El suministro de agua no “avanza de manera progresiva”, como lo indicó en su momento la ministra para la Atención de las Aguas, Evelyn Vásquez
Especialistas revelan que la falta de inversión y de mantenimiento han llevado a la escasez frecuente del líquido y a la mala calidad de las aguas surtidas
A pesar de que una de las metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas es la garantía de agua potable, no es posible garantizar en Venezuela una mejora en el suministro en medio de la crisis social, política y económica por la que atraviesa la nación
La distribución y suministro de agua potable en el centro norte de Venezuela es deficiente e intermitente, debido a diferentes factores que no garantizan que llegue por tuberías a los hogares de los venezolanos que habitan en estados como Aragua, Carabobo, Cojedes, Miranda y Distrito Capital.
Que la población cuente con suministro de agua potable es una de las metas del milenio que se ha trazado la Organización de las Naciones Unidas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible; sin embargo, en el país el cumplimiento de la misma está en entredicho.
Problemas como la potabilización adecuada y la distribución regular y constante, distancian la posibilidad de que en sitios residenciales y laborales haya agua potable para el consumo humano. La condición se agrava en las poblaciones rurales.
El gobierno ha querido enfocar el problema del suministro de agua, en los últimos meses, como una consecuencia de los apagones nacionales, que sucedieron desde el pasado 7 de marzo de 2019, pero estudios efectuados por especialistas revelan que la falta de inversión y de mantenimiento han llevado a la escasez frecuente del líquido y a la mala calidad de las aguas surtidas.
El día 29 de marzo de 2019, la ministra para la Atención de las Aguas, Evelyn Vásquez, informó que trabajaban para restablecer el servicio que se vio afectado por la interrupción de la energía eléctrica.
“El servicio de agua avanza de manera progresiva, gracias al esfuerzo de los trabajadores del servicio eléctrico”, indicó Vásquez desde la planta potabilizadora La Guairita, en el municipio Sucre, del estado Miranda.
“A los sitios donde no esté llegando el servicio de agua por tubería garantizamos que iremos con cisternas, hacemos un llamado a la calma al pueblo venezolano”, añadió la ministra Vásquez ese mismo día, en el programa Dando y Dando que se transmite por Radio Nacional de Venezuela en Caracas.
A pesar de los anuncios, las fallas continuaron. Si bien es cierto que el gobierno nacional expresó en varios momentos que seguían con las labores de restablecimiento del servicio, fueron numerosas las comunidades que se mantuvieron sin una gota de agua y debieron recurrir al pago de cisternas que cada vez elevaban más sus precios, debido a la alta demanda.
Caracas y el área metropolitana padecieron por la sequía hasta el mes de mayo, cuando se estabilizó un poco más el servicio, pero en la provincia el problema se agudizó al punto que era cuesta arriba conseguir un camión cisterna que despachara agua.
Aragua, Carabobo y Cojedes
En los estados Aragua, Carabobo y Cojedes, las dificultades con el suministro y calidad deficiente del agua no son nuevas. Desde hace más de 10 años, diversas voces autorizadas han advertido el problema hídrico de la región que comparte, entre otros elementos, la cuenca del lago de Valencia o de Los Tacariguas y los embalses Pao-Cachinche y La Balsa.
Según el informe de Transparencia Venezuela, denominado “Ahogados en la indolencia. Ineficiencia, improvisación y desidia”, el servicio de agua potable y saneamiento se encuentra en manos del sector público en el país, de una de las llamadas Empresas Propiedad del Estado (EPE), que en el caso de los tres estados corresponde a Hidrocentro.
En la región funciona el Sistema Regional del Centro (SRC) que fue construido en la década de 1970 y fue concebido para producir, tratar y distribuir agua potable. En el año 1995 empezó a funcionar, de manera parcial, la segunda etapa del SRC.
Desde instancias como el Centro de Ingenieros del estado Carabobo (CIEC) han denunciado, en reiteradas ocasiones, que se requiere de mejoras en ambos sistemas para ofrecer un servicio de mayor calidad.
Problemas en Carabobo
En 2010, se creó en Carabobo una organización no gubernamental denominada Movimiento por la Calidad del Agua que se dedicó a monitorear aspectos del agua y alertar sobre los peligros del incremento de los niveles del cloro para la salud, entre otros aspectos.
El 22 de junio de 2019, día mundial del Agua, el presidente de la ONG, Manuel Pérez Rodríguez, aseguró que Hidrocentro se mantiene en deuda con los carabobeños al no ofrecer un servicio con calidad y continuidad.
Las protestas por la escasez de agua se han incrementado, al igual que por la deficiencia en otros servicios como la luz y el gas.
En comunidades ubicadas al sur de la ciudad de Valencia, habitantes han explicado que reciben suministro de agua dos veces por semana en algunas zonas, lo que es insuficiente.
El Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social (OVCS) ha informado sobre el incremento de protestas por servicios públicos durante 2019.
De acuerdo con esta ONG, se registraron 1541 manifestaciones en mayo de 2019, lo que contrasta con las 850 que ocurrieron en 2018. En total, 596 fueron por el derecho a la participación política, 489 por derecho a servicios básicos, 227 por derechos laborales y 91 por el derecho a la vida.
Respecto a los estados analizados, el estudio indica que hubo 56 protestas en Aragua, 73 en Carabobo, 35 en Cojedes, 93 en Miranda y 94 en Distrito Capital, entre otras incidencias registradas durante el mismo lapso.
Crece demanda de agua
A nivel mundial se estima que el consumo del agua ha subido en un promedio de 1 % anual, desde la década de 1980 hasta el presente, debido al aumento de la población, el desarrollo socioeconómico y el cambio de modelo de consumo, según refiere el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2019, titulado “No dejar a nadie atrás”.
“La demanda mundial de agua se espera que siga aumentando a un ritmo parecido hasta 2050, lo que representa un incremento de 20 % al 30 % por encima del nivel actual de uso del agua, debido principalmente al aumento de la demanda en los sectores industrial y doméstico. Más de 2.000 millones de personas viven en países que sufren una fuerte escasez de agua, y aproximadamente 4.000 millones de personas padecen una grave escasez de agua durante al menos un mes al año”, añade el informe.
En el país no existe garantía de que la situación de suministro mejore en medio de la crisis social, política y económica por la que atraviesa la nación. Y los datos disponibles para este análisis permiten concluir que lo dicho por la ministra Evelyn Vásquez (“El servicio de agua avanza de manera progresiva”), es parte de un discurso político que sigue convenciendo a algunos, pero que no tiene asidero en la realidad nacional que padecen los venezolanos a diario.