- Aunque el número de muertos se redujo a la mitad en las fechas analizadas, las empresas básicas siguen siendo espacios inseguros incluso con menor producción
- Las principales denuncias de los trabajadores es que son obligados a trabajar en espacios peligrosos, sin los equipos de seguridad correspondientes y la debida dotación
- Desde 2015, industrias básicas de Guayana han reportado bajo mantenimiento en zonas operativas, lo que incrementa los riesgos de seguridad en planta
Por José Rivas
A finales de agosto, el presidente de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), Pedro Maldonado, declaró a medios de comunicación regionales que: “Nuestros niveles de seguridad en planta son muy superiores a los que manejamos hace 10 o 15 años”.
Además de hacer mención sobre los avances en materia de seguridad laboral, el titular de la CVG agregó que no tenían registros de ningún accidente en planta que “distorsione los números que deben manejar”.
Ante las declaraciones de Maldonado, Cotejo.info decidió poner la lupa en la afirmación y verificarla a través de notas de prensa, declaraciones de delegados de prevención y registros documentales disponibles en internet.
Tras el proceso de verificación se determinó que lo dicho por Maldonado es mentira, debido a que aunque las empresas están a niveles operativos por debajo del 20 % siguen siendo espacios de alta peligrosidad, con múltiples incidentes peligrosos y sin la debida atención e inversión para revertir estas condiciones.
La data de accidentes
Según datos documentados por la periodista Clavel Rangel y facilitados al equipo de Cotejo.info para esta verificación, entre 2009 y 2011 hubo al menos 17 accidentes laborales en empresas tuteladas por la CVG, con nueve trabajadores muertos.
¿Cuál es la realidad actual? ¿Se cumplen las medidas de seguridad? Las empresas básicas de Guayana no informan públicamente sobre los accidentes laborales en planta, ni las razones que los originan. La mayoría de los registros son reportes de trabajadores o notas de prensa.
Además, es importante resaltar que comparado con 2011, año en el que la Siderúrgica del Orinoco, Ferrominera Orinoco, Venalum y Bauxilum operaban con el 40 % y 60 % de su capacidad instalada, las empresas básicas de Guayana pasan por uno de los peores momentos productivos de su historia.
Cotejo.info logró determinar que las principales estatales tuteladas por la CVG cerraron el año 2021 lejos de siquiera el 30 % sus capacidad instalada.
Esto no significa que los accidentes laborales hayan dejado de ocurrir o que las condiciones sean menos peligrosas. La eliminación de los sindicatos ha llevado a que las autoridades de las empresas no tengan que lidiar con dirigentes exigiendo condiciones seguras en planta.
Delegados de prevención y salud laboral han sido sacados de sus puestos de trabajo, mientras que las denuncias realizadas al Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laboral (Inpsasel) no han generado la apertura de investigaciones o sanciones a las industrias.
Bajo este contexto, medios regionales registraron entre 2020 y 2022, al menos 10 accidentes y 6 incidentes. Asimismo, informaron la muerte de al menos cuatro trabajadores cuando cumplían labores para la empresa. Uno de ellos al caer de un andamio en Sidor y otros tres de Venalum y Bauxilum en accidentes vehiculares usando los transportes de la empresa.
Sin EPP y garantías laborales
Las industrias básicas de Guayana, por sus propias características operativas, son de alta peligrosidad. Obreros operan en espacios con altos niveles de temperatura, utilizando maquinaria pesada y con insumos químicos dañinos para el cuerpo humano.
Ante esto, es vital políticas laborales de seguridad y prevención que resguarden la vida de los empleados y eviten accidentes e incidentes laborales donde pueda ser afectado el personal.
Sin embargo, a raíz del descalabro productivo, la desinversión y hechos de corrupción, las empresas básicas de Guayana han perdido gran capital económico, lo que ha dejado el tema de seguridad en un segundo plano. Esto se ha visto reflejado en la escasa inversión en material de seguridad para el personal obrero.
