- Las declaraciones del ministro de Producción Agrícola y Tierras, no coinciden con la realidad del sector cafetalero.
- Mientras el ministro dice que Venezuela tiene capacidad para producir y exportar los productores venezolanos sobreviven gracias al trueque
- Los niveles de producción en Venezuela han caído a niveles críticos. De acuerdo con datos suministrados por voceros del sector, el país importa el 90 % del café que se consume
Por Osman Rojas
El 25 de agosto de 2021, Wilmar Castro Soteldo, ministro de Producción Agrícola y Tierras de Venezuela, dijo durante una intervención en el programa Miércoles Productivo -transmitido por el canal VTV- que el país produce más quintales de café de los que consume y mencionó la posibilidad de exportar este rubro en un futuro cercano.
Castro Soteldo aportó una serie de datos para respaldar su teoría de exportación. Aseguró, por ejemplo, que hay 220.000 hectáreas de café sembradas que producen -en promedio- 28 quintales de café por hectárea. Esto se traduce en 6.200.000 quintales de frutas que a su vez se convierten en 4.389.000 quintales de granos.
Señaló además que los datos de consumo per cápita en Venezuela son de 3.200.000 quintales de granos, lo que le dejaría al país un potencial de exportación de 1.189.000 quintales.
En la misma intervención, el ministro comparó datos de producción de años anteriores para graficar la mejoría del sector cafetalero en el último quinquenio, diciendo que, hasta el año 2016, el país sólo sembraba 188 mil hectáreas; admitió que, en el pasado, se habían aplicado políticas gubernamentales que no contribuyeron con el crecimiento del sector.
El equipo periodístico de Cotejo.info fijó la lupa periodística sobre estos datos y tras el proceso de verificación determinó que la afirmación es verdad a medias, pues, aunque ciertamente Venezuela tiene el potencial de exportador, las evidencias indican que la producción de café en el país ha experimentado una caída significativa en las últimas dos décadas.
Además, las precarias condiciones económicas que atraviesa el país hizo que muchos productores cambiaran de rubro o disminuyeran su habitual nivel de producción, y en julio de este 2021, el discurso oficial del ministro sobre la exportación ya había sido desmentido por voceros de Fedeagro, debido a inconsistencias numéricas.
Venezuela importa más del 90 % del café que se consume
Los números expuestos por Castro Soteldo forman parte del discurso oficial optimista que no coincide con la realidad nacional. En otras ocasiones, los datos del ministerio han sido desmentidos por la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), cuyos voceros aseguraron en julio de 2021 que Venezuela ha exportado solo 3.180.000 kilos de café y no los 30 millones de kilos que aseguró el ministro.
De acuerdo con datos aportados por Dioleigdy Páez, directora de café, cacao y tabaco de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), durante el 2020 el país sólo produjo 350.000 quintales de café.
Páez declaró a Crónica Uno que en la cosecha del 2020 los niveles de producción fueron de cuatro a ocho quintales por hectárea, muy lejos del promedio de 28 quintales por hectárea que según Castro Soteldo se producen en Venezuela.
La producción del 2020 ha sido la última registrada hasta ahora en la nación sudamericana, pues el ciclo de 2021 inicia en octubre y finaliza en marzo, una sola cosecha de café al año, según explican los productores al equipo periodístico de Cotejo.info.
Los niveles de producción del 2020 sirven para cubrir sólo el 7 % del consumo interno, dejando el 93 % restante en manos de la importación. De acuerdo a los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el consumo del café procesado en Venezuela es de 1.617.391 quintales (72.782.595 kilos), a razón de 2,4 kilos por persona.
Según el INE, para el 2018 en Venezuela sólo se producía el 25 % del café demandado en el país. Desde entonces los números no han mejorado. Lo que abre el debate. ¿Si no se cubre la demanda interna, cómo se exportará?
Para contrastar lo dicho por Castro Soteldo, Cotejo.info se dedicó a rastrear los niveles históricos en cuanto a la producción de café, encontrando que la caída en la producción cafetera viene desde el 2006, año en el que se alcanzó el pico más alto de producción con 1.800.000 quintales.
En el 2007 desaparecieron las estadísticas oficiales, lo que servía para ocultar la caída exponencial que se venía experimentado en la producción del café. Una nota publicada por El Estímulo en el 2016 revela que, para el 2011, Venezuela rozaba los 800.000 quintales de café producidos al año, un millón menos de los totalizados en 2007.
