- En un acto político, el ex vicepresidente aseguró que “aquí no hay otra constituyente, esta es la misma constituyente convocada por Chávez”.
- Expertos aseguran que son actos jurídicos distintos, realizados en marcos legales distintos.
- Desde su forma, cantidad de elecciones y número de diputados, la constituyente del 99 y la de 2017 son actos con pocas similitudes.
- De participar en esta Constituyente, en el mejor escenario predictivo, la Mesa de la Unidad Democrática obtendría 49% de los constituyentes territoriales con 58% de los votos válidos, mientras el chavismo ganaría el 51% de los constituyentes con apenas el 42% de los votos.
Desde el Teatro Angostura en Ciudad Bolívar, el ministro Aristóbulo Istúriz asistió a un acto político en apoyo a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). En su discurso de un poco menos de 20 minutos, el profesor de la revolución instó a la estructura organizada del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) a movilizarse en pro de los candidatos oficiales a la ANC. Su llamado fue a la re organización y movilización de los 30 mil Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), 48 mil consejos comunales, 2 mil comunas y 13 mil unidades de batalla Bolívar Chávez (UBCH). El llamado de apoyo de Istúriz no es por casualidad, el político de viaja data es el actual ministro de Ministro del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales y uno de los principales promotores del sistema de gobierno comunal.
En su discurso, Istúriz , que además de parlamentario ha ocupado casi todos los puestos posibles en la administración pública, desde alcalde, gobernador, diputado, ministro y hasta vicepresidente, aseguró que “aquí no hay otra constituyente, esta es la misma constituyente convocada por Chávez en el 99”. La afirmación, más que una declaración meramente política fue pronunciada de forma deliberada por el también ex constituyente. Según Istúriz, el presidente Hugo Chávez convocó una primera etapa asamblearia de la ANC en el año 1999 que ha seguido de forma continua hasta la fecha, siendo la convocatoria de Nicolás Maduro Moros una segunda etapa del mismo proceso.
La carrera constituyente de Chávez
Sin embargo, la aseveración del ministro genera dudas desde la convocatoria de la actual ANC. En la campaña electoral del año 1998, el en ese entonces candidato Hugo Chávez prometió un cambio constitucional con dos objetivos fundamentales: cambiar el ordenamiento jurídico de la nación y re fundar la República, en un esfuerzo constituyente. Su intención era tan clara que el partido que lo llevó a Miraflores anunciaba el próximo nacimiento de la V República. Incluso en su juramentación como Presidente de la Nación, Hugo Chávez dijo en el salón protocolar del Palacio Federal Legislativo: “juro delante de mi pueblo, que sobre esta moribunda Constitución impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos. Lo juro”.
Al llegar a Miraflores, el debate de cómo cambiar la forma y fondo de la constitución se exacerbó. La derogada Constitución del año 1961 incluía en su texto solo dos maneras para su cambio, la enmienda, para cambios puntuales en el texto, y la reforma, para modificaciones mayores. Ninguna de las dos opciones contemplaba un cambio completo del texto fundamental. Así, el gobierno de Chávez apeló a la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política de 1997, que en su artículo 181 incluía la figura de referendo consultivo, que podría ser convocado por el Presidente de la República en Consejo de Ministros, por el Congreso de la República por acuerdo adoptado en sesión conjunta de las Cámaras y con el voto de las dos terceras partes (2/3), o por un número no menor del diez por ciento (10%) de aquellos electores inscritos en el Registro Electoral.
Bajo esta estrategia, el próximo paso de la Constituyente de Hugo Chávez fue el transitado ante la extinta Corte Suprema de Justicia, que en fecha 19 de enero de 1999 publicó dos sentencias (17 y 18) en las que consideró procedente el referendo consultivo en los términos previstos por el entonces flamante presidente electo. Posterior a esto, mediante el Decreto Presidencial número 3, publicado en la Gaceta Oficial N° 36.634, el presidente estableció “la realización de un referendo para que el pueblo se pronuncie sobre la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente” el mismo día de su investidura, evitando así que el Congreso discutiera la metodología legal pertinente a un cambio en la Constitución de 1961 que permitiera o no la realización de la ANC. En el decreto, el presidente se auto facultaba para crear las bases comiciales de la ANC en la pregunta dos del artículo 3, lo que generó notable oposición y una serie de demandas que resultaron en la modificación de la pregunta y la creación de una propuesta de bases comiciales que serían incluidas en el referendo.
Dicho evento electoral fue efectuado el 25 de abril de 1999, participando 4 millones 129 mil 547 electores, lo que representaba apenas 37.65% del Registro Electoral. Las dos preguntas fueron aprobadas con más del 80% de los votos. Con esta victoria electoral del chavismo se aprobaron las bases comiciales de aquella ANC, que estaría conformada por 24 diputados de la circunscripción nacional, 104 diputados en circunscripciones regionales y 3 representantes indígenas, que fueron escogidos en la elección del 25 de julio de 1999. El sector oficial, representado en un bloque llamado el polo patriótico, se hizo con 121 escaños con el 65% de los votos, mientras que el polo democrático (conformado por una atípica coalición Acción Democrática, Copei, Proyecto Venezuela y Convergencia) obtuvo apenas 4 diputados, con el 22% de los votos. El proceso contó con un 53.7% de abstención. La Asamblea Nacional Constituyente se instaló el 3 de agosto de 1999 y redactó una nueva constitución que fue aprobada con un 71% de los votos en referendo el 15 de diciembre del mismo año, día que coincide con el desastre natural conocido como la tragedia de Vargas. El proceso electoral tuvo 55.22% de abstención. Para terminar el ciclo de electoral, fueron convocadas elecciones generales en el año 2000, donde se escogerían nuevamente todos los cargos de elección popular del país.
