- Dijo el mandatario nacional que “con 87% menos de recursos construí el doble de viviendas que se han construido en toda la historia de Venezuela”.
- Otras cifras de estimación revisadas suman apenas poco menos de un tercio de la cifra de logros de la GMVV, anunciada en la alocución presidencial.
- Desde el año 2012 la producción de cemento se mantiene a la baja, haciendo para ello uso solo del 53% de la capacidad instalada en las 10 plantas repartidas en 10 estados del país.
- Igual sucede con la producción nacional de cabilla, con incidencia directa en el sector construcción público y el privado.
Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, anunció el pasado 19 de enero, en cadena de radio y televisión, la entrega de la vivienda número un millón 400 mil de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV). Durante la alocución aseguró que, a pesar de la baja de ingresos por concepto petrolero, su gobierno ha establecido un nuevo record: “Con 87% menos de recursos construí el doble de viviendas que se han construido en toda la historia de Venezuela”. Según cifras emitidas por el mismo mandatario, se construyeron en el 2016, 365 mil viviendas en todo el país. La cifra es objeto de discusión. De acuerdo a conteos de publicaciones en medios oficiales o afines (AVN, Correo del Orinoco), la GMVV entregó solo 165 mil 778 viviendas.
Además, el gremio de la construcción pone en duda el millón 400 mil viviendas que la GMVV asegura haber entregado desde su creación en 2011. La Cámara Venezolana de la Construcción estima, con cálculos propios basados en las estadísticas del Banco Central de Venezuela y el Sistema de Información Venezuela Socialista, que el índice de vivienda por cada mil habitantes está en su mínimo histórico desde la década de los 60. Esta cifra se traduce en unas 40 mil viviendas, de promedio anual, desde el ascenso de Hugo Chávez al poder, en el año 1999. Bajo esos cálculos, el gremio considera que la revolución bolivariana ha construido 687 mil 931 viviendas hasta el 2015, sin incluir el programa de sustitución de viviendas SUVI, ni los hogares remodelados por la misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor u otros programas gubernamentales.

Fuente: BCV, Venezuela Socialista en Cifras, Cámara Venezolana de Construcción. Análisis de Datos: Daniel Acosta / Diseño Infografía: Fernando Cumare
Pero el sector construcción no es el único que duda de las cifras anunciadas por Nicolás Maduro. Apoyados en cifras oficiales, el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea) participó en diciembre de 2016 en la audiencia de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) solicitada por el Estado Venezolano, como contra parte del proceso. Citando el informe del Banco Central de Venezuela, “Resultados del Índice Nacional de Precios al Consumidor, Producto Interno Bruto y Balanza de Pagos”, Provea aseguró que el sector construcción era el que más se había reducido en el país por un periodo de 3 años consecutivos, llegando a un decrecimiento del 23,8%, haciendo imposible la construcción del número récord de 326 mil 323 viviendas. Igualmente, en la última memoria y cuenta del Ministerio del Poder Popular para Hábitat y Vivienda (año 2015) se detallan numerosos inconvenientes para finalizar viviendas, especialmente por falta de insumos de construcción, como el cemento y la cabilla.
Por su parte, las empresas encuestadoras también han hecho lo propio. En la encuesta Nacional Ómnibus, realizada en Julio de 2016, se preguntó a los venezolanos “¿Ha sido usted beneficiado con una vivienda nueva de algún programa del Gobierno en los últimos 17 años?”, a lo cual un 92.3% de los consultados respondieron que no, un 1.3% no sabe o no responde y un 6.4% que sí. Haciendo una proyección, el 6.4% representa a un millón 985 mil habitantes, que según cálculos de la Cámara Venezolana de Construcción, se traduce a 509 mil 188 viviendas, cifra alejada del millón 400 mil viviendas que anunció el gobierno de Nicolás Maduro en enero de 2017.
Las incongruencias de las estadísticas de los medios oficiales y alocuciones presidenciales se suman al hecho de que no hay ningún listado oficial que indique la cantidad de viviendas construidas por estado, ni el número de beneficiarios.
¿Y la materia prima?
En Venezuela, la industria del cemento tiene un dueño mayoritario: el Estado. Después de la creación de la empresa mixta venezolano-iraní Cemento Cerro Azul, en 2005, la expropiación de Argos (2007) y la de Cemex, Holcim y Lafarge (2008) el gobierno pasó a tener el control del 90% de la producción de cemento en el país. Según una investigación de la organización no gubernamental Cedice Libertad, la nacionalización de las industrias cementeras marcó de forma negativa los índices de producción. En 2007 las 10 plantas cementeras de la nación generaban 10,2 millones de toneladas anuales de producto, de una capacidad instalada de 11 millones. 8 años después, la industria produjo solo 5,9 millones de toneladas anules (cifra de 2015). La escases de cemento causada por la baja de la producción es, según el gremio constructor, una de las principales razones que ralentizaron la construcción en el sector público y privado.
Pero es que las dificultades van más allá de la producción. Según reportó el portal web la Patilla en 2016, Venezolana de Cementos presentó ese año varios paros técnicos de transporte. De las 30 gandolas que prestan el servicio, solo 2 estaban operativas. La situación aplica para las demás empresas cementeras, cuyo servicio de transporte está centralizado en la Empresa Nacional de Transporte de Insumos y Productos Industriales (Entipisa), creada en 2014 para disminuir el costo de los fletes de las empresas del estado. Sin embargo, según la memoria y cuenta de Ministerio de Industrias, la empresa funciona solo al 24% de su capacidad, lo que hace que el proceso de distribución de lo poco que se produce sea aún más lento.
La baja en la producción de cemento fue gradual desde el año 2012 y se mantiene a la baja, haciendo uso solo del 53% de la capacidad instalada en las 10 plantas repartidas en 10 estados del país.
Ante la grave situación de producción, el gobierno tomo durante 3 años consecutivos (2013-2015) la decisión de importar cemento. El primer cargamento, de 23 mil 991 toneladas, fue traído de Cuba. Jamaica fue el segundo proveedor, que a través de un convenio de Petro Caribe, pagó su deuda con Venezuela con 100 mil toneladas de Clinker, materia prima para la producción de cemento. Con esta estrategia, el gobierno pretendió nivelar los requerimientos seriamente afectados por el déficit.

Fuente: Cedice Libertad, Memoria y Cuenta 2015 del Ministerio para las Industrias, Centro de Enlace Parlamentario. Análisis de Datos: Daniel Acosta / Diseño de Infografía: Fernando Cumare
Desde un punto de vista gerencial, de los 7 cargos vitales para la industria, 6 están ocupados por miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. La única empresa del cemento que no está dirigida por un militar es la Industria Venezolana de Cemento (Inceven), anteriormente Holcim.
En una situación similar está la industria siderúrgica nacional. El grupo consultor ODH reportó que desde la nacionalización de Sidetur en 2008, la producción de acero líquido bajó de 3.60 a 0.50 en 2016 millones de toneladas anuales. Siendo Sitedur el principal proveedor de cabilla, los inventarios bajaron de manera abrupta generando escasez y sobre-precios en el producto, lo que se traduce, junto a la situación del cemento, en un declive de la producción nacional de viviendas que no tiene antecedente en la historia contemporánea de Venezuela.
Por Daniel Acosta para Cotejo.info