- Para el año 2015, las ganancias de Pdvsa habían caído a -79,23 % con relación al 2014
- Según Prodavinci, hasta 2006 la deuda externa venezolana en bonos rondó los 20.000 millones de dólares y en 2017 los compromisos del Estado y Pdvsa alcanzaron los 68.728 millones de dólares
Por José Rivas
En una entrevista para el medio regional Correo del Caroní, el exgobernador del estado Bolívar, Andrés Velásquez, afirmó: “Las sanciones no tienen nada que ver con la quiebra de las empresas básicas ni con la quiebra de Pdvsa”.
El también militante del partido opositor La Causa Radical añadió que la destrucción económica del país fue producto de la corrupción, ya que sin sanciones Venezuela estaba entonces empobrecida.
Ante esto, el equipo de Cotejo.info buscó memorias y cuentas, informes de producción de las estatales antes de las sanciones y habló con expertos economistas para conocer el impacto de las sanciones a las empresas del Estado.
El gobierno nacional -durante los últimos años- ha culpado a las sanciones de la emergencia humanitaria, los bajos salarios y la crisis productiva y económica que atraviesa el país; sin embargo, los problemas se agravaron mucho antes de las primeras penas internacionales.
Las primeras sanciones contra el país ocurrieron en agosto de 2017. En ese entonces, el presidente de EEUU, Donald Trump, prohibió las negociaciones de deuda nueva y capital con el gobierno de Venezuela y Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Pero ya el país padecía una contracción importante antes de eso. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela en 2017 tuvo una contracción acumulada de 31,9 %, respecto a 2013.
Pdvsa y su crisis productiva
Es recurrente la apelación a las sanciones y restricciones instrumentadas por diversos países contra instituciones, empresas y funcionarios venezolanos de la administración gubernamental, para justificar el estado de contracción y destrucción de la industria petrolera nacional, pese a que ya ha sido profusa la demostración de las causas de tal situación.
Pero en este caso, siempre tiene sentido volverlo a explicar. De acuerdo con un informe de Transparencia Venezuela, la disminución de los precios del petróleo y los importantes gastos de Pdvsa dejaron una caída de las ganancias de -79,23 % en 2015, en comparación con 2014. “Es lo mismo a decir Pdvsa pasó de generar en el 2014 USD 12.465 millones a ganar en el 2015 USD 2.585 millones”, establecieron.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en su informe de 2016, comunicó que Pdvsa produjo durante ese año 2,3 millones barriles de petróleo diario (bpd), 275 mil barriles menos que en 2015 y 1,4 millones de barriles menos si se compara con 1970, año de su máximo histórico.
Al finalizar el 2016, Pdvsa tenía una “deuda financiera consolidada” de 41.027 millones de dólares, de acuerdo con información suministrada por la petrolera. Al año siguiente, cuando ocurren las primeras sanciones, Pdvsa solo produjo 2,07 millones de bpd, una merma de más de 300 mil barriles en comparación con 2016.
La Cepal señaló en su Estudio Económico de América Latina y el Caribe de 2017: “Si comparamos la producción de crudo venezolano a mayo de 2017 con la producción a la misma fecha de 2016, se observa que la mejora en el precio del crudo no se tradujo en una recuperación de la caja de Pdvsa, debido a la fuerte contracción (10,2 %) que registró la producción de crudo en el mismo período. Otro elemento que afectó a la caja de Pdvsa son las obligaciones, que -a pesar del canje de deuda efectuado en 2016- superan los 5.000 millones de dólares en 2017. Pdvsa ha acumulado una cuantiosa deuda con sus proveedores, lo que ha motivado la salida de algunos operadores de los campos venezolanos y, con ello, la caída de la producción”.
El descenso productivo de Venezuela en 2017 fue el más grande entre los 13 países miembros de la OPEP, reseñó Reuters. “A diferencia de los recortes voluntarios de productores como Arabia Saudita y Rusia, que buscan sustentar mayores precios, Venezuela ha sido incapaz de detener una caída de producción que acumula seis años seguidos”.
Transparencia Venezuela en su informe de 2018, El Ocaso de La Industria: Saqueo, Caída de la Producción y Fin de la Meritocracia, resalta que la caída productiva de Pdvsa no fue coyuntural, sino que más bien “ha ocurrido una destrucción de la capacidad productiva de la industria petrolera”.
En dicho informe, la ONG señaló que las causas del desplome de la producción fueron:
- La caída sostenida de la inversión de Pdvsa por la excesiva carga fiscal y los altos gastos sociales adjudicados a la petrolera.
- El retraso en los pagos a los proveedores de servicios.
- La salida de personal calificado, tanto en 2002, como en 2017 y en 2018, por los bajos salarios y el deterioro de las condiciones laborales.
Empresas básicas en pérdida
Aunque ya Cotejo.info había logrado describir con datos y referencias la debacle del sector industrial venezolano, en 20 años de gestión gubernamental, siempre en adecuado volver sobre la información que algunas fuentes primarias permiten establecer el patrón de destrucción, incluida de la de las empresas básicas del Estado.
De acuerdo con la memoria y cuenta del Ministerio de Industrias de 2015, las empresas básicas para ese año tenían graves retrocesos en cuanto a producción. Los números no se alejaban tanto de la realidad de la industria petrolera y también estaban en rojo.
La memoria y cuenta señala que Aluminios del Caroní (CVG Alcasa) en 2015 tuvo una pérdida de 94 %. Pese a ser un porcentaje costosísimo, este fue el año de menor pérdida, ya que de 2011 a 2014 la contracción superó el 220 % por año.