Los guantes, mascarillas y lentes de seguridad no son entregados en los tiempos correspondientes según los contratos colectivos de cada empresa. Mientras las botas y chaquetas se desgastan sin el correcto remplazo.
En 2020, el integrante de la Comisión Paritaria de Higiene y Seguridad en Sidor, Frank Oliveros, denunció que trabajadores estaban siendo forzados a asistir a planta sin equipos de seguridad y en camiones de carga, ante la falta de transporte.
“Desde 2010 no nos entregan implementos de seguridad como corresponde y reza la contratación colectiva: cinco camisas y tres pantalones cada seis meses. Las botas las entregan una vez que sufren desgastes. Los trabajadores de Sidor trabajan con reciclaje de mascarillas, los obligan a trabajar sin botas y el que se niegue a trabajar es sustituido”, declaró por otro lado el delegado departamental, Cesar Soto, al medio Crónica Uno.
Igualmente, trabajadores de Ferrominera Orinoco han denunciado falta de mantenimiento en áreas operativas, lo que los pone en riesgo de accidentes.
“Los obreros declararon que la última vez que se hicieron reparaciones en sus áreas de trabajo fue en 2018. A su vez criticaron el incumplimiento de la estatal en cuanto a la entrega de equipos de protección personal, asegurando que han tenido que comprar botas e indumentaria de trabajo por sus propios medios”, expone textualmente Correo del Caroní
La carencia de Equipos de Protección Personal (EPP) fue incluso admitida por el gerente estatal Inpsasel, Daniel Alviarez, quien señaló que había problemas para la entrega de equipos de protección personal.
“Hay deficiencias porque nosotros dejamos de recibir insumos de seguridad y accesorios debido al bloqueo (…) Se entregan, pero no estamos trabajando con la misma calidad de antes”, indicó.
Los reportes de la última memoria y cuenta
Las desatenciones en materia de seguridad laboral y mantenimiento de las plantas no son tema nuevo, sino que vienen ocurriendo desde hace al menos seis años. En la última memoria y cuenta pública del sector industrial (2015) ya se alertaba sobre las limitantes operativas y de mantenimiento de las empresas básicas.
Para ese año, la mayoría de las estatales del sector hierro, acero y aluminio operaban por debajo del 30 % de su capacidad instalada, sufrían costos operativos superiores a los ingresos por ventas y graves problemas para pagar por insumos, repuestos y mantenimientos.
Así lo reflejan las empresas en sus obstáculos de gestión, según el informe Memoria 2015 del Ministerio del Poder Popular para Industrias, replicado en el servidor de Transparencia Venezuela. En la siguiente tabla se observan las dificultades descritas:

Accidentes en 2022
En julio de 2022, el trabajador de Venalum, Rafael Yépez, sufrió un accidente laboral que le generó heridas en la cabeza y fractura de brazo. El suceso se originó luego del “desprendimiento de un saco industrial”, según reseñó Correo del Caroní.
Trabajadores indicaron al medio regional Primicia que el hecho ocurrió cuando realizaban unas operaciones en las que deben participar cinco personas, sin embargo, la estaban realizando solo dos.
Sidor, la principal productora de acero del país, tuvo cuatro derrames de acero líquido durante 2021. De acuerdo con trabajadores de la acería de palanquillas, la empresa no garantizaban los ladrillos refractarios adecuados para la fundición de acero de forma segura.
Aunque estos incidentes en planta ocurrían en años anteriores, desde mayo de 2021 la frecuencia de estos derrames había incrementado. “Eso rara vez pasaba porque los cucharones eran parchados con material de primera calidad, hoy en día lo hacen con material vencido, ladrillo o pego”, sostuvo un empleado dentro de planta a Correo del Caroní
Los derrames de acero líquido no quedaron allí y siguieron ocurriendo en 2022 con dos derrames más en enero y junio, este último dejando a un trabajador con quemaduras en parte del cuerpo.
