Por Osman Rojas Durán
“Tengo tiempo que no tomo medicinas porque si compro medicinas, no puedo comer”, así lo expresó Astrid de Medina, una enfermera auxiliar jubilada de 80 años que participó en una protesta de jubilados y trabajadores del sector salud realizada en Caracas, el 15 febrero de 2022.
Tras dedicar toda su vida productiva al sector salud, esta enfermera jubilada ahora padece artritis y otras patologías que requieren un tratamiento permanente que no se puede costear y que tampoco le puede ofrecer el sistema público de salud venezolano.
Astrid de Medina ahora necesita del sistema para el que trabajó para poder hacer frente a la enfermedad crónica que padece y este le falla. Su caso expone parte de la realidad que vive la gran mayoría de pacientes crónicos en Venezuela.
Un informe presentado por la Federación Médica Venezolana (FMV), el 15 de octubre de 2022, indica que el 98 % de los hospitales carece de medicamentos, presenta fallas en laboratorios y tiene pabellones inoperativos. La mayoría de centros asistenciales no tiene especialistas, ni planta eléctrica y tampoco agua. De acuerdo con datos nacionales, en los últimos diez años han desaparecido unos 7.000 ambulatorios.
Dichos datos resumen la vulnerabilidad en que se encuentran los pacientes crónicos en Venezuela. En mayo de 2022, el equipo de Cotejo.info calificó como verdad una afirmación de Dinorah Figuera, médico y diputada ante la Asamblea Nacional del año 2015, quien dijo que los pacientes crónicos en el país no tienen acceso a la salud.
Este panorama no ha cambiado, de ahí que se realizó una revisión minuciosa de la situación de los pacientes crónicos. Pacientes oncológicos, renales o personas con enfermedades inmunodepresivas como el VIH, son los principales afectados por la crisis del sistema de salud y la crisis económica cuya principal consecuencia es la pérdida del poder adquisitivo.
Oncológicos, renales y seropositivos están condenados
La Sociedad Anticancerosa de Venezuela publicó -a finales de 2021- el primer boletín epidemiológico para pacientes oncológicos que recopila datos desde el año 2014. En respuesta a la opacidad oficial de cifras que debe proveer el gobierno a través del Ministerio de Salud, la sociedad publicó el informe titulado: Mortalidad e incidencia del cáncer en Venezuela 2021, en el que denuncian la realidad de las personas diagnosticadas con cáncer.
De acuerdo con este estudio, durante el 2021 murieron por esta enfermedad 30.100 pacientes, lo que en promedio representa 82 muertes por día o un decesos cada 3 horas y media. En la mayoría de estas muertes había un común denominador: los pacientes no tenían acceso a medicamentos.
En el siguiente gráfico se muestra parte de los datos recabados por la Sociedad Anticancerosa sobre las estimaciones y proyecciones de mortalidad e incidencia de cáncer en ambos géneros (hombre, mujer) en Venezuela, entre 2014 y 2021:
Según esta gráfica, cuyos datos están disponibles en la página 25 del informe, entre el 2014 y el 2021 en Venezuela ha muerto un estimado de 191.435 pacientes con cáncer, lo que representa un promedio proyectado de 27.347 decesos por año. La condena a muerte de estos pacientes se ve reflejada en las estimaciones de la tasa de mortalidad que en los años documentados se mantiene por encima del 80 %. En 2021 la tasa de mortalidad llegó al 91,25 %
Una nota publicada por Efecto Cocuyo en febrero de 2022 denuncia la dificultad que tienen los pacientes oncológicos para acceder a los medicamentos. Las quimioterapias son consideradas tratamientos de alto costo lo que obliga a los pacientes a depender del Estado venezolano.
Diversos medios de comunicación en todo el país han reseñado las denuncias de los pacientes oncológicos que reclaman porque no reciben sus tratamientos de parte del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).
Venezuela se ha convertido en un país que no da respuesta a los pacientes oncológicos y las precarias condiciones económicas impiden que cada enfermo pueda hacerse cargo de su salud.
