- Química, Física, Inglés, son las especialidades más desiertas en las universidades según estadísticas de los campus. 68% se redujo la inscripción de nuevos ingresos en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) entre 2001 y 2021
- Óscar Iván Rose, docente e investigador de la UCAB con más de 40 años de ejercicio, exhorta al Estado a invertir en las universidades para la preparación de “calidad” de los futuros maestros
- Además de los bajos salarios, los retos propios del sistema de enseñanza sobre todo en la etapa Media y Diversificada sería determinante en la reducción de matrícula
Por Kemberling Rodríguez
Durante el programa Alianza por la Educación de la cadena Radio Fe y Alegría, el padre Arturo Peraza, rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), habló acerca de los desafíos de la docencia en Venezuela y cómo, en los últimos años, esta profesión pierde a más aspirantes dada la complejidad económica que atraviesa el país y las pocas oportunidades de mejoras ofrecidas por el Estado.
Textualmente, en la reseña publicada en el portal de Fe y Alegría, se lee que “Peraza afirmó que el Estado venezolano abandonó una de sus responsabilidades más importantes: la educación. Y que este abandono se nota en varias dimensiones: bajos salarios de los docentes que muchas veces provocan sus renuncias. A su juicio, esta situación también desmotiva a quienes desean formarse como educadores”.
En este sentido, el rector también destacó que “el año pasado solo se graduaron 1.000 docentes. Esos números son abismales” y agregó que “los más afectados con esta situación son los sectores populares, porque mientras la educación privada trata de absorber a los pocos docentes que se gradúan, la educación popular no tiene las soluciones económicas para poder lidiar con ello”.
El equipo de Cotejo.info puso su lupa sobre este tema y, tras el proceso de verificación de hecho, le otorga el calificativo de verdad a la afirmación de esta autoridad académica, por cuanto no sólo la UCAB presenta deficiencias en la captación de nuevos bachilleres que deseen formarse como profesores, sino que existen otras casas de estudios emblemáticas como la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL-IPB), cuya matrícula estudiantil se ha visto reducida.
En una reseña del medio de comunicación Crónica Uno, del año 2020, indica que la UPEL al graduar en el 2018 a 4.755 nuevos maestros, perdió 10.785 profesionales, en comparación con el año 2015 cuando graduó a 15.540.
Otra referencia es la sede de Barquisimeto de esta casa de estudios superiores, donde lo normal era tener unos 9.000 aspirantes a cursar las distintas carreras de docencia y, para mayo de este 2023, la cifra oscila entre 1.900 y 2000 .
De esta forma, la revisión documental exhibe la reducción de la matrícula universitaria en las carreras de docencia y los impactos negativos que trae consigo en la formación de los niños, niñas y adolescentes de las etapas inicial, básica, media y diversificada.
La profesión “no es atractiva”
Óscar Iván Rose, con 42 años de servicio docente, investigador partícipe del Diagnóstico de Educación Básica en Venezuela, promovido por la UCAB, Fundación Carvajal y Anova, explicó en una entrevista para Prodavinci que la etapa más afectada por la falta de docentes es la de Educación Media.
“Cuando vas a las universidades o al Pedagógico (hoy Upel) y comienzas a averiguar cuántos están estudiando Química, Biología, Física o Inglés te das cuenta de que no hay alumnos o son muy pocos. En consecuencia, no se gradúan profesores, y este es un personal que no puedes sustituir.
Cuando un muchacho termina el bachillerato y le dicen que puede estudiar para ser docente, sale espantado porque sabe que lo que va a ganar no le alcanzará para vivir”.
El también integrante de la Red de Observadores Escolares continuó señalando que la docencia no es atractiva para los bachilleres, no sólo por bajos salarios sino por el “reto” que significa el propio sistema de enseñanza.
Detalló que ni siquiera la incorporación de docentes provenientes de las misiones promovidas por el gobierno han podido resolver el problema de fondo: impartir conocimientos en áreas especializadas y tener la “sensibilidad” para tratar con los adolescentes de la etapa media y diversificada.
Por su parte, Raquel Figueroa, dirigente del Colegio de Profesores de Venezuela, advirtió que el año escolar 2022-2023 iniciaría con un déficit de 57 % de docentes de las asignaturas como física, química, biología, historia, literatura e idiomas.
Mientras que la Asociación Civil Con la Escuela, a través del proyecto ROE, realizó para el año escolar 2022-2023 un estudio en 79 instituciones educativas, entre escuelas (inicial, primaria y media) públicas rurales y urbanas, privadas y subvencionadas, de los estados Miranda, Bolívar, Anzoátegui, Apure, Lara, Zulia y Distrito Capital. Los resultados arrojaron que efectivamente existe un déficit de 25% de docentes en el país, lo cual se traduce en una “crisis educativa”.
Sólo en el nivel de bachillerato, resalta el informe, la vacante representa el 52,44%. Además, visibilizan la incorporación de voluntarios o personas no capacitadas en las universidades para instruir a las nuevas generaciones.
Finalmente, Rose expresó que hace falta inversión por parte del Estado para reactivar las escuelas de Educación del país, lo cual garantizaría una preparación “crítica y de calidad” en las universidades y pedagógicos.

UPEL, la más afectada
Aunque son varias las casas de estudios, incluyendo privadas, las que ofrecen la carrera de educación, es la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL-IPB) la más afectada con la baja matrícula estudiantil. Esta casa de estudios cuenta con varias sedes a nivel nacional y en todas ha mermado la inscripción de futuros educadores.