Sin consulta previa y con promesas
Las diferencias del proceso encabezado por Hugo Chávez en 1999 y Nicolás Maduro no son pocas. Solamente el momento político era tremendamente distinto. En 1999 el país atravesaba una crisis política potente que llevó al fin del sistema bipartidista que gobernó en relativa calma al país desde 1958. El recién estrenado gobierno poseía gran apoyo popular y representaba el cambio de la política clásica. La escena social en la década de los noventa desencadenó intentonas golpistas, masacres, alzamientos populares e incluso la deposición del Presidente de la República por un caso de corrupción. De igual forma, los indicadores sociales comprueban una condición crítica en el año 1999, según datos del Banco Mundial, la tasa de inscripción de niños en la escuela primaria había retrocedido 20 años, al igual que el Ingreso Nacional Bruto per cápita. La pobreza rondaba el 42% de la población, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas, y de acuerdo con la BBC de Londres el coeficiente de Gini, indicador que mide desigualdad, se ubicaba en 0,498 siendo 1 el valor más alto, ubicando a Venezuela como uno de los países más desiguales de la región.
En la actualidad, la situación es diferente. Como primer punto, no es un nuevo gobierno el que convocó la ANC, es la continuación del partido de Hugo Chávez el sector que está proponiendo la Constituyente que derogaría el resultado de la ANC del 99, después de 18 años. En el aspecto socioeconómico, la rampante inflación que según el Fondo Monetario Internacional llegará a 720% a finales de 2017, la innegable escases de alimentos y medicamentos, el aumento de la pobreza, que según la encuesta de condiciones de vida (ENCOVI) alcanzó al 81,8% de los venezolanos en 2016, son los principales problemas que agobian a la población. Además, en el campo político, existe una clara evasión a las elecciones, con la reprogramación de los comicios regionales, originalmente a realizar en diciembre de 2016, y la suspensión del proceso de referendo revocatorio a causa de una demanda con amparo cautelar introducida por el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, admitida por el supremo tribunal de la República.
Además, la solicitud fue distinta. El presidente Nicolás Maduro anunció en cadena nacional, el primero de mayo, que convocaba al poder constituyente originario para que “la clase obrera y el pueblo, en un proceso popular constituyente”, garantice la paz en la nación. Fue 22 días después que el presidente presentó las bases comiciales para la ANC, que incluía una novedad en el proceso electoral venezolano: la ANC sería divida en dos, una elección territorial, que en base a circunscripciones municipales escogería un diputado por municipio, escogidas de forma nominal, y dos por cada capital por lista. La otra parte de la elección no tiene precedentes en la historia republicana, una elección sectorial, que dividiría al electorado según un discrecional listado de los distintos sectores que hacen vida en el país. Las bases comiciales fueron aprobadas por el Consejo Nacional Electoral, y no por el electorado en un consultivo, el mismo día que fueron entregadas.
La municipalización de la elección territorial es otra diferencia considerable con el proceso de 1999 en el que hubo candidatos nacionales y otros en circunscripciones regionales, y que ahora además constituye un movimiento de amplia ventaja al partido oficial, que domina el voto en sectores rurales. Incluso la elección de dos diputados por lista en las capitales sería una desventaja para la oposición, ya que tendría que doblar el número de votos del oficialismo para conseguir ambos candidatos. Según estimaciones de Héctor Briceño, profesor de la Universidad Central de Venezuela, jefe del Área Sociopolítica del Centro de Estudios para el Desarrollo (CENDES), este factor sería clave para la derrota de la oposición en la elección a al ANC. Briceño hizo un simulacro con los resultados electorales más recientes, las elecciones parlamentarias de 2015, y con la misma cantidad de votantes, la Mesa de la Unidad Democrática obtendría 49% de los constituyentes territoriales (180 diputados) con 58% de los votos válidos, mientras el chavismo ganaría el 51% de los constituyentes (184 diputados) con apenas el 42% de los votos. El proceso le daría una victoria segura al chavismo sin tener en consideración la votación sectorial, donde los consejos comunales y las comunas (fuerzas generalmente supeditadas al poder ejecutivo y el proyecto chavista) son parte importante de la elección.
Otra diferencia observable la constituye el sometimiento o no a la voluntad popular a través de referendos consultivos. La ANC del año 1999 significó 4 elecciones en menos de un año. Según voceros del partido oficial, un referendo previo no es necesario ya que la figura de la ANC si está incluida como una posibilidad en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en sus artículos 347, 348 y 349. Incluso el Tribunal Supremo de Justicia, en su sentencia número 378, estableció que no es necesario, ni constitucionalmente obligante, un referendo previo para aprobar las bases comiciales y la instalación de la ANC. Sobre el tema, el Presidente de la República aseguró el primero de junio que la constitución redactada por la nueva ANC sería sometida a referendo consultivo, sin embargo, sectores de la oposición aseguran que la constitución cataloga a la ANC como un poder plenipotenciario, superior a los demás poderes establecidos en la república, por ende, sus decisiones no podrían ser objetadas, incluida la atinente a una posible consulta después de la redacción de la nueva constitución. Así, la nueva ANC convocada por Nicolás Maduro es un proceso distinto en el contexto social, económico y, por encima de otros factores, político.
Por Daniel Acosta para Cotejo.info