“Este tipo de accidentes viene siendo muy frecuente dentro de la acería. En 2021 se dieron cuatro perforaciones y solo daños materiales. Para este año ya es la segunda perforación, y esta última causó daños a la persona. Esta situación evidencia el poco interés que tienen los administradores de la empresa con el tema de la seguridad industrial”, denunció el delegado de prevención, Carlos Ramírez a Crónica Uno.
Transportes sin mantenimiento
Sin el mantenimiento preventivo y en ocasiones con repuestos utilizados de otras unidades, los transportes también representan un peligro. Al menos tres personas murieron entre 2020 y 2021 por colisiones de este tipo.
En octubre de 2020, Argenis Velázquez murió luego de perder el control del camión que transportaba en Los Pijiguaos, población donde se explota bauxita. El suceso se dio en medio de irregularidades y nulos protocolos de seguridad.
“Alejandro Morales, delegado de prevención, señaló que el trabajador fallecido no tenía radio transmisor para comunicarse, equipos de protección, ni escoltas, pese a que la carga era pesada. Comentó que Wilmer Cedeño, el otro trabajador que iba en el camión quedó con heridas leves y tuvo que caminar alrededor de cuatro kilómetros hasta el campamento de la empresa para informar el accidente y los auxiliaran”, reseñó Correo del Caroní.
Cuatro meses después, dos trabajadores de Venalum murieron y más de 16 resultaron heridos por el vuelco de un autobús. Trabajadores reclamaron que se habían suspendido las inspecciones de seguridad y vehículos tenían cauchos lisos y problemas de frenos.
“El comité de higiene y seguridad conjuntamente con los inspectores de los talleres automotriz y el sindicato, semanalmente les hacían un chequeo a los autobuses, de freno y de cauchos (…) ahora no se está haciendo”, reclamó Fernando Serrano, secretario de Trabajo y Reclamo del Sindicato de Venalum.
Además de estos accidentes trágicos, hubo dos colisiones más de transportes de Sidor y otro de Ferrominera. Trabajadores señalaban que los autobuses estaban en permanente uso y cubrían de tres a cinco zonas, cuando anteriormente solo recorrían un sector.
Bauxilum afectando a trabajadores y la ciudad
Como si no hubiesen hechos previos que desmintieran la afirmación de Maldonado, días después de su declaración, Bauxilum fue portada de los principales diarios de Guayana por expulsar de forma masiva óxido de alúmina al ambiente.
Las emisiones no solo afectaban a trabajadores. Alrededor de siete sectores fueron perjudicados con estas emisiones, según medios regionales. Calles, vehículos y casas quedaron cubiertos con este polvillo.
El diario Correo del Caroní reseñó que la estatal Bauxilum presentaba problemas en el filtro del calcinador, pero la estatal seguía priorizando la producción de alúmina calcinada, por encima de la salud de los trabajadores y las comunidades cercanas.
“Los trabajadores estamos bastante congestionados, ya que estamos respirando alúmina. Se estableció un programa de dotación de mascarillas para los trabajadores, pero las mascarillas realmente no son adecuadas, ya que las partículas son muy finas. Algunos tienen tos, alergia, gripe”, declaró un trabajador activo a Correo del Caroní.
El empleado añadió que la empresa solo entregaba guantes cada tres días y estos apenas duraban uno solo, por lo que tenían que trabajar con insumos deteriorados para tener contacto con soda cáustica, un insumo vital en el proceso productivo pero contraproducente para el cuerpo humano.
Pese a los peligros que la expulsión de óxido de alúmina generaba, la estatal continuó su producción sin parar en ningún momento por más de 11 días, exponiendo a los trabajadores a enfermedades.
Cotejo.info determinó que es mentira la afirmación de Maldonado ya que, aunque el número de trabajadores muertos se ha reducido casi a la mitad entre los periodos analizados, la desinversión en mantenimiento y equipos de seguridad personal sigue manteniendo o empeorando las condiciones inseguras que había hace una década.
Las empresas, a niveles operativos por debajo del 20 %, siguen siendo espacios de alta peligrosidad, con múltiples incidentes peligrosos y sin la debida atención e inversión para revertir estas condiciones.