- Desde la vicepresidencia de Planificación y Conocimiento, Ricardo Menéndez tiene cierto tiempo sustituyendo el papel del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Además de anunciar los cifras de empleados, cesantes, población económicamente activa y formalidad en el país gracias a los censos organizados por el ente estadístico y que antes eran brindados por éste, también promociona en sus ruedas de prensa semanales un nuevo informe llamado “Venezuela en cifras, nuestra transición al socialismo”, colgado en la web Infoplan del Ministerio de Planificación, que incluye datos recientes que no se incluyen en boletines y bases de datos del organismo responsable de censos y encuestas.
El 23 de mayo de 2016, en un balance de la vicepresidencia, Menéndez aseguró que para abril de 2016 el empleo formal se ubicaba en 60,3%. Aseguró que esto mostraba además un ascenso continuado durante los últimos tres años, que corresponderían por igual al gobierno de Nicolás Maduro así como a la tesis de la “guerra económica” que llevó al Ejecutivo Nacional a decretar un Estado de Excepción para tomar medidas extraordinarias para combatirla, según sus declaraciones.
Y aunque sus datos del segundo semestre de 2015 y hasta abril de 2016 no estaban presentes en la sección Fuerza de Trabajo del INE para el momento de la rueda de prensa, el informe “Venezuela en cifras”, sí publicado entonces, no es demasiado preciso. Por ejemplo, arroja dos cifras diferentes sobre formalidad para el año 1999. En la primera asegura que este estaba en 45% y en otra en 47% mientras que para el cierre de 2015 el documento tampoco está de acuerdo, al señalar que ésta se ubicó en 59,9% o 58,8%. En cada caso, asegura que la Revolución mejoró en 14,9 o 11,8 puntos porcentuales.
De nuevo según el INE, la cantidad de personas en empleo formal en el segundo semestre de 1999 fue de 4 millones 160 mil 647 mientras que la población ocupada, o con trabajo, en ese mismo momento se ubicaba en 8 millones 865 mil 303 personas, lo que brinda un porcentaje de 46,9%. Así que según los números oficiales históricos, la formalidad varió de 46,9% hasta 59,9% en 17 años, subiendo 12,9 puntos, distinto a los dos cálculos ofrecidos por el nuevo informe presentado por el ministro.
“Vale la pena destacar que los datos de informalidad no corresponden necesariamente con lo que se llama economía informal o buhonería, sino que aquí entra todo lo que se refiere a los establecimientos de empleos que tengan menos de cinco personas. Es decir, por ejemplo un consultorio médico puede estar dentro de lo que se asume como informalidad tradicionalmente”, detalló Menéndez en el balance ofrecido.
En abril de 2014, el entonces presidente del INE, Elías Eljuri, detalló que entre los 5 millones de informales existían 1 millón 224 mil que entraban en la definición de pequeñas nóminas, pero también señaló otro tipo de información brindada en sus boletines, la categoría laboral. De esta forma, más de 3,7 millones de personas estarían trabajando por cuenta propia, dijo en referencia a una presunta próxima ley que les permitiría cotizar de forma independiente para obtener una pensión de vejez. Le faltó añadir que de acuerdo a los indicadores censales del ente, se refería a emprendedores no profesionales, y que además no estaban incluidos en el resto de las clasificaciones de informales: patronos o empleadores, empleados y obreros o ayudantes familiares no remunerados. Así que sí podrían considerarse buhoneros o con trabajos temporales fuera del sistema de protección laboral.
Para diciembre de 2015, disgregando solo los que el INE ubica en el sector informal, los no profesionales autoempleados alcanzaban la cifra de 3 millones 721 mil 956 personas, mientras que entre jefes y empleados (que valdrían para las empresas con menos de cinco trabajadores) habían un millón 524 mil 626 y otras 26 mil 761 estarían en labores del hogar por manutención. En total, 5 millones 273 mil 343 personas estarían trabajando en el sector informal, lo que sería un crecimiento del 0,3% entre diciembre de 2014 y el mismo mes del año siguiente, impulsado por un 0,9% más de trabajadores por cuenta propia (173 mil 487). Esto equivale a 475 nuevos informales independientes por cada día del año, así que la aclaratoria de Menéndez omite que cada vez son menos los que trabajan en estas empresas pequeñas. Específicamente 0,4% de empleadores y 0,2% de obreros y empleados menos.
