- Los constantes ajustes salariales unilaterales del Gobierno no tienen incidencia positiva en el poder adquisitivo de los trabajadores
- Venezuela es el país del continente sudamericano con menor población económica activa (59 %)
Texto: Osman Rojas Durán
La sola experiencia diaria de cualquier ciudadano asalariado de nuestro país es suficiente evidencia para reconocer la depreciación real de sus ingresos y de cómo esto ha venido impactando sus economías familiares, por lo que es fácil calificar como una VERDAD la afirmación del líder sindical Alberto Domínguez: “El salario de los trabajadores ha sido pisoteado». Sin embargo, el equipo de Cotejo.info verificó esta versión y encontró los argumentos para explicar la veracidad de lo dicho por el dirigente de la Unión Central de Trabajadores de Venezuela (UNETE).
La administración pública ha dejado de ser una fuente atractiva de trabajo para los venezolanos, debido a la incidencia negativa de la crisis económica en los sueldos y salarios que se traduce en una caída de 99 % en los últimos ocho años.
Los trabajadores dependientes de entidades gubernamentales están destinados a vivir con un salario de 7.000.000 de bolívares al mes y con un bono de alimentación de 3.000.000 de bolívares fijados a partir del 1° de mayo de 2021, de acuerdo con el anuncio oficial de Eduardo Piñate, ministro del Trabajo.
La cifra integral de 10 millones de bolívares equivalía a 3,50 dólares el día 3 de mayo, de acuerdo con la tasa de cambio fijada por el Banco Central de Venezuela (BCV) tres días después de la entrada en vigor de incremento.
Antes de ese anuncio del ministro Piñate, el monto mensual fijado el 8 de marzo, sin un anuncio oficial ni la publicación en Gaceta de por medio, era de 1.800.000 bolívares, es decir menos de 1 USD mensual.
Estos datos corroboran que se trata del salario más bajo de todo el continente en el sector público, como quedó demostrado en un trabajo previo publicado por Cotejo.info y titulado Salario mínimo de Venezuela es 256 veces menor que en Nicaragua.
El Gobierno venezolano responsabiliza las sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos de esta realidad. Sin embargo, tras una minuciosa revisión documental se determinó que en el mundo hay 43 naciones sancionadas por el Gobierno de los Estados Unidos y en la mayoría los trabajadores gozan de sueldos más altos que en Venezuela.
Para efectos de este reportaje se analizaron los diferentes ajustes salariales que se han hecho en el país durante la gestión de Nicolás Maduro, desde el 2013 hasta el 2021.
De 471 a 3,50 dólares, según la tasa oficial
En mayo de 2013, un mes después de haber alcanzado la presidencia, Nicolás Maduro fijó el sueldo en 2.457 bolívares, lo que era el equivalente a 390 dólares si se toma en cuenta el control cambiario que, para la fecha, se había establecido en Bs. 6,30.
En septiembre de 2013 Maduro vuelve a realizar un ajuste salarial a 2.702 bolívares, lo que supone un incremento de 5 % en los ingresos brutos dado que, según la tasa cambiaria controlada por el Ejecutivo nacional, los trabajadores pasaron de percibir 390 a 409 dólares mensuales.
Dos meses después (noviembre de 2013) Nicolás Maduro promovió un nuevo aumento salarial con el que los trabajadores públicos pasaron a ganar 2.973 bolívares, es decir $471 según la tasa de cambio oficial.
Pero dicho monto no compaginaba con la realidad de las transacciones económicas. En noviembre de 2013 el dólar negro se cotizaba en 59,42 bolívares, lo que significa que en realidad un trabajador público cobraba 50,03 dólares al mes.
En 2014 el Gobierno ejecutó tres aumentos, pero estas mejoras salariales no incidieron de forma positiva en el poder adquisitivo de los venezolanos. Para diciembre de ese año el sueldo de un trabajador era de 4.889 bolívares, lo que era el equivalente a 97,78 dólares americanos, según la tasa de cambio SICAD II ubicada en Bs 49,986.
Las variaciones económicas continuaron en el año 2015. Maduro promovió cuatro ajustes salariales y a finales de año el sueldo quedó en 9.648 bolívares, monto equivalente a 48,5 dólares si anclamos la cifra a la tasa de cambio oficial fijada en diciembre en 198,69 bolívares.
