- Cuando empezó a trabajar con la defensa de los derechos humanos, supo que estaba en el lugar correcto. Aunque también era docente en la ULA y tenía un cargo como directora de intercambio científico en esa misma universidad, sintió que lo que le interesaba, lo que la movía, era el activismo
- Con 8 años frente al Observatorio de Derechos Humanos de la ULA, Mayda Hočevar no solo ha trabajado para documentar las protestas civiles desde 2014, sino que también ha dado un vuelco para hacer investigaciones de género y sensibilizar en cuanto a los derechos de las mujeres, asistir a víctimas de abusos policiales y ejecuciones extrajudiciales
Por Edy Pérez Alvarado
Mayda Hočevar ya era profesora universitaria cuando comenzó a ser activista por los derechos humanos. Esta transición resultó un flechazo, así lo recuerda. En 2014 algunos estudiantes de la Universidad de Los Andes (ULA), los mismos que estuvieron en sus clases, se jugaban la vida manifestando sin cesar para lograr un cambio político en el país, en rechazo de la delincuencia, alta inflación y escasez de productos básicos.
Seguía de cerca lo que pasaba en las calles de Mérida, sabía de la represión, de los heridos, de los colectivos armados contra los muchachos y contra la población civil, pero seguía cumpliendo horario en la Facultad de Derecho de la ULA. Aunque no daba clases, porque los jóvenes estaban manifestando, permanecía en la universidad y se sentía de manos atadas.
Esta realidad no era solo en Mérida. El país estaba en llamas y permanecer como profesora, en ese momento, no era ni necesario y mucho menos trascendental. Se estaban viviendo momentos históricos y poder aportar con la creación de un observatorio fue lo mejor que le pudo pasar.
Mayda no sabía nada acerca de la intención institucional de fundar este espacio. Fue durante una reunión que las autoridades universitarias la propusieron para que creara el necesario observatorio. Ella no dudó en aceptar y ahí empezó su tarea de plasmar las violaciones de derechos humanos. Confiesa que lo vivió como un reto. Su trabajo consistió en levantar desde cero un espacio que sirviera para reseñar con pruebas fehacientes lo que estaba ocurriendo en el estado Mérida, en el marco de las protestas de 2014. No fue sencillo, de hecho, tuvo que buscar apoyo en Ligia Bolívar, quien es una autoridad en la defensa de derechos humanos en Venezuela.
Durante varios años siguió en aula, con el cargo de directora de la oficina de intercambio científico y con el activismo. “Pero ya no podía más con el otro, es decir, ya me daba cuenta claramente que lo que lo que me gustaba y me interesaba dedicar toda mi energía era al observatorio, a los derechos humanos”, dice.
En el año 2018 renunció a la dirección de intercambio científico y se quedó solo con el observatorio, porque era mucho esfuerzo. Cada uno demandaba mucho trabajo, “me esforzaba en derechos humanos y abandonaba intercambio”, para ella no era lo ideal, así que se quedó con lo que le apasionaba.
En el transcurso de los años como activista ha recibido amenazas. Directamente solo ha recibido una amenaza que la dejó temblando, pero también ha sentido temor cuando conoce de amenazas a otros defensores, porque considera que son como advertencias, por parte del poder, hacia todos los activistas en derechos humanos.
“Persiguen a profesores o defensores, para mí son actos ejemplarizantes”, explica y pone como ejemplo lo que se hizo con la jueza María Lourdes Afiuni, cuya aprehensión para Mayda Hočevar significó una mordaza a todos los jueces del país que -si no se ajustaban a las directrices de los poderosos- podrían correr con la misma suerte.
Aunque está la consciencia de que ser amenazado o incluso ser encarcelado le puede ocurrir a cualquiera que se dedique a hablar en contra de los intereses del Gobierno, cuando te toca recibir alguna amenaza directa, asusta y asusta mucho.
Profesora universitaria
Mayda Hočevar sigue como profesora en la ULA, da clases de Filosofía del Derecho. Es PHD egresada de la Universidad de Salamanca y Directora del Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes.
Caso emblemático
Hubo un caso en 2019 con el cual Mayda Hočevar se comprometió. Se trató del asesinato de Wuilderman Paredes, un joven que murió a manos de funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana bajo el mando directo del Comisionado Jefe, Juan Bautista Cordero Freitez.