De esta forma, quienes trabajan por cuenta propia de manera informal son el 28% de todos los que tenían trabajo en el primer semestre de 2015. Un aumento progresivo desde el 27,3% del segundo semestre de 2013 y tras haberse reducido desde el 34,1% del año 2000. Sin embargo, es un aumento importante si se compara con el 21,5% de principios de 1989, cuando la formalidad también estaba en 60,9% mientas había una mayor proporción de empleos en pequeños negocios y empleos.
Exactamente, 15,4% trabajaban en estas empresas de menos de cinco empleados hace 27 años en lugar del 12,8% de la primera mitad de 2015. Un informe de Conindustria de marzo de 2016 con datos del IV Trimestre de 2015 revela que las industrias pequeñas son las que tienen la menor capacidad utilizada, rondando el 38%, diez puntos menos que las más grandes. Al mismo tiempo, la encuesta industrial del INE, que recoge las cifras entre el año 2004 y 2011 muestra que la mayor cantidad de empresas cerradas y la mayor cantidad de empleos perdidos se ubican en los negocios y empresas más pequeños, con menos capacidad de resistir dificultades.
Desempleo ayer y hoy
Menéndez aseguró que con una tasa de 7,3%, para abril de 2016, el valor era “el más bajo comparado con el mismo mes de los últimos 20 años” mientras añadió que esto se debía a la “sanidad de las políticas impulsadas por el presidente Nicolás Maduro con la Agenda Económica Bolivariana”, que consta de 14 motores productivos. Uno de ellos, el Forestal, revisado por Cotejo.
El marco de tiempo usado por Ménendez fue adecuado e incluso un poco inusual a las comparativas realizadas desde 1998, año de la primera elección presidencial de Hugo Chávez, al extenderse esta vez hasta 1996. Apenas cuatro años antes, los dos finales del segundo mandato de Carlos Andrés Pérez, militares insurrectos realizaron dos intentonas golpistas en febrero y noviembre, mientras el presidente fue separado del cargo al ser señalado por corrupción, por lo que el entonces Congreso de la República eligió al historiador y parlamentario Ramón J. Velásquez para terminar el período hasta la celebración de nuevas elecciones.
En ese contexto, el desempleo promedio pasó de 7,07% a 6,36% desde el segundo semestre de 1992 hasta el segundo de 1993. Entonces las políticas económicas fueron neo-liberales y empujadas por un gabinete ministerial lleno de tecnócratas, siguiendo recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la recuperación macroeconómica, lo que trajo no solo críticas sino el estallido social que se conociese como El Caracazo.
Curiosamente, al momento de redactar este reportaje, la página web del INE que brinda estos datos de forma mensual señala que la información “no está disponible en este momento” si usted busca entre 1989 y 1998, pero no sucede lo mismo en los años siguientes.
Por otro lado, en 1993 ese 6,36% se obtenía con una metodología distinta al que presentó el expresidente del INE, Elías Eljuri, para medir estos fenómenos sociales y económicos, cuyos informes siempre fueron acompañados, por parte del funcionario, de loas a los programas sociales impulsados por el gobierno liderado por Chávez en un desempleo con tendencia a la baja. Por ejemplo, los buhoneros o vendedores en la calle fueron considerados empleados informales en lugar de desempleados, se cumplen diez años de inamovilidad laboral que impide despedir sin la aprobación de la Inspectoría del Trabajo, la nueva Ley del Trabajo estableció la estabilidad laboral después del tercer día de prueba con prestaciones sociales a partir del primer mes y la nómina pública creció 106% desde 1999 hasta diciembre de 2015, junto con la creación de ministerios, institutos y organismos, y que en 2009 absorbió también los empleados de los bancos intervenidos y transformados en el Banco Bicentenario, tras la adquisición del Banco de Venezuela.
En el mismo período se han perdido el 14,6% de quienes ejercían como patrones y empleadores, mientras los trabajadores por cuenta propia subieron un 44% y el empleo en empresas privadas tan solo 32%. La modificación de Eljuri adquiere un mayor sentido: un vendedor de patilla en la calle es considerado una persona con empleo informal.
Menos trabajadores
El ministro reveló con orgullo que 620 mil empleos se habrían creado solo durante la presidencia de Nicolás Maduro, es decir, desde 2013. Y de nuevo enmarca a conveniencia las cifras, al compararlas con los años que le brinden mayor dividendo, bien sea diciendo que ha sido el mejor abril en 20 años y no en comparación con toda la llamada “IV República” y ahora sin desglosar por años, lo que oculta las pérdidas importantes que el INE revela sobre el cierre de 2015.