CVG Alcasa, con capacidad para producir 170.000 toneladas, durante 2014 apenas fabricó 28.798 toneladas de aluminio primario. Un 16% de su capacidad instalada, tres años antes de las primeras sanciones.
“La producción de acero y aluminio en Venezuela retrocedió en 2014 a niveles de hace tres décadas, dijo el Ministerio de Industrias en su informe anual, en medio de tímidas inversiones, obsolescencia y constantes conflictos laborales”, reseñó Reuters en marzo de 2015.
La Industria Venezolana del Aluminio (CVG Venalum) tuvo un 2013 con un resultado financiero de -5,2 mil millones de bolívares, para 2014 la cifra empeoró: – 8,1 millones de bolívares, en dólares para la fecha representaban unos 165 millones de dólares en pérdidas, según la tasa el promedio de operaciones del Sistema Cambiario Alternativo de Divisas (Sicad II) del cierre de 2014.
En diciembre de 2015, la reductora de aluminio más importante del país cerró con una pérdida del patrimonio de 13.000 millones de bolívares. El margen de pérdida fue de 22 %
Venalum, con una capacidad instalada de 430.000 toneladas de aluminio primario, sufrió un descenso importante desde 2009, en ese año su producción cayó a casi la mitad por la crisis energética. Cinco años más tarde, en 2014, solo produjo 109.536 toneladas métricas del metal que dejaban a la estatal con números de 1984 y a un 25 % de capacidad.
“Venalum aceptó a mediados de marzo que se vio obligada a disminuir la pureza de sus productos agobiada por su difícil situación financiera”, expresaba la agencia británica.
¿Qué pasó luego? Ya con casi dos años de sanciones, en marzo de 2019, las dos reductoras de aluminio quedaron en cero por el apagón nacional que dejó a todo el país en un corte prolongado de electricidad. En 2022, Alcasa sigue en cero y Venalum opera a un 19 % de su capacidad.
Bauxilum fue otra estatal del sector aluminio que estaba en crisis mucho antes de las sanciones. Transparencia Venezuela, en su informe Empresas Heridas de Muerte: Corrompiendo el Metal, expone que la estatal pasó de producir 5,9 millones de toneladas métricas de bauxita en 2007 a un descenso cerca de 94 % en el año 2016.
Según la memoria y cuenta, el Estado de Movimiento de Cuentas de Patrimonio pasó de 4.000 millones de bolívares en 2011 a 9.000 millones en 2015. En este último año, la empresa alcanzó una pérdida de 89 %, hilando media década en números negativos.
La Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro, (Sidor) es otra de las que, mucho antes de las sanciones, padecía graves problemas productivos y de ingresos. En 2015, cuando la empresa produjo 1 millón de toneladas métricas, los márgenes de utilidad fueron de -61 %.
En 2016, un año antes de las primeras sanciones, sólo produjo el 10 % de su capacidad instalada, una debacle tremenda para la principal siderúrgica del país. Unas 307 mil toneladas métricas de acero líquido, lejos de los 5,1 millones de toneladas de capacidad instalada, según el medio regional Correo del Caroní.
Transparencia Venezuela concluyó en su informe que la situación del sector metalúrgico, incluido las empresas básicas, era crítica debido a: Falta de flujo de caja en dólares, desinversión en las líneas de producción, nivel de endeudamiento de las estatales con los proveedores, insuficiencia de materias primas e insumos básicos, ausencia de personal calificado, fallas eléctricas y de suministro de gas, equipos parados por falta de mantenimiento y repuestos e incremento de la nómina no operativamente justificables.
No generaron la quiebra pero limitan su recuperación
El economista e integrante del Comité Académico del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice), Oscar Torrealba, señaló que en la mayoría de las estatales empezaron a sufrir problemas en sus balances económicos muchos antes de las sanciones, al ser manejadas con intereses políticos partidistas, más que productivos.
“El deterioro empezó a presentarse mucho antes de la imposición de sanciones al Estado Venezolano”, afirmó.
Torrealba, sin embargo, hizo hincapié en que la existencia de las sanciones contra Venezuela sí dificulta la recuperación de las estatales de darse el escenario productivo y haber voluntad política para la recuperación de las empresas.
Por su parte, el economista y profesor universitario, Luis Oliveros, expresó mediante mensajes escritos en entrevista para Cotejo.info que más allá de tener que ver con la quiebra de las estatales, las sanciones “exacerbaron” los problemas que ya tenían previo a 2017.
“(Las empresas básicas) deberían haberse privatizado hace mucho tiempo, allí ha ocurrido una nefasta gestión pública, esas empresas deben ser privatizadas o evaluar si al país le conviene tenerlas operativas, son deficitarias desde hace mucho tiempo. Con respecto a Pdvsa, ésta ya venía con muchos problemas, los cuales surgieron antes de las sanciones”, afirmó.

Por otro lado, también destacó que aunque las empresas venían sufriendo graves problemas productivos y financieros, las sanciones también han generado mayores dificultades. “Las sanciones están para generar problemas en los países. Por ejemplo, las sanciones imposibilitan que Pdvsa pueda vender petróleo a EEUU y a las empresas que le compren pueden ser sancionadas, por eso vende crudo a descuento”, destacó.
Ante lo documentado en los distintos informes, memorias y cuentas, así como la opinión de expertos económicos, el equipo de Cotejo concluye que la afirmación de Velásquez sobre la no vinculación de las sanciones con el declive de las industrias básicas y de Pdvsa es verdadera, dado que la crisis productiva y económica de estas empresas ocurrió antes de las sanciones.