- El equipo de Cotejo analizó las recientes declaraciones del ambientalista venezolano Fernando Jáuregui y determinó que la afirmación es una media verdad porque, aunque los expertos y las organizaciones no gubernamentales han denunciado el innegable daño ambiental que sucede en los bosques y selvas tropicales, no existen cifras oficiales confiables sobre la degradación de estas áreas, por lo que la afirmación resulta difícil de verificar
Por Yamile Jiménez y Mariángel Durán
El 21 de marzo de 2022 el ambientalista Fernando Jáuregui aseguró que “la situación de deforestación en Venezuela es grave, es una de las más altas de América Latina”, durante una entrevista en Radio Fe y Alegría que también fue reseñada en el sitio web de ese medio.
También alertó que las prácticas del “mal llamado conuco” y la extracción de recursos en el Arco Minero del Orinoco son algunas de las causas de la destrucción ambiental en el país.
“Se está generando deforestación en las cuencas del río Paragua y Caroní que son los principales abastecedores del Guri, donde se produce el 70 % de la electricidad del país”, destacó Fernando Jáuregui.
Ante la pregunta sobre la extensión del área deforestada, respondió que es difícil calcular cuántos árboles han sido talados porque no se puede apreciar la magnitud desde un helicóptero.
Jáuregui advirtió además, que la gran contaminación que se genera en el Arco Minero del Orinoco produce residuos que terminan en el mar Caribe y que afectan de manera considerable al río Orinoco.
Señaló que la crisis que viven las familias venezolanas por la escasez de gas doméstico también ha incrementado la deforestación, dado que muchas personas deben acudir a métodos rudimentarios para poder preparar sus alimentos.
La reciente afirmación del ambientalista fue replicada por diversos medios de comunicación de Venezuela, entre ellos El Impulso, Correo del Caroní y Versión Final.
Tras el proceso de verificación, su afirmación recibe el calificativo de media verdad, porque se trata de un problema real, complejo y difícil de cuantificar y establecer su proporción en la actualidad. Además, se encontraron referencias recientes de políticas públicas oficiales orientadas a contrarrestar la degradación de algunas áreas afectadas en el país, con respaldo de la FAO.
La deforestación según FAO
“La deforestación es la conversión del bosque a otros usos de la tierra, como la agricultura y la infraestructura”, según la definición descrita en el informe Evaluación de los recursos forestales mundiales 2020 elaborado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Dicho documento publicado en 2021 estima que entre 1990 y 2020 se perdieron 420 millones de hectáreas (ha) de bosque a causa de la deforestación en el mundo, aunque la tasa se redujo a lo largo del período. “La deforestación se produjo a una tasa anual de 15,8 millones de ha en 1990-2000, 15,1 millones de ha en 2000-2010; 11,8 millones de ha en 2010-2015, y 10,2 millones de ha en 2015-2020”.
Y destaca que “hoy en día las tasas de deforestación en Asia y América del Sur son casi la mitad de lo que eran en el decenio de 1990”.
De acuerdo con estos datos, es preciso entonces conocer la situación de los bosques en Venezuela para una mejor comprensión del proceso de la deforestación. Pero los datos sobre este tema son escasos y dentro del informe de la FAO se obtienen algunas nociones de la situación actual del país, en las 9 ocasiones que se le menciona a lo largo del texto, acá algunos ejemplos:
- Los bosques primarios representan el 95 % o más del área total de bosque en tres países y territorios: Suriname, Venezuela (República Bolivariana de) y Guyana Francesa.
- Venezuela figura entre “Los diez países con mayores existencias en formación, 2020” (Cuadro 35 el informe). Las existencias en formación se definen como “el volumen total de árboles vivos en un bosque”.
- También se menciona al país en el apartado de bosques dentro de las áreas protegidas desde el punto de vista jurídico: “La proporción de bosques en áreas protegidas es superior al 30 % en América del Sur, donde particularmente el Brasil, el Perú y Venezuela (República Bolivariana de) tienen grandes superficies de bosques protegidos; el 11 % en América del Norte y Central; el 6 % en Europa”. Dentro de esta misma categoría, en el Cuadro 61, Venezuela ocupa el tercer puesto entre Los diez principales países en cuanto a bosques en áreas protegidas.
Según FAO, “detener la deforestación sigue siendo un desafío”, es un problema que continúa, “aunque a una tasa inferior que en el pasado”.
