe un notable abastecimiento de rubros en los anaqueles, se trata de una verdad a medias, porque la mayoría son productos importados a los que todos los venezolanos no tienen acceso.
Además, el 90,7 % de los hogares en Venezuela vive entre inseguridad alimentaria severa, inseguridad alimentaria moderada y seguridad alimentaria marginal, según un informe del Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Ovsan) y la Comisión Especial de Justicia y Paz de la Asamblea Nacional del 2015.