Blanca de Arrieta, al frente de la Asociación de Profesores de la UPEL en el Pedagógico de Barquisimeto, declaró que son varios los factores que impiden a los estudiantes formarse: los bajos salarios, deficiencias en las infraestructuras universitarias, pérdida de beneficios importantes como el comedor, transporte y beca o arancel que les servía para cubrir al menos el material didáctico.
“Los muchachos no pueden acudir a la universidad. El pasaje preferencial estudiantil desapareció. Además, el monto de las becas es irrisorio. No llega ni a un dólar”, expresó en el año 2019 para el diario El Informador.
Además advirtió en aquel momento que el gobierno destinaba la mayoría del presupuesto a las universidades apegadas ideológicamente al Estado y el “excedente” entonces era asignado a las casas de estudios autónomas, perjudicándolos y limitando por ende su funcionamiento.
Mientras que en mayo de este año, Arrieta resaltó que en el pasado las solicitudes de cupos para cursar docencia eran hasta de 14.000 estudiantes y en 2019 estaban por el orden de 700.
Mientras que en el caso de los alumnos ya inscritos, considerando a los nuevos ingresos, contabilizan entre 1.900 y 2000, según relató al diario La Prensa en mayo de este 2023.
Prodavinci, elaboró un trabajo de investigación titulado Maestros en recesión: la crisis de la profesión docente en Venezuela , publicado a principios de 2023, en el cual señalaron que en el país alrededor de 166.338 docentes habían dejado las aulas de clases entre los años 2018 y 2021; y el número de nuevos estudiantes se redujo un 68% entre 2001 y 2021.
“Se estima que 59% desertó por los bajos salarios y las pobres condiciones laborales. El resto migró. El salario de un maestro titulado que inicia su carrera perdió el 95,9% de su valor en los últimos 25 años”, explican.
Además, señalan que “en la búsqueda de pistas sobre la preparación de los futuros educadores, también procesamos las estadísticas de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL). Esta es la universidad pública más grande del país dedicada exclusivamente a la instrucción docente y encontramos que”:
- El número de nuevos estudiantes se redujo 68% entre 2001 y 2021
- El número de egresados cayó 83% en el mismo periodo.
- La UPEL recibió en promedio 83,2% menos nuevos estudiantes en 2021 en las especialidades de Geografía e Historia, Química, Matemática, Ciencias de la Tierra y Biología, en comparación con 2015.
- Física, Ciencias de la Tierra, Geografía e Historia, Educación Integral y Educación Inicial sufrieron la mayor reducción entre los egresados en 2021. En dichas especialidades se titularon en promedio 90,2% menos profesores que en 2015.
Otras universidades
En un trabajo periodístico de La Gran Aldea, titulado Venezuela: Educación 2030 y publicado en agosto de 2022, señalan que la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela pasó de 244 graduandos en el 2012 a 15 egresados durante el año 2021. En este trabajo especial, fue consultada Laura Hernández, directora de escuela, quien aseguró que los estudiantes se han ido del país (con una estimación del 40%).
Además, mencionan otras estadísticas de la UPEL: “La baja matrícula y actos de grado en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) mantiene a solas a la institución. En 2014 egresaron 15.540 docentes, pero en 2021 apenas lo hicieron 1.477. En ese mismo periodo ingresaron 17.508 estudiantes a la UPEL, el año pasado (2021) fueron 3.558. Asimismo, la población estudiantil se ubicó en 2021 en 38.839, es decir, 55% menos personas que en 2014”.
Adicionalmente, expusieron los datos de la Universidad Simón Bolívar: “el promedio anual de no inscritos se ubicó en 31% en 2018; este fue 8% en 2010. Mientras que la Universidad de Los Andes (ULA) tuvo en 2012 una matrícula de 36.796, para 2020 la caída fue de 50,2%, según la Oficina de Admisión Estudiantil”.

En este mismo trabajo especial, fue consultado Carlos Calatrava, director de la Escuela de Educación de la UCAB, quien expresó que Venezuela necesita 197.000 nuevos educadores “en todas las áreas y modalidades del conocimiento. Si somos 27 escuelas de educación en el país más la UPEL, ahí podríamos entre todos hacer el trabajo formativo”.
Su planteamiento equivaldría a una inversión de 12.000.000 de dólares, en un lapso de 4 a 5 años, resalta el texto, considerando que dicha inversión en sueldos no sólo mantendría en sus puestos de trabajos a los profesores sino que “atraería a nuevos talentos”.
Calatrava piensa en una remuneración de 949 dólares por docente, que incluya a los nuevos y ya activos y una inversión de 64.000 millones de dólares durante cuatro años. “En definitiva, hay que entender que la educación es una palanca del desarrollo. Es preferible tener escuelas llenas de estudiantes, con maestros bien formados, aprendiendo cosas útiles y apostando para el futuro que estar pendiente de seguir explotando petróleo”.
Con todos estos datos, se reitera el calificativo de verdad otorgado a la afirmación de Arturo Peraza, rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), reseñada en el portal de Fe y Alegría y que indica que los “bajos salarios provocan renuncias y desmotivan la formación de nuevos educadores en Venezuela”.
En el proceso de verificación se comprobó que sí existe una reducción en la matrícula de las casas formadoras de educadores en el país y según los analistas del sector, la profesión ha dejado de ser atractiva por múltiples factores asociados a la crisis.