“En el quinquenio más reciente (2015-2020), la deforestación se produjo a una tasa de 10 millones de ha por año, es decir, 2 millones de ha menos por año que en 2010-2015. Sin embargo, a esta tasa de reducción, el logro de la meta del ODS 15 de detener la deforestación tardará en cumplirse otros 25 años”.
De acuerdo con el documento, Venezuela se encuentra entre los países que han desacelerado la deforestación en las últimas dos décadas.
En la web de estadísticas statista.com, se puede observar que la Superficie destinada a tierras forestales en Venezuela de 1990 a 2020, no ha variado mucho en los años 2010 y 2020. El gráfico está basado en los datos tomados de la FAO y describen que la reducción del área forestal en formación en Venezuela fue de 1,28 millones de has en 10 años, a razón de 128 mil has por año.
En el proceso de verificación se pudo corroborar que la FAO colabora con programas de reforestación ejecutados en Venezuela, a través de los ministerios de Ecosocialismo y Educación, lo cual se corrobora en una nota de prensa reciente (23/03/2022) que anuncia la plantación de 12 mil árboles frutales y forestales en 8 Escuelas Técnicas Agrícolas (ETA) de los estados Mérida, Trujillo, Lara y Falcón.
Venezuela, pionera en la ordenación sustentable de bosques, de fecha 04/09/2018 y Las comunidades indígenas y FAO-GEF construyen la gobernanza compartida del manejo forestal sustentable en los bosques de Venezuela, publicada el 27/04/2020, son los títulos de reportajes sobre el país publicados en la web de FAO y que abordan algunos planes desarrollados para la protección de los bosques.
Ley de Bosques en Venezuela
En el caso concreto de las áreas forestales existe la Ley de Bosques, aprobada el 16 de julio del año 2013 y que derogó la antigua Ley Forestal. En su Artículo 1, establece su objeto: “garantizar la conservación de los bosques y demás componentes del patrimonio forestal y otras formas de vegetación silvestre no arbórea, estableciendo los preceptos que rigen el acceso y manejo de estos recursos naturales, en función de los intereses actuales y futuros de la Nación, bajo los lineamientos del desarrollo sustentable y endógeno”.
Además, en el país existen las Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE), definidas como “espacios del territorio nacional, que se encuentran sometidas a un régimen especial de manejo, conforme a las leyes especiales.
También existe un Sistema de Información Forestal en desarrollo según los datos disponibles en la web Bosques de Venezuela, creada como parte del Proyecto de Ordenación Forestal Sustentable y Conservación de Bosques en la Perspectiva Ecosocial (GCP/VEN/011/GFF).
Es de resaltar que dentro de estas plataformas digitales vinculadas con el ambiente dentro del territorio venezolano sólo se encuentran detalles de los programas en desarrollo, pero pocas estadísticas de la variable de deforestación. Una de las publicaciones recientes (19/01/2022) en el apartado de noticias se titula Minec, FAO y el Fondo Mundial para el Medio Ambiente proyectan recuperar más de 600 ha de áreas degradadas en Venezuela y da cuenta del programa de ordenación forestal y manejo de bosques que se lleva a cabo desde 2016.
Denuncias sobre impacto de la minería
Las crecientes denuncias sobre el impacto de la minería en el país representan la otra cara de la moneda sobre la situación ambiental en Venezuela. Una realidad que no se puede desconocer y que ha sido reseñada por portales como el Global Forest Watch (GFW), que el 25 de marzo de 2021 publicó un amplio trabajo sobre el impacto de la minería ilícita en los bosques venezolanos.
La investigación estima que entre el 80 % y el 90 % de oro en Venezuela se extrae de manera ilegal, causando un daño desproporcionado a las selvas tropicales.
Añade el reporte que el colapso de la industria petrolera propició que en el año 2016, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunciara planes para el Arco Minero, designando 112.000 kilómetros cuadrados de selva tropical al sur del río Orinoco para la extracción de oro y coltán.
“El plan del Arco Minero contradice explícitamente los estándares ambientales establecidos en la constitución del país. Muchas de las minas están dirigidas por bandas venezolanas o grupos guerrilleros de Colombia bajo la protección del ejército venezolano, lo que crea un panorama de anarquía”.
Global Forest Watch (GFW) en su investigación resaltó el aumento desmesurado en la pérdida de bosques primarios en Venezuela desde el año 2016, acotando que el 74 % de la destrucción ha ocurrido en los estados de Amazonas y Bolívar.