En el 2018 la producción de café siguió bajando. Fedeagro informó que, para entonces, Venezuela producía 540.000 quintales, 26 % más de los que fueron totalizados en el 2019 cuando la producción fue de 400.000 quintales. Estos números desmienten lo dicho por Castro Soteldo, pues es mentira que Venezuela viene experimentado un crecimiento sostenido en la producción del café. Esta situación hace que Venezuela sea cada vez más dependiente de la importación de café.
Productores cambiaron de rama
“Para mitigar el hambre, muchos caficultores han tenido que tumbar y destruir cafetales. Han sembrado maíz y caraota para tener qué comer”. De esa manera Maximiliano Pérez, presidente de la Federación Nacional Caficultores de Venezuela, define la precaria situación en la que se encuentran muchos sembradores venezolanos, y es que, de acuerdo a lo denunciado por algunos productores, la frágil situación económica que atraviesa el país les obliga a destruir cafetales.
En conversación con el equipo de Cotejo.info, Pérez destacó que la producción de café ha retrocedido, básicamente, por la deforestación en la que se encuentra el país. El atraso tecnológico que se vive en Venezuela hace que la producción sea manual. Sin tierras, sin maquinaria y sin trabajadores es muy difícil impulsar la producción. “No tenemos cómo trabajar nuestras tierras. Hay reportes de caficultores que se han suicidado porque no tienen cómo honrar sus deudas”, señala.
Una nota publicada por Prodavinci revela cómo los caficultores en Venezuela pasaron de exportar uno de los mejores cafés del mundo a sobrevivir gracias al trueque. El reportaje de 2019 aseguraba que las estadísticas de la Organización Internacional del Café ya registraban un contraste entre 2018 y 2013 (el año en que Nicolás Maduro asumió la presidencia de Venezuela) con una caída en la producción del 42 %, lo cual hizo desaparecer la tradición de autoabastecimiento y exportación de excedentes.
La caída en picada de la producción hace que las hectáreas en donde a principios del año 2000 se cosecharon en promedio 25 quintales, ahora ofrecen no más de siete. La pobreza es tan evidente que muchos productores viven en ranchos de barro, sin servicios básicos y sin insumos para trabajar la tierra.
Ante un panorama tan desolador muchos de los productores han optado por sembrar granos, maíz o arroz, rubros que tienen un ciclo mucho más corto y que, además, ofrece una mayor posibilidad de comercialización.
“Casi todas las fincas han cambiado de rubro. En el año 2001 se hizo el congreso integral del café. Allí se especificó que no se podía diversificar la tierra dedicada a la siembra del café porque se le causa un grave daño a la naturaleza; sin embargo, la crisis llevó a muchos productores a quemar la tierra para meter pastos y ganado donde habían árboles llenos de vegetación, suelo propicio para la siembra del café”, dice Pérez.
La migración de rubros se evidencia en la caída de la producción del café en los últimos años. De acuerdo con las estadísticas publicadas por la Organización Mundial del Café (ICO) por sus siglas en inglés, Venezuela es el país de Sudamérica que menos café produce, incluso por debajo de naciones como Bolivia y Perú. Además de esto, la nación sudamericana es la que ha experimentado una caída más abrupta en la producción en los últimos 12 meses con una variación negativa de -9,1 %.
¿Es posible volver al mercado internacional?
Venezuela tiene unas condiciones climáticas ideales para la producción de café. En el mercado internacional el país sudamericano se ha labrado un nombre de prestigio. Países como Holanda, Alemania, Bélgica o Estados Unidos han sido algunas de las naciones que han comprobado la calidad del café venezolano; sin embargo, para volver al mercado internacional es necesario hacer una serie de ajustes que requieren tiempo e inversión.
En una reseña publicada el 23 de febrero de 2021 los representantes de Fedeagro expresaron su preocupación por el desfase económico con el que deben lidiar los productores en el país. Señalaron que, en promedio, un caficultor debe invertir unos 5.000 dólares por hectárea, lo que se traduce en una inversión de 100 a 120 dólares por quintal. A eso hay que sumarle 40 dólares que se deben invertir en un saco de fertilizantes de 50 kilos.
En el cómputo final estos números no cuadran con la producción de café y es que, aunque no hay un precio oficial, en promedio un quintal en Venezuela cuesta entre los 80 y los 100 dólares, 20 menos de lo que cuesta producirlo.
Aun reconociendo el potencial que históricamente ha tenido para participar activamente del mercado internacional, todas estas circunstancias, aunadas a la dificultad de acceder a las cifras oficiales de producción, llevan al equipo periodístico de Cotejo.info a determinar que la afirmación de Castro Soteldo, con relación a que Venezuela está en la capacidad de exportar café es en este momento una media verdad pues, en la actualidad, las evidencias indican que los niveles de producción no alcanzan ni siquiera para cubrir la demanda interna.