La depreciación salarial se fue haciendo cada vez más evidente. En 2018 hubo una reconversión monetaria que eliminó cinco ceros a la moneda en presunto un intento por reimpulsar la economía, pero eso no evitó que los sueldos cayeran en términos de poder adquisitivo.
Cotejo.info publicó en junio de 2020 un texto en el cual explicaba que un trabajador no devengaba más de 3 dólares mensuales.
La situación de los empleados sigue siendo dramática este 2021. El salario mínimo mensual de 7.000.000 de bolívares fijado a partir del 1° de mayo equivale a $2,47, según la tasa de cambio del 3 de mayo.

130 meses para una alimentación digna
El sueldo mínimo en Venezuela no alcanza para cubrir la cesta básica fijada por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros en 803.372.610,22 bolívares para el mes de abril de 2021, que se traducen en $321,34.
Dicho de otra manera, un trabajador venezolano debe trabajar 130 meses para poder alimentarse dignamente durante un mes.
La pérdida de poder adquisitivo para los empleados públicos ha sido una constante en los últimos ocho años. Si se toma como base los 471 dólares que un trabajador ganaba a finales de 2013 y se compara con los 2,47 dólares que devengan desde el 1° de mayo de 2021, se obtiene una reducción de 99 %.
“El salario de los trabajadores ha sido pisoteado. Es una falta de respeto y viola todas las leyes internacionales y, por eso, nuestros trabajadores han tenido que reinventarse para poder comer. Hay en la actualidad una cantidad impresionante de vacantes en el sector público”, señala Alberto Domínguez, miembro de la Unión Central de Trabajadores de Venezuela (UNETE).
Protestas a la orden del día
A la par del deterioro salarial ha crecido el descontento de los trabajadores públicos. Según reportes del Observatorio de Conflictividad Laboral y Sindical del Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin) en 2019 el país registró 1.029 protestas por reivindicaciones laborales. El sector salud y las empresas dedicadas a los servicios básicos (ambas ramas pertenecientes al sector público) fueron los que recriminaron con mayor fuerza los beneficios laborales.
En 2020, año marcado por la cuarentena provocada por la COVID-19, tuvo un ritmo similar en cuanto a las manifestaciones. En total fueron 1.350 protestas por reivindicaciones salariales, lo que representa un aumento de 31,2 % en comparación con el número del año anterior. Una vez más las empresas dedicadas a la prestación de servicios básicos, el sector salud y los educadores (todos pertenecientes a la administración pública) fueron los más activos.
En lo que va de 2021 las manifestaciones no han parado. El último boletín informativo publicado por (Inaesin) revela que en abril se contabilizaron 82 conflictos laborales en el país. El 64 % de esos conflictos fueron por motivos salariales.
Sumando las protestas de 2019, 2020 y lo que va de 2021, la nación totaliza 2.461 alzamientos laborales en 28 meses, lo que se traduce en un promedio de tres protestas por reivindicaciones salariales al día.
Solo trabaja 59 % de la población económicamente activa
El bajo sueldo que devengan los empleados públicos en Venezuela ha generado una migración masiva. El sector público, muy cotizado por los trabajadores en Venezuela hace una década por los beneficios contractuales y la promesa de una jubilación, se ha ido quedando sin empleados. De acuerdo a datos publicados por la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), sólo 59 % de la población económicamente activa en el país trabaja.
Estos datos ubican a Venezuela como el país con la menor proporción de población que trabaja en el continente. Superando a naciones como México y Argentina. El propio Nicolás Maduro reconoció en su memoria y cuenta presentada el 13 de enero del 2021 que el empleo informal había crecido de 40 a 43 por ciento en Venezuela, lo que demuestra la poca dependencia que las personas tienen de un salario fijo.
La encuesta publicada por Encovi también revela que la mayoría de empleados en Venezuela trabaja para la administración pública. De acuerdo con el sondeo 26,6 % (2,8 millones) de los trabajadores son dependientes de alguna empresa gubernamental.
El 25,9 % es empleado por el sector privado, un área que se ha desplomado en los últimos meses producto de las restricciones económicas impuestas por el gobierno de Nicolás Maduro y las pérdidas derivadas de la cuarentena generada por la pandemia de la COVID-19.
Ante esta realidad, alcaldías y gobernaciones, hospitales, ambulatorios, escuelas, universidades, oficinas de atención al público, instituciones policiales y cuerpos de bomberos que conforman la administración pública se han ido quedando sin empleados.