La inoperatividad de los centros públicos impulsa a algunos pacientes a buscar soluciones en el sector privado. Sin embargo, un texto publicado por El Diario señala que sólo para conocer un diagnóstico el paciente debe tener entre 800 y 1.000 dólares, una cifra muy alta si se toma en consideración que al 26 de noviembre de 2022 -fecha corte para la realización de este reportaje- el salario mínimo promedio era de 12,49 dólares (130 Bs.D) según la tasa de cambio del BCV fijada para entonces en 10,40 Bs.D.
Al analizar la situación de los pacientes renales el panorama no es muy distinto. Literalmente las personas con esta enfermedad deben esperar a que un paciente muera para poder recibir tratamiento en las unidades de diálisis.
Cotejo.info publicó en septiembre de 2022 un texto en el que se evalúa la operatividad de los centros de diálisis y logró determinar, por medio de una data propia, que en el país hacen falta entre 600 y 800 máquinas de diálisis para poder atender la cantidad de enfermos que hay en Venezuela.
Al igual que pasa con los pacientes oncológicos, el Ministerio de Salud no publica datos de cuántos pacientes renales hay en Venezuela y cuántos han muerto. Cotejo.info pudo determinar que en el país hay alrededor de 10.000 pacientes renales, una cifra que podría ser mucho mayor.
De acuerdo con datos aportados por Carlos Rotondaro, exministro de salud acusado de corrupción, entre 2019 y 2021 murieron 5.000 enfermos.
La dependencia del Estado para poder tratar la enfermedad, la mala alimentación de muchos pacientes y la falta de acceso a tratamientos condiciona a quienes sus vidas quedan supeditados a máquinas que fallan y de un sistema de salud público que no se da abasto para la atención de los pacientes.
Otra de las patologías analizadas por el equipo de Cotejo.info en este reportaje es el VIH. Las estimaciones de la Oficina del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) arrojan que en Venezuela hay cerca de 100.000 pacientes con VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana).
En este sentido, la cobertura de tratamiento se ha ido estabilizando, pero sigue siendo irregular. Organizaciones nacionales estiman que entre 2018 y 2022 han muerto o migrado al menos 50.000 personas con VIH.
Una nota publicada por El País, en septiembre de 2018, indica que para ese entonces el conteo de personas infectadas era de 150.000, cifra que fue bajando de forma progresiva con el paso de los años, lo cual indica que estas personas han dejado de recibir tratamiento, bien sea porque se han visto forzadas a migrar o porque fallecieron.
Al igual que pasa con los pacientes oncológicos o con los enfermos renales, los pacientes seropositivos también dependen del Estado.
Un informe publicado en octubre de 2022 por la Red Venezolana de Gente Positiva (RVG+) y Acción Ciudadana Contra el Sida (Accsi) indica que entre enero de 2021 y abril de 2022 en el país murieron 831 pacientes seropositivos, lo que da un promedio de 32 pacientes al mes, o lo que es igual una muerte por día.
Estos números podrían aumentar en los próximos meses dado que las estadísticas también revelan que entre 2020 y 2021 se han detectado 11.062 nuevos casos (5.000 en 2020 y 6.062 en 2021) lo que tendrá una incidencia directa en la correlación morbilidad/mortalidad.
La crisis sanitaria en Venezuela no sólo la viven las personas con alguna enfermedad grave. La pandemia de la COVID-19 dejó en evidencia que el país no está capacitado para atender a pacientes de forma masiva.
El diario ABC va un poco más allá y cita un informe del portal The Lancet en el que menciona que Venezuela es -junto a Nicaragua- el país que más ocultó la cifra de fallecidos reales. Mientras las autoridades insisten en decir que son menos de 6.000 los fallecidos por COVID-19, el referido estudio apunta a que los muertos son al menos 164.000.
La recopilación de estos datos demuestra el estado de vulnerabilidad en el que se encuentran los venezolanos a la hora de afrontar alguna enfermedad crónica. Aunque desde el 2014 no se conocen los boletines epidemiológicos, diversas organizaciones no gubernamentales se han encargado de visibilizar la crisis de salud que está azotando al país.