Pero según el INE, que sigue publicando sus informes aún a contrapelo del nuevo site del Ministerio de Planificación, revela que el 2015 fue fatal para el empleo. 440 mil 456 personas dejaron de trabajar, de los cuales 300 mil 639 estaban en el sector formal. Mientras 510 mil perdieron empleos en el sector privado, hubo la contratación de 70 mil por el público.
Esta pérdida pudiese haberse señalado también a los efectos del “sabotaje” pero prefirió matizar tras crear cerca de 800 mil empleos entre 2013 y 2014, porque los trabajadores no solo perdieron sus puestos de trabajo sino que abandonaron la búsqueda de uno nuevo.
396 mil 967 personas dejaron de trabajar o buscar dónde hacerlo durante el 2015, por lo que salieron de la Población Económicamente Activa (PEA), que se define como la población mayor de 15 años que trabaja, perdió el empleo o renunció y está buscando otro (cesante) o está solicitando uno por primera vez. Es decir, el desempleo se reduce porque los ocupados ocupan cada vez más en un mercado laboral que se reduce por abandono.
De nuevo el propio “Venezuela en cifras” no ayuda a respaldar a Menéndez. El mismo señala que entre el segundo semestre de 2014 y 2015 hubo 172 mil 431 menos PEA al llegar a 14 millones 136 mil 349 personas, pasando de 65,4% a una tasa de 62,4% en comparación con la población mayor de 15 años, esto es, en edad de trabajar. Pero por primera vez desde 1998, como revela el informe, esta reducción también es nominal. Es decir, por primera vez un año registra que trabajan menos personas que el anterior. Por tanto, la caída del desempleo se basa más en esta reducción que en aumento de personas ocupadas, que además son menos.
Además, añade el informe que en enero de 2016 la PEA subió a 14.169.062 personas, que en febrero se perdieron 22 mil 15 personas y en marzo 18 mil 460 personas más dejaron de trabajar o buscar trabajo para un total de 14 millones 128 mil 587 personas. Una tendencia negativa que contrasta con un “bono demográfico” que implicó en 2015 que los mayores de 15 años, en edad de trabajar, subieran en 414 mil 260 personas.
¿Dónde se fueron?
Entre los meses de diciembre de 2014 y de 2015 se registró un aumento de 383 mil 303 nuevas amas de casa, 137 mil nuevas estudiantes en dedicación exclusiva y 138 mil nuevos hombres inactivos por “otra situación” en la Población Económicamente Activa, que también incluye una categoría para quienes están “incapacitados para trabajar”. En total 811 mil 227 personas entraron a ser inactivos económicamente.
Esto llevó a nuevos hitos: después que a finales de 2013 hubo más personas en trabajos formales que inactivos, desde comienzos de 2015 la brecha se amplió de nuevo, y a finales de ese año hay casi medio millón más de personas que no trabajan que las que lo hacen en empresas de más de cinco empleados. Algo similar sucede solo si consideras las mujeres: durante el mismo período pasó de tener más ocupadas formalmente que siendo amas de casa lo cual resistió hasta noviembre de 2015 cuando entonces las dedicadas exclusivamente a labores del hogar volvieron a ser mayoría: 3 millones 379 mil 700 mujeres.
Hay que resaltar que a pesar que Menéndez considera la creación de empleo como un logro de las políticas del Ejecutivo Nacional, para diciembre de 2015, la población ocupada solo subió en 6 mil 825 personas, casi todo por el impulso de los hombres pues 4 mil 281 mujeres dejaron de trabajar con respecto a Noviembre, en una época de gran cantidad de empleos temporales o de estación. Un año en que, inusualmente, dos de cada tres hombres que engrosaron la Población Económicamente Activa lo hicieron por “otra situación”, es decir, no se encargarán del hogar, no están incapacitados para trabajar ni se pusieron a estudiar.
Por Jeanfreddy Gutiérrez para Cotejo.info
Actualización: El 1° de junio de 2016 el ente estadístico oficial terminó su hoja de cálculo de abril de 2106, según las propiedades del archivo colgado en su web, y su última impresión fue el 20 de mayo. Es decir, estuvo lista tres días antes y se conoció una semana después de anunciado por el ministro Menéndez. Este reportaje contrastó las cifras ofrecidas con el último dato disponible: diciembre de 2015. El informe de abril de 2016 del INE revela cifras aún más graves: la PEA sigue bajando, se perdieron empleos en el sector formal, informal, privado y también en el público, siguen subiendo las amas de casa desempleadas mientras sube la cantidad de mayores de 65 años que trabajan o buscan volver a hacerlo.