En el informe que redactó el Observatorio de Derechos Humanos (ODH) de la ULA detallan que: Wuilderman Paredes, de profesión latonero y habitante de la localidad de Los Llanitos de Tabay- municipio Santos Marquina del estado Mérida, murió de un disparo de bala en el pecho el día 8 de junio de 2019, mientras hacía una cola de gasolina que duraba ya cinco días.
Paredes recibió un disparo en el pecho por exigir a los funcionarios policiales frenar los abusos en los que estaban incurriendo cuando, sin respetar la cola de gasolina, llenaban sus tanques una y otra vez. Wuilderman Paredes dejó una viuda y una hija huérfana de seis meses. Él era el único sostén del hogar.
Luego de varios meses los policías responsables fueron capturados, pero el juez que llevaba el caso resultó ser miembro de colectivos armados y esto se evidenció en publicaciones que hacía en sus redes sociales. Los detalles se publicaron en los informes y Mayda recibió una llamada anónima en la que le dijeron: Te pasaste Mayda, te pasaste.
Fueron pocas palabras, pero las suficientes para amedrentar, sintió una sensación de frío que le recorrió por todo su cuerpo, aunque con eso no pudieron detener el trabajo. Después de esto liberaron a cinco de los policías involucrados, les dieron libertad plena y el ODH-ULA siguió con las publicaciones.
Mayda cuenta que toda la investigación que hicieron fue replicada en diversos medios de comunicación y, de hecho, este caso fue expuesto en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), durante el 174° período de sesiones, realizado en Quito, Ecuador.
Afortunadamente, Mayda trabajaba con un equipo valiente. La abogada que trabajaba con ella era temeraria y era capaz de pararse frente a un policía y decirle de todo. Entonces ella se fortalecía y seguía con el trabajo de defensoría. Figuraba en la lista de abogados defensores, aunque no es penalista, estaba ahí para asistir a los abogados con detalles del caso.
Cada vez que salía del juicio se sentía algo nerviosa, caminaba y miraba hacia atrás, para ver si la seguían, confiesa, pero continúo y continúa como defensora porque siente que con esto encontró por fin su misión.
Es como si esto estuviera en su memoria celular, porque su padre perdió a toda su familia durante la Segunda Guerra Mundial y llegó a Venezuela durante los años 50’ huyendo del nazismo. Su papá fue fundador de la facultad de economía de la ULA y en eso también comparte similitud en la historia de vida de su papá, dado que a ella también le tocó ser fundadora en la ULA del ODH.
El padre de Mayda era oriundo de Eslovenia y por huir del nazismo llegó a este país. Tenía pasaporte europeo por lo que heredó a sus hijos las nacionalidades que ahora han sido una bendición para Mayda porque esto le permite salir del país, salir del radar un tiempo y volver para seguir con su trabajo.
Conocer de primera mano y crecer con el testimonio de alguien que vivió las atrocidades de los crímenes contra la humanidad la sensibilizaron en cuanto a los crímenes sistemáticos por razón de raza, ideología política, religión, entre otros motivos de odio.
Ella pretende continuar con la defensa de los derechos humanos. No tuvo hijos, no fue una de sus prioridades. Desde el ODH-ULA también asisten de manera gratuita a presos políticos y han logrado la libertad de las víctimas, aunque a veces, los han vuelto a detener.
La profesora Hočevar prefiere resguardar el nombre de esa víctima porque sigue en el país y tiene miedo.
Inicia el 2020
En Mérida hubo una ola de femicidios. Asesinaron a unas niñas, pero también se registraron violaciones, entre otros hechos lamentables. Por lo que el Consejo Universitario decidió crear ULA-Mujer y volvieron a proponer a Mayda Hočevar para estar frente a este proyecto. Se conformó un equipo con psicólogas y otros especialistas.
En un informe que está próximo a ser publicado, relacionado con la situación en derechos humanos, hay una parte que está dedicada a contabilizar los femicidios y también la violencia contra la mujer en los estados andinos del país.
Otro de los temas en los que indagan se vincula con los derechos sexuales y reproductivos. Para hacer el trabajo, Mayda cuenta con el apoyo del personal de la universidad, también tienen un programa de pasantías en el que estudiantes de diversas áreas colaboran mientras cumplen con este requisito académico.
En el canal de YouTube del ODH-ULA están los diplomados que se imparten en materia de derechos humanos. El padre de Mayda también fue un seguidor de la política internacional y le transmitió este interés a ella, por lo que siempre ha sido consciente de lo que ocurre alrededor del mundo.