- El comercio binacional entre Venezuela y Colombia fue un caso de éxito en la época de los años 90 del siglo XX
- De acuerdo con el economista Aldo Contreras, entre quinientos y un tope máximo de mil millones de dólares llegó a producir la frontera entre Táchira y el Norte de Santander, aún después del cierre de 2015
- Venezolanos se las siguen ingeniando para importar mercancía desde Colombia a Venezuela
Por Karla Torres
El cierre de la frontera ordenado por Nicolás Maduro el pasado 19 de agosto de 2015 cambió abruptamente el intercambio comercial binacional, incluso modificó la rutina de cientos de familias que dependían y hacían vida en la zona.
Luego de 6 años del cierre unilateral, la vicepresidenta Delcy Rodríguez anunció el pasado 4 de octubre la reapertura de la frontera venezolana con Colombia, con el respectivo retiro de los contenedores colocados en el Puente Internacional Simón Bolívar desde febrero de 2019.
Sin embargo, hasta el 5 octubre la actividad que se reportó en la zona era muy parecida a la que existía antes de los obstáculos: Solo se permitía el paso de estudiantes y de ayuda humanitaria (situación que varió el lunes 25 de octubre con la ejecución, sin anuncio oficial, de un plan piloto de activación del paso peatonal).
A propósito de lo dicho por Rodríguez, la diputada a la Asamblea Nacional (2015 – 2020) por el estado Táchira, Karim Vera, afirmó a través de una nota de prensa difundida por el Centro de Comunicación Nacional que “el cierre unilateral de la frontera acabó con el comercio binacional”.
En Cotejo.info le pusimos la lupa periodistica a la declaraciones de la diputada Vera y después de una verificación, y consultas con expertos, se determinó que lo dicho por la también coordinadora de Primero Justicia en el Táchira es una verdad a medias, pues a pesar de que el sector comercial, industrial y productivo de la frontera venezolana decayó, desde Colombia se continúa exportando medicinas, comida y demás enseres que actualmente abarrotan los mercados del país, especialmente en el estado Táchira.
Escenario trágico después del cierre
El comercio binacional entre Venezuela y Colombia fue un caso de éxito en la época de los años 90, sin embargo, en 2015 el panorama cambió y dejó de ser una referencia en la región debido a los conflictos y tensiones políticas entre ambos gobiernos.
Los pasos ilegales o “trochas” se convirtieron en una alternativa para quienes querían traer alimentos, medicinas, ropa, calzado y demás artículos desde Colombia a Venezuela.
Sin embargo, la mercancía que entra desde entonces al país por los pasos irregulares entre San Antonio y Cúcuta no cumple los protocolos de aduanas y mucho menos los registros sanitarios necesarios para su distribución.
En entrevista para Cotejo.info, el economista Aldo Contreras afirmó que el eje fronterizo San Antonio-Cúcuta requiere de inversión importante por parte del Estado, “hoy no hay control legal de la frontera”.
Destacó que desde Venezuela a Colombia no hay mucho que ofrecer, sin embargo, los venezolanos se las ingenian para importar productos desde el vecino país a través de La Guaira, Paraguachón o Maicao.
Durante la entrevista con el equipo periodístico de Cotejo.info el economista Contreras aseguró que “entre 500 y un tope máximo de 1.000 millones de dólares llegó a producir la frontera aún después del cierre de 2015”.
El fin de las grandes industrias
En 2016, un año después del cierre unilateral de la frontera, en San Antonio del Táchira, 90 % de las industrias cerraron y esos empresarios se fueron a Colombia, detalla Isabel Delgado, presidenta de la Cámara de Comercio de San Antonio del Táchira (Cciet), en un reportaje para Crónica Uno.
“Muchos se llevaron las maquinarias a Colombia y a las zonas que hacen frontera con Ecuador. Algunos de los que se fueron dejaron en San Antonio los puntos de venta”, explicó.
En Ureña el panorama no fue distinto, el presidente de la Cámara de Industria y Comercio del sector, Isidoro Domingo Teres, indicó que 80 % de las empresas se paralizaron por la falta de personal y materia prima, y añadió que ya algunos industriales de la zona se instalaron en otras partes como Cúcuta.
Explicó el economista Aldo Contreras al equipo de Cotejo.info que Ureña y San Antonio aportaban al Producto Interno Bruto de Venezuela la suma de 7.000 millones de dólares. “Era una de las industrias que más generaba empleos en el país”.
“Hoy por hoy son municipios fantasmas que carecen de materia prima y servicios básicos como electricidad y agua, elementales para impulsar la industria”, aseveró.
Comercio binacional después del cierre
Durante el año 2015, el intercambio comercial entre Venezuela y Colombia, disminuyó 44 % al registrar 1.352 millones de USD al cierre del año, frente a los 2.427 millones de USD correspondientes al año 2014, según cifras publicadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística Colombiano (DANE).
Sin embargo, antes del cierre de fronteras, el intercambio comercial entre Colombia y Venezuela acumuló 2.427 millones de dólares. Después llegó la crisis y desplomó la cifra casi a la mitad en 2015, para quedar en mínimos durante los años siguientes.
De acuerdo con un reportaje de France. 24, cuando ocurrió el cierre definitivo de fronteras, en agosto de 2015, el flujo comercial llevaba varios años en alrededor de 3.000 millones de dólares. En los años siguientes, el promedio anual ni siquiera alcanzó una tercera parte. Y en 2020 apenas superó los 200 millones de dólares.
El economista Aldo Contreras explicó además al equipo de Cotejo.info que desde Colombia llega una gran cantidad de productos a Venezuela sin los permisos necesarios y compiten con empresas formalmente establecidas, lo que genera un economía de “paralelismo”.
Contreras también afirmó que los sectores más afectados por el cierre de la frontera fueron el financiero, aduanal, transporte, carrocerías, manufacturas y turismo que estaban alrededor de la actividad comercial.
En este sentido, aunque es cierto que el comercio binacional cayó, en especial desde Venezuela hacia Colombia, la importación de rubros desde el país vecino se ha fortalecido en los últimos años. Por tanto, la afirmación de la diputada opositora Karim Vera es una verdad a medias.