Frente a estas denuncias, en 2021 se publicó en el portal de la Vicepresidencia de la República un reportaje a propósito del 15 aniversario de la Misión Árbol, un programa que promueve la reforestación de las cuencas altas de los ríos y parques nacionales. El texto detalla que dicho programa “trabaja incansablemente en la reforestación y remediación de las zonas afectadas en el Arco Minero del Orinoco (AMO).
El diario El Nacional en el año 2019 publicó un trabajo que señalaba a Venezuela como uno de los países del mundo con mayor deforestación. Destacó que el problema se había intensificado en el estado Amazonas en los últimos años y que la pequeña minería ilegal, al sur del río Orinoco, había cobrado más fuerza desde que se oficializó la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco.
El decreto presidencial del AMO entregó concesiones mineras a empresas nacionales y extranjeras para la explotación de bauxita, cobre, diamante y oro en 112.000 kilómetros cuadrados.
“Hace 20 años, Venezuela fue reconocida como uno de los 17 países con mayor biodiversidad en el mundo, por la calidad de sus bosques y la riqueza de su fauna. En la actualidad, el país posee una de las tasas de deforestación más grandes del mundo y corre el riesgo de perder las funciones medioambientales que derivan de los bosques, pues la minería ilegal que se lleva a cabo en el sur de la selva amazónica se hace sin la observación de los estándares socio-ambientales necesarios”, declaró Carlos Peláez, biólogo y miembro de la ONG Provita, para el reportaje de El Nacional.
Además del daño ambiental, la minería ilegal ha desatado serios problemas de salud, quienes habitan los estados Amazonas y Bolívar padecen enfermedades erradicadas hace un tiempo en Venezuela, como la malaria, el sarampión, la difteria, entre otras, según se recaba en un reportaje publicado en el portal web de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), titulado Deforestación y malaria: el precio del oro en Venezuela.
En marzo de 2021, el portal elucabista.com de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) abordó el tema en un reportaje denominado Seis datos que hay que saber sobre la situación de los bosques y el agua en Venezuela, en el cual es posible encontrar datos interesantes sobre la preocupación de los expertos frente a la explotación ilegal del Arco Minero.
“SOS Orinoco contempla las actividades agropecuarias y mineras realizadas entre el año 2000 y 2020 como principales factores de la pérdida de cobertura boscosa en la zona. Durante ese tiempo, se han perdido al menos 207.796 km2 y más de 10.650 hectáreas han sufrido modificaciones”, señala el texto.
De acuerdo con lo publicado por la UCAB, Hivy Ortiz, oficial forestal para la Oficina de FAO en América Latina y El Caribe, “la agricultura y la ganadería constituyen la primera causa de deforestación en la región” y “en Venezuela, a este hecho se le suma una crisis de gas y electricidad que, según declaraciones ofrecidas a la agencia EFE por Carlos Peláez, biólogo y miembro de la ONG Provita, obliga a los ciudadanos de 21 de 24 entidades a utilizar leña para cocinar”.
Destaca además que “aunque no hay datos oficiales de deforestación ni tala indiscriminada, múltiples organizaciones estiman que en los últimos años la tasa podría variar entre el 2 % y 4 % anual (en Venezuela)”.
En junio del año pasado la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional del llamado gobierno interino aprobó un acuerdo de acción política por la institucionalidad ambiental en Venezuela. El acuerdo contemplaba la entrega de un informe ante la ONU sobre la precaria situación del patrimonio ambiental de Venezuela y la inacción del Estado.
En el informe de la Comisión de Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático del gobierno interino, detalló la situación ambiental en puntos críticos con incidencia en los derechos humanos ambientales y la responsabilidad del gobierno de Nicolás Maduro.
De acuerdo con todos los elementos analizados en el proceso de verificación del discurso público del ambientalista Fernando Jáuregui sobre la deforestación en Venezuela, se concluye que se trata de una media verdad. Aunque es una verdad incontestable la afectación de nuestro patrimonio forestal, existe una contradicción entre lo denunciado por los expertos en materia ambiental del país, el discurso oficial de la gestión ambiental y la posición de una instancia internacional como la FAO.
La degradación ambiental de los bosques es evidente en Venezuela -como en otros países- pero la ausencia de datos fiables hace debatible la magnitud real y comparativa de este complejo proceso de deforestación en el país, dentro del contexto Latinoamericano.